Fabiola Campillai: “Mi caso abre las puertas para todos quienes fueron víctimas en el estallido”
“Muchas veces puedes bajar los brazos, te cansas porque no entiendes por qué te pasan las cosas… pero pienso en que amo la vida, porque aquí está todo lo que más amo, vuelvo a salir adelante, me vuelvo a parar”, dice Fabiola Campillai. La senadora por la Región Metropolitana se siente feliz tras la sentencia de 12 años de cárcel para Patricio Maturana, el ex capitán de Carabineros condenado por disparar una bomba lacrimógena en el rostro de Campillai durante el estallido social.
La condena del Tribunal Oral en lo Penal (TOP) de San Bernardo llegó recién el pasado martes, a casi tres años del ataque. Si bien la parlamentaria afirma estar contenta, considera que “ni toda la vida alcanza para pagar lo que él hizo”.
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En conversación con El Desconcierto, la senadora habla sobre su rol en la Mesa de Reparación para víctimas de violaciones a los derechos humanos del estallido social, y aborda su proceso personal y familiar luego del giro radical que tuvo su vida. “Es una pena gigante no poder ver a tus hijos crecer, tener que quedarte con su imagen de cuando eran pequeños”, cuenta.
La parlamentaria se refiere a los detalles del largo juicio y advierte que “aquí los altos mandos y Sebastián Piñera tienen que pagar lo que hicieron”. Pero antes, el martes y tras la condena de Maturana, Campillai dijo que “al fin fue condenada la bestia, el hombre que me cegó, el que cambió mi vida para siempre…Recibo la sentencia con mucha esperanza”.
— ¿Cuál es esa esperanza?
Que haya justicia en todos los casos de violaciones a los derechos humanos. El que se haya hecho justicia en mi caso abre las puertas para todos quienes fueron víctimas durante el estallido.
— La sentencia a Maturana llega en un momento en que menos del 1% de las denuncias del estallido social han terminado en condena. ¿Qué piensa de esta situación?
No sé por qué esto no ha avanzado rápido. En mi caso fueron más de dos años de investigación. Hay casos que fueron en el mismo momento que el mío, incluso Gustavo Gatica fue antes y aún no tiene justicia. En mi juicio, las pruebas fueron muy contundentes, pudieron llegar al autor del disparo. Fue una investigación larga, de parte de la Brigada de Delitos Contra los Derechos Humanos de la PDI y la Fiscalía, donde participó la Universidad de Chile y el Instituto Médico Legal. Hubo pruebas de tiro con cuerpos humanos reales y muchas declaraciones de parte de la misma institución, que fueron contundentes, en especial el carabinero Garrido. Él dice que al tercer disparo, que fue el que hizo Maturana, ve cuando unas personas llevan a otra de sus extremidades hacia el pasaje. O sea, con esa declaración dice que Maturana habría sido el autor de ese tercer disparo, que fue el que me cegó ese día.
— Hubo videos, también.
Los videos que ellos entregaron fueron bien fuertes, porque, sin saber nosotros que esos videos existían, mi hermana dio su declaración que coincide con esos videos. Maturana dice en su declaración que sería la primera vez que él usaba esa carabina lanza gases, pero la institución informa, con documentos, que Maturana a lo menos 30 veces habría usado esa arma en disturbios.
— Sabía, entonces, manipular el arma.
Tenía un curso de estas carabinas, él sabía perfectamente cómo manipular esa arma y a pesar de eso el tiro fue recto, en dirección a las personas, en este caso a mí. El fabricante dice que el disparo tiene que ser en 45° y en parábola, este fue en línea recta, sabiendo lo que podía ocurrir, y a 50 metros, muy cerca.
— ¿Fueron suficientes los 12 años de cárcel que tendrá que pagar Maturana?
Para mí no son suficientes, siempre he dicho que ni toda la vida alcanza para pagar lo que él hizo, el daño que causó, tanto físico como psicológico, y no tan solo a mí, sino a mi familia. Pero hoy puedo estar muy feliz ante la condena, que va a ser efectiva. Siento que este hombre quiso asesinarme, dañarme, y él sabía que lo iba a hacer, pensó que iba a estar en la impunidad y hoy estoy contenta porque no pasó.
[caption id="attachment_782291" align="alignnone" width="900"] FOTO: Fabiola Campillai acompañada tras el fallo / Agencia Uno.[/caption]
— Maturana estuvo muy activo en redes sociales, además participó en un reportaje de TVN y recibió apoyo de uniformados, incluido Claudio Crespo, imputado por el ataque a Gustavo Gatica. ¿Qué piensa de este tipo de campaña donde victimarios intentan influir en la opinión pública?
