El 8 de julio la Central de Abastecimiento (Cenabast) emitió una boleta a la empresa con sede en Dubái "Markario General Trading LLC", especializada en la venta de equipamiento médico, por la compra de ventiladores mecánicos UCI de origen suizo.

Así lo informó el vespertino La Segunda, en un artículo donde afirman haber tenido acceso a los montos de esta venta, los que no estarían disponibles en Mercado Público al tratarse de una "transacción secreta, debido a la competencia entre países".

En esta línea, sostienen que el Minsal pretendía comprar a esta compañía 200 ventiladores con un precio de US$36.500 cada uno, lo que hacía que la operación completa costara US$7,3 millones, o $5.772.986.000 si se avalúa en la moneda nacional. Sin embargo, finalmente se realizó una compra por un 30% de los ventiladores, desembolsando US$2,19 millones ($1.731.895.800) por 50 de los 200 ventiladores, que ya habrían llegado al país.

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Sin embargo, esta compra no fue lo que se esperaba, ya que el 19 de junio el ingeniero civil biomédico del Minsal, Diego González, redactó un informe interno de cinco páginas donde evaluó de mala manera a los ventiladores enviados desde Dubái.

"Las principales dificultades encontradas fueron el sistema de conexión de oxígeno para suministro del equipo debido a que presentaba la conexión tipo nipple para ser usado con manguera de oxígeno de baja presión (tipo oxígenoterapia), y esto influye directamente en la estabilidad del suministro", señala el informe.

"El armado del circuito de mangueras, al ser conectores plásticos, debían ser verificados constantemente ya que tendían a fugar por presión", establece el reporte, agregando que, además, faltaba la batería y la conexión a la red de alimentación de oxígeno estaba defectuosa.

Desde el oficialismo, salió a responder los cuestionamientos el subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúniga, quien recalcó que "en ningún caso el Minsal ha recibido ventiladores defectuosos. Lo que ocurrió es que la empresa respectiva ofertó ventiladores mecánicos invasivos, y lo que se determinó es que los ventiladores que llegaron no lo eran".

Así también, aseguró que "la empresa ya está en conocimiento de la posición del Ministerio de Salud y está dispuesta a ofrecer alternativas para resolver la situación".

Finalmente, Zúñiga sostuvo que el dinero gastado en los equipos "en ningún caso está perdido", y que desconocía si la empresa en cuestión tiene algún otro contrato con el Estado.