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Tecnología al servicio de la biodiversidad: Robots marinos con IA plantan corales para salvar el Gran Arrecife de Australia
Foto: National Geographic

Tecnología al servicio de la biodiversidad: Robots marinos con IA plantan corales para salvar el Gran Arrecife de Australia

Por: Pablo Oyarzún | 18.12.2025
Un sistema autónomo desarrollado por científicos australianos recurre a la inteligencia artificial para colocar miles de corales jóvenes en zonas estratégicas del Gran Arrecife de Coral, acelerando su recuperación frente al cambio climático y revirtiendo una situación crítica.

El Gran Arrecife de Coral enfrenta una carrera contra el tiempo. Los episodios de blanqueamiento causados por el calentamiento global han deteriorado grandes extensiones de este ecosistema, considerado la estructura viva más grande del planeta. Ante esta crisis, científicos e ingenieros australianos desarrollaron una innovadora solución: robots marinos guiados por inteligencia artificial capaces de plantar corales a una escala imposible de lograr solo con trabajo humano.

El sistema, denominado Sistema de Guiado para el Despliegue o DGS (por sus siglas en inglés) funciona como un piloto automático especializado en restauración marina. Su labor consiste en distribuir pequeños dispositivos cerámicos que albergan corales juveniles en los lugares precisos donde tienen mayores probabilidades de crecer y desarrollarse hasta la edad adulta.

"El sistema no es tanto una sola tecnología sino muchas, reunidas en un flujo de trabajo que mejora el rendimiento de nuestros esfuerzos de siembra de coral", comentó Dr. Ben Moshirian, ingeniero del proyecto del Instituto Australiano de Ciencias Marinas (AIMS). Además, agregó que "el objetivo es garantizar que los dispositivos de siembra de coral se implementen de forma precisa y segura en ubicaciones preestablecidas".

Foto: National Geographic

Años de investigación

El DGS no opera al azar. Por el contrario, su funcionamiento se basa en modelos científicos desarrollados durante cinco años por el Programa de Restauración y Adaptación de Arrecifes (RRAP), que analiza factores como corrientes marinas, temperatura del agua y estabilidad del fondo marino. Una vez en el océano, sus cámaras y algoritmos determinan el momento exacto para soltar cada dispositivo.

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La tecnología también incorpora un sistema de geolocalización que registra la ubicación precisa de cada punto donde se colocan los corales, permitiendo a los científicos regresar meses después para monitorear su crecimiento. Asimismo, los equipos pueden optar por realizar despliegues manuales cuando lo consideren necesario.

Restauración marina transversal

Una de las características más destacadas del DGS es su versatilidad. El sistema está diseñado para funcionar tanto en grandes buques de investigación como en embarcaciones pequeñas de apenas cinco metros de eslora. Esta flexibilidad permite que comunidades locales y grupos indígenas participen activamente en la restauración del arrecife sin necesitar equipamiento costoso.

Actualmente, el proyecto se encuentra en fase de pruebas reales dentro del Programa de Despliegues Piloto, evaluando no solo la precisión de la inteligencia artificial en la selección de sitios, sino también la facilidad de uso del sistema para operadores sin experiencia especializada.

"Esta tecnología no consiste en que las máquinas reemplacen a los humanos. Se trata de que los humanos trabajen con máquinas para que nuestra ciencia tenga un impacto a una escala que antes era difícil de lograr", enfatizó el Dr. Moshirian.

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Esfuerzo colaborativo

El DGS forma parte del RRAP, financiado por el gobierno de Australia y la Fundación del Gran Arrecife de Coral. El programa reúne a múltiples instituciones, incluyendo el CSIRO (Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth), la Queensland University of Technology, la James Cook University, la University of Queensland y la Southern Cross University.

Frente a la presión del calentamiento global, este proyecto representa un cambio de paradigma en la conservación marina: no busca controlar el océano, sino ayudarlo a recuperar lo que ha perdido mediante la combinación de ciencia avanzada y robótica marina.

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