Javier García, director de UÑU Lab: "Festival Pala en Mano plantó 4.000 árboles nativos para regeneración de Chiloé"
En entrevista con El Desconcierto, Javier García, director ejecutivo de UÑU Lab, se refirió al positivo impacto del Festival Pala en Mano en la restauración ecológica de Chiloé, la crítica situación de deforestación que atraviesa el archipiélago y cómo las empresas pueden sumarse a estrategias ESG que incorporen la conservación del bosque nativo.
"Chiloé tiene una capacidad de almacenar carbono incluso el doble o el triple de la Amazonía, por lo tanto, se convierte en un lugar estratégico para combatir la crisis climática", aseguró García.

El origen
— ¿Cómo nace UÑU Lab y qué es lo que hace específicamente?
UÑU es un proyecto que ha ido mutando con el tiempo. Comenzamos trabajando con artesanos en Chiloé, ese es nuestro territorio. Partí trabajando con artesanos que son afortunadamente vecinos míos en una zona rural que se llama Mecura, ubicada en la zona norte de la isla.
Empezamos a trabajar porque vi mucho talento, pero vi pocas plataformas de comercialización de estos productos, por lo tanto, me di cuenta de que había un oficio y un patrimonio cultural que se estaba perdiendo. Entonces creamos un marketplace donde la gente puede comprar estos productos y ese fue nuestro gran origen.
Con el tiempo decidimos plantar 500 árboles para devolver estos insumos naturales y ahí empezamos a profundizar nuestro conocimiento con el bosque y con el problema que tiene Chiloé de pérdida de masa boscosa. Hoy trabajamos con empresas, desarrollamos estrategias ESG para ellas, pero nuestro diferencial tiene que ver con que incorporamos el trabajo con el bosque nativo dentro de estas estrategias.
Festival Pala en Mano
— En el mes de junio tuvo lugar la cuarta edición del Festival Pala en Mano, ¿cómo les fue y qué pudieron sacar en limpio de esta actividad?
El Festival Pala en Mano es una actividad regenerativa y educativa que estamos llevando a cabo desde hace ya cuatro años. En realidad un poquito más, pero los primeros años fueron festivales más pequeños. Hoy es un festival de conservación que dura tres días, que se hace en la comuna de Ancud, y que tiene dos grandes objetivos.
Por un lado, llevar educación a las comunidades, y eso lo hacemos a través de charlas y documentales que llevamos en asociación con Ladera Sur. Y por otro lado, acciones regenerativas, es decir, trabajamos en restauración ecológica para poder regenerar el bosque nativo de Chiloé.
Tuvimos una muy linda versión 2024, llenamos el Teatro Municipal de Ancud, que es el lugar donde hacemos las charlas y los documentales. Trabajamos ahí con el Departamento de Medio Ambiente, la DIMAO, que tiene un equipo muy empilado, y recibimos cerca de 150 voluntarios el día sábado, que es la jornada de cierre.

Solamente ese día plantamos 1.600 árboles, llegamos a la meta de los 4.000. Recibimos voluntarios y gente que participó en el teatro, y esto lo cerramos con un almuerzo de camaradería donde se da esta riqueza de juntar artesanos, gente de la comunidad, empresas, la municipalidad y esto se cierra con un festival de música.
Entonces es un panorama muy entretenido y lo hacemos siempre en vacaciones de invierno porque tiene un corte familiar y la invitación es abierta. Afortunadamente ha sido así, hay bastante presencia de niños, que son los encargados de tomar este bastón.
Crisis del bosque nativo chilote
— ¿Cómo es que se pierde la masa boscosa nativa en Chiloé?
Chiloé tiene un montón de temas ambientales, producto de su distancia con el continente. Entonces tiene problemas de gestión de residuos, ha sido declarada zona de escasez hídrica a pesar de que llueve muchísimo, tiene contaminación por plástico producto de la industria, y tiene una pérdida de masa boscosa nativa alarmante.
Se pierden cerca de 900 hectáreas al año, lo que es una cantidad brutal, es un número muy grande. Para hacerte una idea, son cerca de 1.200 canchas de fútbol al año. Y esto tiene que ver con una cuestión cultural. Siempre los chilotes han visto en el monte leña, en vez de ver bosque. Por lo tanto, se producen cortes y robos de leña por todas las comunidades rurales y no hay reposición de estos árboles.
Se pierde la masa boscosa nativa y esto genera un montón de problemas ecosistémicos. De partida se fragmenta el ecosistema, la fauna empieza a verse afectada porque no tiene por dónde trasladarse y se empieza a extinguir. Si nosotros tenemos un bosque sano, tenemos un suelo sano porque el bosque nativo ayuda a que la calidad del suelo sea mejor.
De este modo, tenemos la capacidad de retener el agua. Chiloé ha sido declarada zona de escasez hídrica, lo que implica un estrés permanente respecto al agua para la comunidad, la ganadería y la agricultura. Si no tenemos bosques sanos, si tenemos suelos erosionados, esa agua se pierde y eso afecta a todo el ecosistema.
Además, el bosque nativo es mucho más lento de crecimiento que el pino y el eucalipto, por ende es una batalla dura y sobre todo que estamos en una crisis climática muy potente. Tener bosques sanos o la restauración ecológica es una solución basada en la naturaleza que nos permite contrarrestar esta crisis.
