Un diagnóstico que comparten expertos y personeros de todo el espectro político es que el debate ha tendido a polarizarse durante los últimos años.

El Caso Convenios, la agenda legislativa de seguridad, el pacto fiscal, la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado, entre otros hitos, han estado marcados por los constantes emplazamientos y cuestionamientos cruzados entre oposición y  oficialismo. Además, la campaña de cara al plebiscito constitucional ha exacerbado aún más el tenso clima político.

En ese contexto, la encuesta Data Influye arrojó magros resultados para el Ejecutivo, pero sobre todo para la oposición.

Según el sondeo, el 31% aprueba el desempeño del gobierno del Presidente Gabriel Boric, versus un 52% que lo desaprueba. En el caso del bloque opositor —integrado principalmente por Chile Vamos y el Partido Republicano— el indicador es aún peor; el 59% desaprueba su desempeño, mientras que solo el 15% tiene una valoración positiva, dos puntos menos que la anterior medición.

[caption id="attachment_883287" align="aligncenter" width="1277"] Data Influye[/caption]

La tendencia viene al alza desde octubre, mes en que la desaprobación de la oposición se disparó 11 puntos superando por primera vez la mala valoración de la administración de Boric.

Desaprobación general a la política

Para Ximena Orchard, directora del Departamento de Periodismo de la UAH e investigadora del Núcleo Milenio MEPOP, este negativo indicador puede tener explicación en la "discrepancia" entre el relato político de la oposición y sus acciones.

“En este período se observa a una oposición muy activa en sus críticas al gobierno con poca apertura a apoyar a ciertas materias de la agenda legislativa del Ejecutivo. Por lo tanto, efectivamente uno ve una oposición poco abierta a los consensos que, en general se dicen buscar y promover y que necesita el país. En ese sentido, creo que hay una discrepancia entre el discurso (de la oposición) y la práctica que uno puede observar en ese plano”, dice la académica de la Universidad Alberto Hurtado

No obstante, la experta en comunicación política hace hincapié en que el problema es más profundo: “Se va configurando una desaprobación a la política institucional de forma general”, asegura Orchard.

“En el Núcleo Milenio para el Estudio de los Medios, la Política y la Opinión Pública, hemos realizado varios grupos de discusión, donde la sensación que se captura es una creciente desafección, desconexión con la política contingente”, explica.

Nueva Constitución, causa de la desafección

Los resultados de Data Influye coinciden con la finalización del trabajo del Consejo Constitucional —donde la derecha ejerció el liderazgo— y la campaña de cara al plebiscito que ha traído consigo fuertes disputas entre oposición y oficialismo.

Pero más allá de sectores en específico, Orchard apunta hacia el proceso constitucional en general, el cual ya fracasó en su primer intento y en el que se proyecta un nuevo rechazo en el referéndum del 17 de diciembre, de acuerdo a los pronósticos de diversas encuestas de opinión.

“Esta desafección política está bastante relacionada con el sentimiento de derrota que han seguido los procesos constituyentes, considerando que los indicadores disponibles que apuntan a que no hay suficiente apoyo para cerrarlo exitosamente. Esta situación, creo que se percibe como un fracaso de la política en general”, concluye la académica.