"La era de la paciencia estratégica terminó". Así advirtió el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, este lunes a Corea del Norte en un viaje a la franja que entre el norte y el sur de la península, en el marco de una gira de 10 días por Asia.

Al visitar la Zona desmilitarizada, Pence definió como "acorazada" a la alianza entre Washington y Seúl e insistió en que "todas las opciones están en la mesa" para presionar a Pyongyang a dejar de lado sus programa y armas nucleares.

"En las últimas dos semanas el mundo contempló la fuerza y la determinación de nuestro nuevo presidente con las acciones emprendidas en Siria y Afganistán. Corea del Norte haría bien en no poner a prueba su determinación o el poder del Éjército de EE.UU.", destacó Pence.

Durante la visita permitió al número dos de Estados Unidos observar a los soldados norcoreanos desde lejos y mirar directamente al otro lado de la frontera, Pence hizo un llamado a China a emplear los “extraordinarios” mecanismos de presión a su alcance para hacer que el Norte abandone su programa armamentí­stico.

Horas antes de que Pence aterrizara en suelo surcoreano, Pyongyang intentó lanzar sin éxito un misil balístico que estalló tras ser disparado, en lo que supone el enésimo ensayo armamentístico del régimen que lidera Kim Jong-un en el último año.