Diego Ibáñez, Convergencia Social: "Nuestro principal adversario es el populismo de derecha"
Diego Ibáñez Cotroneo (33) es abogado y actualmente está cumpliendo su segundo período como diputado del distrito 6, que agrupa a las comunas del interior de la Región de Valparaíso.
Previo a su llegada al Congreso, tuvo una trayectoria como dirigente estudiantil, primero como vocero de los estudiantes secundarios de Quilpué en 2006, durante la Revolución Pingüina, y años después como como vicepresidente de la Federación de Estudiantes de la PUCV.
Actualmente, Ibáñez encabeza la lista "Unidad para transformar, sumar para seguir", que agrupa a tres tendencias al interior de Convergencia Social: De cordillera a mar, Desbordar lo posible y Raíces socialistas. Las elecciones internas del partido —que se realizarán el próximo 22 y 23 de octubre— permitirán definir una nueva directiva tras casi un año sin una conducción visible.
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- Casi un año lleva Convergencia Social descabezado. Aún así, el partido estuvo en campaña, ganó la presidencial y asumió el Gobierno. ¿Se puede gobernar con un partido sin dirigencia?
Buena pregunta. Creo que lo hemos vivido con mucha ansiedad, hay mucho estrés interno, mucha confusión, dado el desorden orgánico que hay que revertir de manera urgente. El partido está en un punto de inflexión, donde hay mucha militancia que todavía no encuentra un espacio para ser escuchada.
Somos testigos de un colectivo relámpago que se da pocas veces la historia. Estoy muy orgulloso de ser parte de él, pero también estoy muy consciente de las falencias en la conducción y eso arriesga diluir nuestra potencialidad como alternativa. El objetivo de nuestra lista es resolver esto lo antes posible y convocar a un congreso en enero del próximo año.
- Considerando ese escenario, ¿Cuáles son las diferencias principales que hay entre tu lista y la de Miguel Bustamante?
Lo primero que hay que reconocer es que tenemos diferencias que no conviene eludirlas, sino que enfrentarlas y analizarlas con rigurosidad, sin consignas, y que dicen relación con el rol de Convergencia Social en el Gobierno.
Nosotros creemos que debemos ser un soporte fundamental para nuestro Presidente. Nuestro partido debe convertirse en un eje de conducción entre las dos coaliciones y entender que nuestro principal adversario no es Socialismo Democrático, sino el populismo de derecha que está brotando en en todos los rincones donde nuestra política no ha llegado.
Esta semana se presentó una ley para eliminar el principio de proporcionalidad en el derecho penal. Eso es en extremo peligroso, y ese es el principal adversario frente al cual la Convergencia tiene que ubicarse y disputar el centro político.
- ¿Cómo ha sido la relación entre Convergencia Social y el Gobierno?
Ha transitado esta relación entre una mesa que se hizo cargo de la conducción de la Convergencia, donde entró la bancada a suplir ciertos roles de conducción, y por otro lado, la participación de estar en en el Comité Político, y en reuniones con las principales dirigencias del Gobierno.
Ha sido una relación compleja producto de la falta de liderazgo interno, que tenemos que resolver en el corto plazo para que nuestro rol de diseño de gobierno a nivel nacional pese.
- Se ha ido deslizando la idea de convertir al Frente Amplio en un partido único para enfrentar las municipales. ¿Cuál es tu lectura al respecto? ¿Es viable?
No, eso hoy día no es viable. La Convergencia tiene el objetivo de ordenarse orgánicamente y de construir objetivos comunes políticamente. Necesitamos un Congreso antes de marzo del 2023 para empezar muy ordenados, con una planificación y la moral en alto.
Los debates sobre un partido único se darán después de aquello. Hoy no estamos concentrados en eso.
- ¿Pero te abres a ese debate o lo descartas de plano?
Creo que, en los tiempos tumultuosos que vivimos, uno jamás desde la izquierda se debe negar a ningún debate. Pero en las actuales condiciones no es posible que exista un partido único.
