"No hay grandes contagios locales en Nueva Zelanda. Hemos ganado la batalla". Con esa frase, Jacinda Ardern, primera ministra neozelandeza, informó sobre el registro de infecciones diarias por el virus, las que este lunes mostraron el alza más baja.

El optimismo de la autoridad siguió con el aviso de medidas de desconfinamiento, además del seguimiento de los casos identificados durante los últimos días: "Para lograrlo debemos rastrear a los últimos casos. Es como buscar una aguja en el pajar", señaló la primera ministra.

Del total de 1.122 casos que hoy en día existen en Nueva Zelanda, el lunes se regristró solo un nuevo caso confirmado, más otros cinco sospechosos, con solo un fallecido nuevo (dejando 19 en total, entre los cinco millones de habitantes, señaló Infobae).

Desde este lunes, y después de cuatro semanas de vigencia, el nivel de alerta neozelandés bajó de cuatro a tres, lo que apunta a una reactivación económica, dejando atrás el congelamiento de actividades y el confinamiento.

Junto con pedir que se mantena el distanciamiento social, la ministra Ardern explicó que en el escenario actual "estamos abriendo la economía, pero no estamos retomando la vida social de las personas".

En dos semanas más se reunirá presencialmente el gabinete de la administración local. En el mismo periodo de tiempo se determinará la apertura o cierre de las fronteras.