"No era un proyecto de protección a los glaciares": Activistas explican por qué no defendieron la iniciativa de Bachelet que fue retirada por el gobierno
Durante este martes, la Cámara de Diputados votará el proyecto de ley que modifica el Código de Aguas para impedir el aprovechamiento en los glaciares. Esto, en medio de la polémica por el retiro del apoyo del Gobierno a la iniciativa original de protección de glaciares de la administración de Bachelet.
Los parlamentarios ya habían manifestado sus molestias durante el pasado 3 de julio, cuando no se alcanzó a tramitar el proyecto debido al alto número de expositores. Ese día, diputados acusaron a la minería de presionar para abortar la propuesta ingresada por el Gobierno anterior, tramitada durante cuatro años en la Cámara Baja.
La ministra de Medio Ambiente, Marcela Cubillo, explicó que en La Moneda no están a favor de aprobar leyes específicas para salvaguardar ecosistemas fundamentales, sino a través de los instrumentos de conservación establecidos por el proyecto de Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas. La decisión fue cuestionada por algunos y aplaudida por otros: por ejemplo, la directora de Chile Sustentable, Sara Larraín apuntó a la presión de la industria minera y señaló que seguirá "agravando la inseguridad hídrica que enfrenta el país".
También se sumaron los parlamentarios a los cuestionamientos: "No hay ciudad de Chile que no esté asentada a orillas de un río o en un cuerpo de agua alimentado por glaciares. Si se destruyen los glaciares desaparecen varias ciudades, por eso el gobierno se equivoca cuando protege intereses económicos como la minería por sobre los glaciares", sostuvo el diputado ecologista Félix González.
"No puede ser que el Ministerio de Medio Ambiente permanente esté siendo presionado para poder tener una visión mucho más laxa, mucho más flexible, en relación a los recursos naturales, y el Ministerio de Hacienda como el Ministerio de Economía permanentemente estén presionando en lo que tiene que ver con nuestros recursos naturales, que además es una visión cortoplacista y poco inteligente", alegó la diputada Alejandra Sepúlveda.
Sin embargo, no todos comparten la misma visión sobre el proyecto fallido de Bachelet: de hecho, una buena parte de las organizaciones ambientales celebra su término, asegurando que la iniciativa nunca reflejó un interés real por la protección de los glaciares.
Proyecto de Bachelet "protegía la inversión y la minería"
Desde la Coordinación de Territorios por la Defensa de los Glaciares, su vocera Stefanía Vega, explicó por qué celebraron el retiro del apoyo al proyecto presentado por la administración interior.
"Lo que pasa es que el proyecto tenía ciertas carencias que eran bastante importantes. Su historia de tramitación nos remitía a un proyecto que en general parecía bueno. Sin embargo, posteriormente, el gobierno de Bachelet, por medio del Ministerio de Medio Ambiente comienzan a ingresar ciertas indicaciones que, en lugar de mejorar el proyecto, comenzaron a convertirlo en una iniciativa que protegía la inversión y la minería", sostuvo la activista.
Además, explicó que el proyecto de Bachelet constaba de una definición de glaciar "muy pobre, donde no se consideran aspectos importantes que son finalmente son los que permiten que un glaciar se sostenga y se mantenga como tal".
A la vez, Vega aseguró que la idea de prohibición del proyecto era bastante escueta. Por ejemplo, hablaba de proteger mil metros ladera abajo después de un glaciar: "Mil metros es nada. Los enemigos de los glaciares, lejos del cambio climático, es la minería, que levantan mucho polvo y ese polvo vuela, hasta llegar a los glaciares y hacer que su derretimiento ocurra mucho más pronto", argumentó.
Desde la coordinadora que reúne a varias organizaciones de todo el territorio en defensa de los glaciares, Vega recordó que el proyecto presentado por el pasado Gobierno primero consideraba dentro de su protección la idea de zonas vírgenes, pese a que en Chile no hay glaciares en ninguna zona de tal categoría.
"Además son muy pocos los glaciares que están dentro de parques y reservas nacionales. En el norte la gran mayoría está fuera", añadió la activista, cuestionando también el concepto de reserva estratégica, "donde los glaciares tenían que entrar en una suerte de concurso para demostrar volumen, tamaño y porcentaje de agua para ser considerado como tal. Todos los glaciares debieron ser considerados reserva estratégica".
Además, cualquier persona podría cuestionar el carácter de reserva estratégica del glaciar: "No era un proyecto para la protección de los glaciares, sino para la protección minera. Para este proyecto y cada una de las indicaciones que se discutieron, los principales invitados fueron el Consejo Minero y Codelco. Las comunidades logramos ingresar pero porque lo exigimos", enfatizó Stefanía.
A juicio de los activistas, para avanzar y garantizar una real protección de los glaciares es necesario proteger de forma integral a los sistemas de alta montaña, ya que de ese modo se protege todo el ambiente que posibilita la vida de un glaciar o de un conjunto de glaciares.
Respecto a la postura del actual Gobierno, Vega recalcó que "sabemos que sus intenciones y las nuestras son diferentes. Celebramos que lo hayan bajado porque era un mal proyecto".
Durante esta mañana, la Cámara de Diputados está votando la iniciativa que impide la constitución de derechos de aprovechamiento de aguas sobre los glaciares. Sobre esto, los activistas opinan que se trata de un gesto valorable, pero que nuevamente cae en el mismo error: "Entregan una definición de glaciar que nuevamente es muy pobre y que probablemente sea así porque no existe una ley de glaciares que hable de ello. Nosotros apostamos porque se logre instalar una definición más completa para entregarles una real protección. Son territorios que habitamos y estamos próximos a las cuencas y también porque como país tenemos una responsabilidad, teniendo el 90% de los glaciares de América en contexto de cambio climático", cerró.
La propuesta abordada hoy por los parlamentarios reconoce a los glaciares como parte del ciclo hidrológico de las aguas y prohíbe toda actividad que genere "impacto significativo o daño irreversible" sobre ellos.
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