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El Gobierno: Errores y aciertos
- El Gobierno está cumpliendo siete meses desde que asumió. Si tuvieras que hacer una evaluación en dos o tres conceptos ¿Cuáles serían?
Hay un antes y un después del 4 de septiembre, definitivamente. Hoy somos minoría en el Congreso y, después del Plebiscito, las élites se han envalentonado. Hoy nuestro rol es defender el Gobierno y su programa mediante la activación de sentidos comunes. Cuando solamente se piensa la política desde el punto de vista del pasivo del Congreso, se está cercenando su potencialidad social.
Hoy necesitamos abrir debates en la sociedad sobre solidaridad, prevención comunitaria del delito, distribución de recursos, que nos permitan dibujar de forma más nítida al adversario y comprender que, mediante esa vía, uno podrá ir construyendo y movilizando afectos que puedan sostener un gobierno que tiene minoría parlamentaria en los próximos tres años que quedan.
Insisto, nuestro principal adversario es el populismo de derecha y, frente a eso, necesitamos ampliar nuestra área.
- En ese sentido, ¿Cuál es el mayor logro que ha tenido el Gobierno?
En lo programático, se han hecho varios avances en materia medioambiental, de promoción de los derechos de la mujer, de distribución de recursos para las regiones.
Hoy estamos ad portas de discutir una Ley de Presupuesto que establece un aumento de gasto público que es histórico, pese a la situación económica, justamente para enfrentarla y no eludirla. Tenemos una reforma tributaria que recibe los aplausos de la OCDE y está en ciernes una reforma previsional que debe ser uno de los principales legados de este Gobierno.
En ese contexto, creo que el principal sello del Ejecutivo ha sido enfrentar de manera estructural los problemas. Pero nos hemos encontrado con la situación de que tenemos una minoría parlamentaria y nos ha costado hacerle entender también a parte de la centro derecha lo necesario que son estos cambios.
- ¿Y cuál fue el mayor error del Gobierno en estos siete meses?
Yo promovería más los espacios de discusión política y estratégica entre los partidos. Eso no solamente es una falencia del Gobierno, sino también de los partidos. ¿Qué le estamos ofreciendo, como Convergencia Social, al Gobierno? Yo diría que no mucho.
Por eso es importante que, en esta renovación de directiva, podamos contribuir a una mirada estratégica del Gobierno más a largo plazo.
- Este gobierno tiene dos coaliciones: Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático. ¿Están equilibradas las fuerzas?
Ese debate sobre la distribución de fuerzas de las coaliciones, si bien es importante, se tiene que inscribir dentro del marco histórico que estamos viviendo. Hay un filósofo español muy bueno que se llama Santiago Alba Rico, que plantea que, en esta fase material del capitalismo, las sociedades se disuelven en un permanente proceso destituyente. Y el proceso destituyente que se invocó el 18 de octubre todavía está vigente.
Cuando tienes un gobierno de izquierda y tienes un proceso destituyente que todavía palpa, es el populismo de derecha a lo que te tienes que enfrentar. Entonces, si vas a evaluar la relación de las dos coaliciones, necesariamente tiene que estar situada en el contexto político en el cual estás dando la batalla principal, que es la no regresión de ciertos mínimos civilizatorios y que no avance el populismo de derecha. Cuando nos inscribimos en ese marco, podemos ponderar correctamente las diferencias con Socialismo Democrático, que son menores frente al desafío histórico que tienen ahí las fuerzas progresistas.
Hemos visto que eso está sucediendo en el resto de Sudamérica, que se expresa súper nítidamente en la elección de Brasil, donde Lula necesariamente tiene que hacer una alianza con la centro derecha para enfrentar a Bolsonaro. Esos matices entre las diferentes coaliciones que hoy intentan levantar las banderas progresistas, se está dando no solo en Chile, sino en el mundo entero.
- El TPP-11 se ha leído como una derrota para Apruebo Dignidad. ¿Cuál fue la debilidad? ¿Por qué perdieron?
