La diputada Emilia Schneider Videla (CS), reconocida activista feminista y por los derechos de las disidencias, ha hecho historia convirtiéndose en la primera mujer trans en presidir la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), y luego en la primera en ser elegida para integrar la Cámara de Diputadas y Diputados, con tan solo 25 años.

En este 8 de marzo, la legisladora analiza, en conversación con El Desconcierto, la perspectiva de género con la que ha trabajado la administración del Presidente Gabriel Boric, y la necesidad de integrar la lucha feminista dentro de la institucionalidad pública.

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-¿Cómo describirías tu primer año de diputada?

Fue un año de harto aprendizaje, sobre todo al venir desde una experiencia más ligada a las dirigencias sociales a un espacio institucional como el Congreso. También fue un año de frustraciones, porque lamentablemente hay sectores políticos en el Congreso, sobre todo la ultraderecha, que prefiere inventar show, peleas pequeñas, para evitar dar los debates de fondo de los cambios que Chile necesita y que son en favor de de la mayoría, así que eso también genera harta frustración.

Ha sido un año para mí de aprender a trabajar con personas que vienen de otros sectores. Creo que en la Comisión de Mujeres, por ejemplo, hemos podido construir con algunas diputadas de la derecha una transversalidad bien importante para empujar, por ejemplo, un proyecto que se aprobó, que trabajamos durante todo el primer año, que es el proyecto de reparación integral a víctimas de femicidio y sus familias.

-Has recibido ataques de odio por comentarios de tus colegas por fanáticos religiosos en redes sociales, ¿de qué forma le hace frente a este tipo de agresiones?

Efectivamente. Durante el primer año como diputada lamentablemente fui blanco de las peleas pequeñas que busca instalar la ultraderecha, a partir de violentar a otras compañeras y compañeros del Congreso.

Estos discursos, si bien vienen muy cargados de odio, hay que también entender de dónde vienen, saber cuándo responder y cuándo no, y entender que una está en el Congreso no para responder a provocaciones, sino para trabajar, por ejemplo, con los derechos de las mujeres y las diversidades sexuales, una cuestión que fue una de las principales propuestas de mi campaña.

Para mí ha sido un aprendizaje lidiar con esos personajes que buscan llevarte lejos de tu trabajo o del objetivo por el cual estamos acá. Yo creo que ha sido un aprendizaje bien importante.

-¿Has pensado en levantar acciones judiciales al respecto, o sería solo alimentar y darle más tribuna a discursos de odio?

Tal como dijiste. Para no darle más tribuna, no respondería nada más de la ultraderecha. Creo que ya dije todo lo que tenía que decir al respecto.

Evaluación del gobierno

-En el marco del 8 de marzo, ¿Cuál es tu evaluación de la agenda del gobierno en materia de políticas de género y mujeres?

Lo primero, es que el gobierno tuvo que, en general, hacerse cargo de una institucionalidad pública muy desgastada. El gobierno anterior no entregó en las mejores condiciones los distintos servicios públicos, entonces este gobierno tuvo que hacer un esfuerzo importante por reestablecer lo que tiene que cumplir la institucionalidad, y en ese sentido también fue un año de recuperar una institucionalidad de género, de protección a las mujeres, que estaba bastante botada.

Durante este primer año se hizo ese esfuerzo, y se avanzó en imprimirle una perspectiva de género a las distintas políticas públicas. Eso tiene frutos concretos en que el gobierno ha reactivado el debate por la Ley integral contra la violencia hacia las mujeres, ha iniciado las conversaciones por un sistema nacional de cuidados, que hoy día aprobamos el proyecto de reparación a las víctimas del femicidio y sus familias para entregar una pensión a niños, niñas y adolescentes que hayan perdido a su madre, por ejemplo.

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Y también en cuestiones que a veces no vemos tan directamente relacionadas, pero donde hay un componente de desigualdad de género, como por ejemplo que el gobierno haya incorporado, en la reforma de pensiones, el reconocimiento al trabajo del cuidado, que genera que la pensión de las mujeres mejore sustantivamente.

Creo que ha habido un compromiso con una mirada feminista desde el gobierno, y también en los esfuerzos que ya se han incorporado en el Plan Chile Apoya y ha anunciado la ministra Orellana para que este sea el año donde pongamos en el centro la recuperación de la autonomía económica de las mujeres y de su acceso al trabajo que se perdió tanto durante la pandemia. Entonces creo que hay una agenda bastante robusta. Por cierto, necesitamos el empuje del movimiento feminista para que avance, pero hay una agenda bien robusta que el gobierno ha puesto sobre la mesa en esta materia.

-¿Cómo ves la gestión de la ministra Antonia Orellana?

