Tres semanas cumplen ya las más de 200 personas venezolanas que han estado acampando en las afueras de la embajada de su país ubicada en Providencia, solicitando ayuda por su precaria situación económica.

Se trata de ciudadanos que al cerrarse las fronteras, no pudieron regresar a su país, y que dado el contexto económico que siguió del estallido y que empeoró con la crisis del COVID-19, han enfrentado serias dificultades para conseguir los recursos mínimos de subsistencia.

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Entre ellos hay niños, mujeres, personas de la tercera edad e incluso bebés, que han estado durmiendo a veces sin carpa o mayores resguardos, y que han estado utilizando el baño de una iglesia cercana para hacer sus necesidades.

Este lunes, el intendente de la Región Metropolitana, Felipe Guevara, abordó el caso de estos 200 ciudadanos venezolanos que están solicitando ser repatriados, e hizo un llamado "al gobierno venezolano para que tome a las personas que son de su país y las pueda trasladar a Venezuela lo antes posible“.

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No obstante, sostuvo que “a diferencia de lo que sucede con vecinos de otras nacionalidades, donde la país de origen, como Bolivia reconoce la cuarentena de las personas de acá en Chile para dejarlas entrar en Bolivia, Venezuela no hace lo mismo". En ello, justificó su decisión de que “no tiene mucho sentido llevarlos a un albergue, porque el albergue se justifica cuando hay una plazo acotado de permanencia“.

La situación es bastante similar a la de los ciudadanos bolivianos que hace unas semanas acamparon frente a la embajada de su país en la misma comuna, y que fueron luego enviados por el gobierno chileno a Iquique, donde se descubrió que gran parte de ellos se contagió de COVID-19.

Por ahora, estos ciudadanos bolivianos contagiados se encuentran haciendo su cuarentena en el Liceo A7 de la mencionada ciudad, y el resto de sus compatriotas en un albergue, a la espera de cumplir la cuarentena que su país les exige para ser repatriados.