Es que era evidente que se iba a perder esa votación en el Senado, lo sabíamos desde el período anterior. Es un elemento más dentro de la ecuación que tienes que medir para poder gobernar.
Si la derecha está amenazando con que no va a continuar el proceso constituyente y te pone como moneda de cambio el depósito del TPP-11, eliminar al director del metro, eliminar glosas de la Ley de Presupuesto, necesitas ponderar entre distintas alternativas.
Hoy nuestro Presidente está empujando la estrategia de las side letters que me parece que, dentro del contexto y las correlaciones de debilidad institucional que tenemos, es la estrategia correcta. Si no tienes una estrategia para hacer esto, a la vuelta de la esquina está la acusación constitucional por abandono de deberes, donde la situación va a ser peor, porque no tenemos los votos para sostener al Gobierno.
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Una mirada a la derrota en el Plebiscito
- ¿Cuál es la lectura que tienes del triunfo del Rechazo?
Fíjate que el día 5 de septiembre, en la comunidad de Hierro Viejo en Petorca, a las 12 del día, no tenían agua. La gente de ahí no rechazó porque le gusta no tener agua. Lo mismo en Quintero y Puchuncaví, que es parte de mi distrito, la gente no rechazó aceptando que los niños y las niñas se intoxiquen.
Entonces, si la derecha pretende ser titular de ese 62% está cometiendo un error garrafal que la puede terminar sepultando en el debate público. Mi impresión fue que se renunció a la estrategia política de empujar la batalla cultural por las ideas, faltó dar certeza y seguridad de que la gente humilde y trabajadora no va a caer en una especie de caos sin fin.
Faltó transmitir certeza y seguridad de que, lo que te has ganado con esfuerzo, no te lo van a quintar. Esas pulsiones populares no estuvieron dentro de la estrategia de campaña.
- ¿Quiénes son los responsables del fracaso de la primera Convención? ¿Hay alguna autocrítica que se debe hacer desde el sector?
Es fácil ser generales después de la guerra. Yo creo que las responsabilidades son compartidas, totalmente.
- ¿Entre quiénes?
Entre todos los actores que empujaron el Apruebo.
- Recientemente han ingresado algunos exconstituyentes a cargos de Gobierno, lo que se ha interpretado como si los estuvieran "premiando" con un cargo. ¿Faltó cautela en esos nombramientos?
No, en absoluto. El hecho de haber sido convencional no anula tu capacidad de trabajar en el aparato público ni en seguir conduciendo políticamente ciertos espacios. Yo no creo en esa lógica de la cancelación del constituyente por el hecho de haber ganado el Rechazo, creo que es hasta peligrosa en función de nuestros principios e ideas.
Segundo, están por sus propios méritos, por sus propias capacidades y sus trayectorias políticas. No tengo otra lectura sobre esto.
- Has estado participando directamente en las negociaciones para un nuevo proceso constituyente. ¿Eres optimista o pesimista frente a lo que pueda emanar de ahí?
Creo que se ha dilatado demasiado. La derecha ha jugado al desgaste, pero necesitamos ir cerrando estas conversaciones. Queda pendiente el tema del órgano y hacemos un llamado a la derecha a cumplir con su palabra.
Yo estoy mandatado a sentarme y construir el acuerdo, pero no puedo hacerlo si no es con buena fe y con la expectativa de que ellos van a cumplir con la palabra empeñada. La historia los juzgará, pero mi rol es seguir empujando este acuerdo y concitar el mayor apoyo posible dentro del Congreso.
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Ping-Pong
- Gabriel Boric, el Presidente.
Perseverante.
- Gabriel Boric, el militante.
Un poeta.
- Ximena Rincón.
Vacío.
- Partido de la Gente.
Derecho penal.
- Ricardo Lagos.
El CAE.
- Daniel Jadue.
Audaz.
- Amarillos por Chile.
No sé quién es.
- Pamela Jiles.
El abuelo.
- Embajador Velasco
Chucha, me cagaste jajaja.
- Miguel Bustamante.
Compañero.