Lo de TVN fue querer lavar su imagen, fue querer victimizar a una persona que no lo fue, al victimario. Jamás vamos a tener disculpas de parte de ellos, nunca. Ellos siempre van a defenderse, a considerarse inocentes. Pero la verdad es que este juicio habló, el Ministerio Público y el tribunal dieron su veredicto, hicieron su trabajo y nada de lo que ellos hagan va a ir en contra de la justicia que hoy podemos lograr en Chile. No vale de nada que sea partícipe de una red social. Quiso lavar su imagen, pero esta condena vino a decir que él miente, mintió y va a seguir mintiendo por siempre.
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— ¿Qué opina respecto a que se le haya condenado a pagar las costas del juicio?
Alguien tiene que pagarlas. Ahí va a tener que recurrir a la mismas campañas para reunir dinero que hicieron hace algunos meses, tendrán que hacerle una “lucatón”, porque son varios millones. Pero tiene que pagar lo que hizo y el pago de costas es parte de eso.
— ¿Considera pertinente establecer responsabilidades respecto a los altos mandos involucrados en casos de violaciones a los derechos humanos? ¿Cree que es posible escalar jurídicamente?
Todo es posible. Aquí también hay responsabilidades políticas de un hombre que le declaró la guerra a su país, como lo es Sebastián Piñera. Está también el entonces general director Mario Rozas, que también tiene responsabilidad en todo lo que ocurrió. Los altos mandos y Piñera tienen que pagar lo que hicieron. Tenemos que perseguirlos para que paguen todas esas violaciones a los DD.HH., independientemente de que los casos sean resueltos y de que los carabineros violadores de DD.HH. estén ya pagando por ello. Pero aquí hubo una responsabilidad política más grande, y esa es la de Sebastián Piñera.
— Entonces, ¿usted está de acuerdo con lo que dijo el Presidente Boric en campaña, sobre la responsabilidad del expresidente en las violaciones a los derechos humanos?
Claramente, porque Piñera los apoyó (a los carabineros). Tuvimos a Pinochet, pero ahora fue Sebastián Piñera, y lo hizo con toda conciencia. No le importó asesinar, no le importó mutilar, no le importó violar ni torturar y hoy lo tenemos libre.
“La reparación comienza con la justicia”
— Senadora, usted es coordinadora en la mesa de trabajo que busca reparación y justicia para las víctimas del estallido social. ¿Por qué cree que es tan necesario que la justicia y la reparación vayan de la mano?
Porque la reparación comienza con la justicia. Tenemos que tener justicia para poder reparar. La importancia de esa mesa es poder reparar a las víctimas, en parte, de lo que nos ocurrió, pero sin duda tiene que ir de la mano con la justicia. Necesitamos que esos violadores paguen lo que hicieron, porque tenemos que garantizar la no repetición. Habiendo justicia esa no repetición la podemos garantizar.
— Cuando hablamos de reparación, ¿de qué es lo que estamos hablando, en el fondo?
Esta mesa va a trabajar con las víctimas para saber de qué manera podemos hacer esta reparación, porque no todos sufrieron lo mismo ni necesitan lo mismo. Hay víctimas que ya no están, asesinados por agentes del Estado, entonces cómo reparamos a su familia, a sus hijos, qué hacemos con la pérdida del ser querido, cómo vamos a estar con ellos apoyándolos. Hoy esta mesa de reparación está haciendo reuniones en distintas regiones para ir en búsqueda de todas esas víctimas que aún nos faltan, porque creo que el catastro es más amplio del que nosotros tenemos, para poder trabajar en conjunto y recoger las necesidades de todos nuestros compañeros que fueron víctimas.
— ¿Con qué propuesta se ha encontrado en estas reuniones?
Todavía viajamos a regiones y seguimos en la búsqueda de las víctimas. Una vez que eso termine, comenzará a trabajar la mesa de reparación con las distintas víctimas, protagonistas de todo esto, y con los profesionales que nos van a ayudar.
[caption id="attachment_782286" align="alignnone" width="900"] FOTO: Fabiola Campillai en el Senado / Agencia Uno.[/caption]
— Usted se querelló por amenazas y hostigamiento hace poco, ¿cómo ha vivido ese proceso de sentirse amenazada? ¿Continuaron con este tipo de acciones después del último fallo?
Eran amenazas por TikTok que comenzaron cuando a Maturana lo declaran culpable. Pero hoy están detenidas, no salieron más, no han vuelto desde que denuncié. Por ese lado, estoy tranquila. El otro lado es de este hombre que molesta y que jode afuera del Congreso.
— ¿”Pancho Malo”?
Sí. Creo que ese hombre no tiene nada que hacer, entonces va y molesta a los senadores, pero está bien equivocado porque estamos en democracia y si él necesita o quiere decir algo, la manera es conversar. Si él me dice 'oiga, senadora, yo quiero conversar con usted', yo le diría que no tengo ningún problema, conversemos, dígame lo que necesita, lo recibiría. Pero él se va por el lado de joder y de tener pantalla, de buscar gente para que lo acompañe.
