El encuentro tuvo lugar en el palacio presidencial de La Moneda apenas 10 días antes de la conmemoración del quiebre democrático, un acontecimiento que está generando gran polarización y crispación en Chile.

El mandatario anunció el pasado julio su intención de promover una declaración común, algo a lo que se oponen frontalmente hasta ahora tanto la derecha tradicional de Chile Vamos -coalición con la que gobernó Piñera- como el ultraderechista Partido Republicano.

"La intención del presidente (Boric) es construir consensos civilizatorios transversales en nuestro país y para eso, obviamente, los y las expresidentas son claves porque les ha tocado liderar procesos complejos", explicó la vocera de Gobierno, Camila Vallejo.

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Vallejo indicó que "independientemente de las diferencias políticas" es importante comprometerse a defender la democracia y los derechos humanos "siempre, bajo cualquier circunstancia".

"Creemos que es fundamental que esto (la declaración) no sea un tema solo del Gobierno, sino que también sea un tema de todos los sectores políticos", añadió la portavoz.

El próximo 11 de septiembre se cumplen 50 años desde que el general Augusto Pinochet lideró un golpe de Estado contra el gobierno del presidente socialista Salvador Allende (1970-1973), quien se suicidó en La Moneda antes de ser atrapado por los militares.

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El golpe dio inicio a una cruel dictadura de 17 años que dejó un saldo de más de 40.000 víctimas, entre ellas al menos 3.200 opositores asesinados, de los que 1.469 fueron víctimas de desaparición forzada.

Tras la reunión, Piñera afirmó que "se cometieron muchos errores durante y después del 11 de septiembre de 1973", en el régimen militar, pero también durante el Gobierno de la Unidad Popular de Allende.

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"Eso es lo que queremos evitar vuelva a ocurrir", subrayó el expresidente, quien se mostró dispuesto a apoyar la declaración que busca el Ejecutivo y pidió contribuir "de aquí al 11 de septiembre todos a unir a los chilenos y no a dividirlos".

Piñera, que gobernó en los mandatos no consecutivos 2010-2014 y 2018-2022, agregó que la conmemoración del quiebre democrático "es una muy buena oportunidad para que en Chile renovemos nuestro total y absoluto compromiso con la democracia, la Constitución, el respeto al Estado de derecho (...) y a la condena de todo tipo de violencia".

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