La presentación de las enmiendas la semana pasada trajo consigo una serie de recriminaciones cruzadas entre los comisionados expertos. Desde lado y lado se acusan de no permitir que el proceso avance con la fluidez que debería, lo que ha tensionado bastante los ánimos en el ex Congreso Nacional.

Desde la oposición acusan que el oficialismo busca revivir normas de la propuesta anterior de nueva Constitución que fue rechazada en septiembre pasado. Esto se hizo explícito cuando levantaron una minuta que hablaba de ciertos puntos claves de las enmiendas que eran preocupantes a su parecer.

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Sin embargo, desde la vereda del frente, el diagnóstico apunta a que las negociaciones y las propuestas de la derecha han sido con miras a las elecciones del 7 de mayo, especialmente considerando la posibilidad cierta de que Republicanos crezca aún más y les quiten espacio e influencia dentro del Consejo Constitucional.

Es por eso que a juicio de los comisionados oficialistas, las posturas se han radicalizado y están optando por proyectar una imagen más dura frente a su electorado, que no los haga parecer que están a la izquierda del partido comandado por José Antonio Kast.

La colectividad de extrema derecha ha mostrado abiertamente su rechazo al proceso constituyente, ya que consideran que es innecesario, porque la actual Carta Magna se puede modificar con reformas en el Congreso. Esta postura ha crecido bastante en los últimos sondeos de opinión que posicionan a Republicanos como una fuerza importante en el futuro órgano.

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Sospechas oficialistas

Un ejemplo de la preocupación de Chile Vamos son las propuestas de enmiendas que ingresó, que usan de base la Constitución actual y buscan abarcar lo más posible en temas como la de la autonomía de los grupos intermedios, sistema de salud, propiedad de aguas, derecho a huelga, entre otras.

Al menos así lo interpretan en el oficialismo. Una fuente del sector señala a El Desconcierto que en la derecha “no se pueden mostrar como que hicieron concesiones, porque eso alimenta a los grupos extremistas y le da argumentos para acusar al proceso de fraudulento”.

Por su parte, la comisionada DC Alejandra Krauss, es enfática en decir que la política contingente no debe empañar lo que suceda dentro del ex Congreso, pero entiende que la derecha está muy al tanto de lo que pueda pasar con sus cupos.

“Los consejeros van a ser electos por la propia ciudadanía y de alguna manera el debate va a tener otras características, pero no debiera entorpecer este debate que nosotros realicemos. Por ende, la estrategia que la derecha está pensando para esta etapa es propia, legítima y me parece razonable que ellos así lo piensen. El desafío nuestro es entregarle al Consejo Constitucional un texto acorde con lo que se supone un nuevo pacto social y político”, agregó.

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Ajuste de tuercas en la derecha

Según el comisionado RN Jaime Arancibia, “la elección es un factor, pero no es el único, ni siquiera me atrevo a decir que es el más determinante para efectos de las decisiones que tomamos y es que si queremos hacer un trabajo como experto y queremos persuadir a los demás con nuestra enmienda discutamos y expresemos nuestros puntos”.

Sin embargo, en los pasillos del ex Congreso, no se habla de otra cosa. La semana pasada, los senadores RN Rafael Prohens, Manuel José Ossandón, Rodrigo Galilea y Juan Castro se reunieron con Juan José Ossa y Katherine Martorell para que le reportaran cómo va todo en la Comisión Experta.

La UDI también ha hecho lo propio con sus representantes. Máximo Pavez es el nexo con la directiva gremialista y los mantiene al tanto de todo lo que pasa.

Algo similar está ocurriendo en el oficialismo. La bancada PPD citó a Leslie Sánchez al Congreso para que les aclarara todo lo relacionado al umbral del 5% de barrera para entrar al parlamento, entre otros temas que consideran relevante.

Por otro lado, los socialistas envían constantes reportes y comunicaciones a la directiva del partido, quienes siguen muy de cerca el desarrollo de las negociaciones.