— Desde el triunfo del Rechazo hay una tendencia a criticar con dureza los orígenes del proceso y las motivaciones que llevaron a quienes salieron a las calles, lo que llaman el “octubrismo”. ¿Qué piensa de esta posición?
Lo que pasó en el estallido todos lo tenemos claro, creo que fue el cansancio y el despertar de nuestro pueblo ante todas las injusticias que habían en Chile. Hoy tratan de criminalizar, pero en verdad fue un estallido. En el tema de la Constitución, hicieron un trabajo de desinformación hacia nuestra gente, de crear miedo hacia nuestro pueblo. Allí tuvieron todos los elementos y el monopolio completo de la televisión para desinformar a nuestra gente.
— Respecto al indulto a los presos del estallido, ¿ve una viabilidad? ¿Cree que se ha avanzado?
Lo que quiero es que se resuelvan todos estos casos. Que podamos tener en libertad a esos jóvenes que algún día soñaron con un Chile mejor, diferente, con mucha más justicia social y derechos que no tenemos hasta ahora. Ellos son presos políticos, que han sufrido mucho en las cárceles. Hubo montajes y lo único que queremos es justicia y reparación para ellos también, porque han vivido horrores en las cárceles. Hay muchos jóvenes que estaban estudiando, otros que quizá no estaban estudiando porque no han tenido la oportunidad. Ahí hay mucha gente, jóvenes que trabajaban para ser alguien en sus familias. Ellos se atrevieron a decir todo lo que nosotros queríamos decir y que no nos animábamos o que teníamos miedo a decirlo, se atrevieron a pelear por eso. Como respuesta recibieron represión, como nosotros, mutilaciones, muertes, torturas, violaciones.
“Cuando ocurre ese disparo se fueron muchos sueños”
— Han pasado casi tres años desde que sufrió el ataque, su vida ha tenido un giro radical. ¿Cómo es la Fabiola de ahora respecto a la trabajadora de Carozzi que fue agredida en noviembre del 2019?
Cuando ocurre ese disparo se fueron muchos sueños, se fueron esperanzas de un proyecto de vida que llevaba y quería. He tenido que reinventarme, desde aprender de nuevo a bañarme sola o a comer, porque hasta esas cosas tan pequeñas, que hacemos día a día, a mí me cuestan. Por ejemplo, tengo que usar una especie de babero para no mancharme. La vida de mis hijos cambió mucho. Mi hija me ayuda con la labor de ser madre, es mi apoyo respecto a mi hijo más pequeño. La casa tuvo que sufrir varios cambios, instalamos una rampa y tuvimos que poner pasamanos en la ducha, el baño y en otros lugares. Tengo clases de movilización en las calles, tengo que aprender a usar mi teléfono y el computador desde esta condición de ya no tener mis ojos, para tener herramientas para salir adelante. Ha sido un desafío gigante, muy grande, es muy difícil no tener tres de sus sentidos. Es difícil comer sin sentir un sabor y no saber lo que estás comiendo. Querer ponerte un perfume sin poder sentir su olor. Es difícil, más aún, y una pena gigante, el no poder ver a tus hijos crecer, tener que quedarte con su imagen de cuando eran pequeños. Por lo menos Bastián, cuando me ocurrió esto, tenía ocho años, hoy tiene once. Pensar en su cara y que ha crecido, que es el más pequeño, se me hace difícil. Son cosas que ya no van a cambiar, tengo que aprender a vivir.
— Es difícil y cuesta mucho, me imagino…
Cuesta, créeme que cuesta. Muchas veces puedes bajar los brazos, te cansas, porque no entiendes por qué te pasan las cosas; no entiendes por qué a ti, por qué te ocurrió. Vienen esos pensamientos, pero pienso en que amo la vida, porque allí está todo lo que más amo: mis hijos, mi madre, mi esposo, mis hermanos; vuelvo a salir adelante, me vuelvo a parar. Estoy con toda la fuerza, con todo el entusiasmo y hoy aprendí a trabajar acá en el Senado. Aunque la gente dice que esto no es para nosotros, para el pueblo, sino que es para "grandes", con posgrados y magíster, yo digo no, se puede, todo se puede. Porque aquí estoy y porque soy la pobladora que pudo y que está representando a su pueblo, que día a día vela por las necesidades de nuestra gente. Trato de hacerlo lo mejor posible. Así estoy hoy, feliz, contenta por esta condena. Creo que es parte de la reparación. Sigo adelante y con más fuerza que nunca.
[caption id="attachment_782280" align="alignnone" width="900"] Fabiola Campillai celebra tras la sentencia. /Agencia Uno.[/caption]