Una gravísima situación denunció la fiscal regional del Bío Bío, Marcela Cartagena, este domingo.

Esto porque la persecutora afirmó en conversación con el diario El Sur, que a la gente que se traslada a un sitio donde ha ocurrido recientemente un crimen "le disparan".

"La violencia rural es un tema para la Región desde hace cinco, seis años. Viene siendo un problema álgido desde principios de este año, desde nuestra mirada. Desde ahí, hemos tenido mayor frecuencia, mayor incidencia", comenzó relatando la fiscal.

Y las cifras, confirman su análisis. Hasta julio de este año 66 denuncias han sido ingresadas por este tipo de hechos de violencia. En la misma fecha de 2019, iban 39, y en total, se contabilizaron 76 casos.

Al respecto, Cartagena señaló que el carácter de los hechos de violencia se ha ido diversificando, enumerando entre ellos atentados explosivos, incendiarios y asesinatos.

"A mediados de 2019 arrastramos hechos de sangre entre personas de la etnia mapuche que nos preocupan. Hay al menos dos o tres casos. El último sucede a fines de 2019, principios de 2020, que es un señor al que matan entre varios. Ahí tenemos seis personas en prisión preventiva producto de la investigación", relató.

Asimismo, señaló que en lo que va de este año se han producido tres atentados explosivos, "eso lo ligamos a la sustracción de explosivos que tuvimos en noviembre de 2019. Ahí tenemos uno de los fenómenos nuevos y nos preocupan".

A estos, se suman además tres atentados a escuelas y a los contratistas forestales. "Es un flagelo regular que estamos sufriendo. Dos a tres veces en el mes ocurren hechos y tenemos cero posibilidad de detección en flagrancia", explicó Cartagena, detallando que la flagrancia en la violencia rural "es mínima, casi nula, de tal manera que tenemos que enfrentarla desde el punto de vista de la investigación".

Sin embargo, dichas investigaciones también resultan complejas, agregó la persecutora. Esto, por motivos tales como la dificultad para encontrar testigos, y la propia geografía de la zona.

"Si no llegamos oportunamente a un sitio del suceso, es factible que se pierda prueba o se pueda manipular el sitio del suceso. Pero tenemos dificultad de investigar, porque a la gente que se traslada a esos lugares, les disparan. Hay cortes de camino, disparos. Se torna difícil el trabajo nuestro. Eso no quiere decir que hayamos suspendido el trabajo", explicó.