Creo que ha liderado un Ministerio de la Mujer que ha tenido una presencia muy importante para empujar el programa de gobierno, para enriquecer políticas públicas de distintos ministerios, proyectos de ley, y también creo que ha mostrado harta capacidad de diálogo transversal en el Congreso. Por algo la Ley de pago de pensiones para deudores de alimentos tuvo una tramitación tan transversal y unánime en algunos casos.

Creo que que eso ha mostrado también la vocación del gobierno del Presidente Boric, que es llegar con ideas transformadoras a buscar diálogo y acuerdos para mejorar la vida de las personas, en este caso a las mujeres, así que tengo una buena evaluación de la ministra y creo que es muy importante tener al Ministerio de la Mujer también en el Comité Político.

-Respecto a la Subsecretaría LGBTI, ¿Crees que sería una buena medida que responda a las problemáticas que aquejan a la comunidad?

Yo creo que ahí hay un debate que se instaló por los medios, la ministra Orellana fue muy clara con este tema. Lo que se anunció, lo que trabajamos con la mesa de organizaciones LGBTI, es que vamos a avanzar en una institucionalidad para hacerse cargo de la discriminación y también de abordar los derechos y las problemáticas de las diversidades sexuales.

La forma y el diseño que eso tome es algo que se tiene que trabajar, pero yo creo que lo central aquí es entender que se necesita avanzar en una institucionalidad para combatir esta discriminación. Que el Estado puede hacer más y debe tener una referencia clara, y en ese sentido yo estoy plenamente de acuerdo, pero creo que adelantarnos a cómo será esto es un debate que aún no hemos concretado.

-¿Se podría decir que este ha sido un gobierno feminista?

Hablar de un gobierno feminista es hablar de un horizonte. Creo que estamos avanzando y estamos poniendo proyectos que buscan imprimir esa mirada, pero creo que el cumplimiento de una premisa tan grande como ella le corresponde evaluarlo a la ciudadanía, al movimiento feminista.

Sin duda las compañeras feministas que son parte del gobierno, que estamos en el Congreso, que estamos en distintos espacios, estamos trabajando para empujar esta mirada, y el gobierno mantiene su compromiso con estas luchas. Por ejemplo, a propósito de que el ministro de Educación decía que este año va a ingresar el proyecto de educación sexual integral que también es una demanda feminista muy importante.

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El desafío del movimiento feminista

-¿Qué desafíos quedan por delante, en materias de género?

El Sistema Nacional de Cuidados, ahí también junto a la diputada Rojas hicimos un aporte con el proyecto de ley yo cuido y estudio, que es un proyecto para reconocer los derechos de padres, madres y estudiantes en la educación superior. Ahí hay un desafío con el reconocimiento del trabajo de cuidados en general.

Una cuestión central también es la Educación Sexual Integral para combatir la violencia y la discriminación desde las primeras etapas educativas. Por supuesto, la Ley Integral de Violencia Contra la Violencia hacia las Mujeres, y la recuperación de la autonomía económica, que es algo que marcó fuertemente también la ministra Orellana.

Esos son ejes fundamentales para el gobierno y en lo personal me va a tocar trabajar en la Comisión de Educación, y me la voy a estar jugando como ya lo he hecho de antes de ser diputada y también durante mi primer año, por que saquemos adelante la Educación Sexual Integral, que es un tema tan pendiente en nuestro país.

-¿Cuáles son tus desafíos personales?

Además de la Educación Sexual Integral, este año estamos viendo la reforma a la Ley Anti Discriminación para efectivamente que proteja la comunidad LGBTI, y a mí personalmente me llama profundamente a trabajar algo que es parte del programa de gobierno, que es la condonación del CAE y el fortalecimiento de la educación pública, a propósito de que este año vamos a discutir la reforma en la nueva educación pública.

-¿Tienes algún mensaje que agregar este 8M?

Creo que el movimiento feminista y las feministas tenemos que recuperar la capacidad de proponer, la iniciativa. Creo que hay discursos que buscan dejar al feminismo como de élite, con una mirada alejada de las preocupaciones cotidianas de la gente, y a mí me parece que eso no puede estar más alejado de la verdad.

Yo creo que el feminismo abre debates fundamentales para cómo organizamos la vida, y es un proyecto que busca mejorar la vida de las mujeres, de los hombres y de todas las personas, así que que se entienda, categóricamente, que quienes buscan decir que el enemigo del feminismo son los hombres no es así.

Las feministas queremos una mejor vida para todas las personas y por eso estamos luchando desde distintos espacios. Espero que este sea un 8 de marzo que marque también el recuperar esa capacidad de proponer, de hablarle a las mayorías en el debate público.