La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se encuentra evaluando la situación de los derechos humanos en nuestro país y las causas de la actual crisis social. Como organización nacida al alero de la Convención de los Derechos del Niño para su puesta en práctica en Chile, hemos participado en algunas de sus actividades. En ellas, junto a las graves violaciones de derechos humanos en el contexto de movilización social, aparece con fuerza la crisis en que se encuentran los derechos sociales, económicos, culturales y medioambientales.

Las encuestas de opinión revelan un generalizado malestar con las pensiones, la salud, la educación y la escasez hídrica, pero es el testimonio de las familias que más sufren lo que mejor ilustra la magnitud del problema. Los relatos de quienes viven en barrios excluidos, el escaso acceso a servicios sociales dignos, la violencia en las calles, la escasa libertad de niñas y niños para jugar en el espacio público. Esta ha sido la cara de un Chile que por años no hemos querido mirar y que explotó hace tres meses.

Confiamos en que la CIDH dé cuenta de estos problemas, que han socavado no solo indicadores económicos y sociales, sino también nuestra convivencia y la vida cotidiana de niñas, niños y adolescentes. Asimismo, esperamos que el Estado sepa acoger las primeras alertas del organismo y sus posteriores recomendaciones. Hacerlo será duro, pero un paso adelante en el esfuerzo por recomponer el diálogo nacional y la vigencia de los derechos humanos.