Estrategias ESG
— Tomando en cuenta la crisis climática y las consecuencias que podemos experimentar, como fenómenos meteorológicos inusuales, sequía, olas de calor, la deforestación, entre otros, ¿cuál debería ser el camino a seguir por las empresas para causar un impacto ecológico positivo? y ¿qué es lo que hace UÑU para ayudar en esta tarea?
Como te comentaba, partimos trabajando con artesanos, hoy seguimos trabajando con ellos, pero nuestro foco está puesto en las empresas. Y lo que estamos haciendo es desarrollar o diseñar sus estrategias ESG.
Eso permite medir y reducir el impacto de las empresas, por un lado, lo que es muy importante, y yo hago aquí una invitación a todas las empresas para que lo hagan, grandes, pequeñas, medianas, todos dejamos un impacto. En consecuencia, es importante saber cómo y cuál es ese impacto.
Y por otro lado, incorporamos la restauración ecológica como una solución basada en la naturaleza. Entonces, de esa manera nosotros tratamos de abordar este problema para que las empresas sean más amigables con el medio ambiente y que tengan un mejor rendimiento comercial. Además, incorporamos el trabajo con el bosque como una solución natural para poder combatir la crisis climática.
Impacto territorial
— A lo largo de los años, ¿cuáles son las cifras a destacar de la gestión y acción de UÑU en el territorio de Chiloé?
Trabajamos con una comunidad de 15 artesanos que están repartidos en la isla, que son tesoros vivientes, son personajes increíbles. Muchos de ellos no tienen teléfono, hay gente que vive arriba de los montes y en los bosques.
Hemos plantado cerca de 40.000 o 50.000 árboles en estos últimos seis años. Hemos entendido también que lo importante no es el volumen de árboles, sino la tasa de prendimiento de estos. Estamos trabajando en cuatro sectores, cerca de seis hectáreas. Hemos tenido distintas tasas de prendimiento. Hay lugares en los que tenemos terrenos con muy poca materia orgánica, donde tenemos porcentajes de 30%, y hay otros terrenos en los que hemos tenido la suerte de encontrarlos muy sanos, donde tenemos cerca de un 90%.
Hemos hecho cuatro festivales, eso significa que hemos llevado charlas y educación a un montón de gente, porque por lo general tenemos 100 personas por día. Y estamos trabajando con cuatro o cinco empresas, esperamos que sean cinco ahora a finales de agosto, con las que estamos desarrollando estas estrategias ESG y las estamos ayudando a que su impacto sea menor y que además aporten al bosque de Chiloé.
Proyecciones y conservación
— ¿Cuál es la proyección hacia el futuro por parte de UÑU?
Esperamos aumentar nuestra cartera de clientes, ojalá llegar a ocho o diez clientes este año, para poder generar un mayor impacto. Y por otro lado, seguir aumentando nuestro volumen de árboles, o incrementando las hectáreas en las que estamos haciendo restauración.
Esperamos que el festival también vaya creciendo, que la comunidad nos acompañe todos los años, que las empresas se interesen en este tipo de acciones. Las empresas pueden desarrollar estrategias ESG con nosotros o simplemente pueden participar como auspiciadores del festival. Eso nos ayuda a contagiar a más personas, a más empresas y también a aumentar el volumen de árboles.
Finalmente, lo que nosotros buscamos es que las empresas se puedan medir y puedan ser más conscientes. Es muy importante cambiar la cultura de las empresas, por un lado, y por otro , regenerar el ecosistema de Chiloé. Queremos proteger esa biodiversidad.
Chiloé tiene dos particularidades muy especiales: una biodiversidad que no se da en cualquier parte del mundo. En ese pequeño archipiélago tenemos desde la ballena azul, que es el mamífero más grande del planeta, hasta un marsupial que es el monito del monte, pasando por infinidad de aves y zorros. Hay una riqueza increíble ahí que necesitamos proteger.
Por otra parte, estudios científicos han demostrado que la capacidad de almacenar carbono de Chiloé es incluso el doble o el triple de la Amazonía, por ende se convierte en un lugar estratégico para combatir la crisis climática. Si bien la Amazonía, por su dimensión es el gran pulmón, Chiloé es muchísimo más pequeño, pero su capacidad la hace un lugar especial y estratégico.
Ahí está la gran necesidad de proteger ese lugar, cuidar esa biodiversidad y potenciar la capacidad que tiene Chiloé como captura de carbono. Entonces tratamos, a través de estas estrategias, que las empresas se sumen y que elijan a Chiloé como territorio para poder tener un impacto positivo en la naturaleza y específicamente en el bosque.
— ¿Cómo la gente puede conocer las redes sociales de UÑU Lab?
Tenemos un marketplace donde vendemos productos que trabajamos con los artesanos, desde sillas, mesas, bancas, hacemos lámparas con trampas de centolla que han sido dejadas porque se van rompiendo, nosotros las rescatamos. El marketplace que es unudelaisla.cl
Y para las empresas o personas también que quieren interesarse en el trabajo que hacemos tenemos un sitio web que es unulab.cl
Además, tenemos programas de voluntariado corporativo. Llevamos a las empresas a vivir la experiencia de lo que es la restauración ecológica en invierno y eso nos ayuda a crear gente más consciente, que finalmente son agentes de cambio que regresan a relatar esa vivencia y van ayudándonos a contagiar a todos para que esta cadena siga aumentando.