
En Chile se pierden 5,2 millones de toneladas de alimentos al año mientras 800 mil personas pasan hambre
Cada 29 de septiembre se conmemora el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, una fecha instaurada por Naciones Unidas para visibilizar una paradoja dolorosa: mientras millones de personas en el mundo pasan hambre, toneladas de comida apta para consumo terminan en la basura. Chile no es la excepción.
En este contexto, la diputada Carolina Marzán, presidenta en Chile del Frente Parlamentario contra el Hambre y la Malnutrición, realizó un llamado a los candidatos al Congreso a comprometerse públicamente con la seguridad y la soberanía alimentaria.
La parlamentaria recordó que en el país se pierden 5,2 millones de toneladas de comida cada año, según un estudio de la Facultad de Ingeniería y Negocios de la Universidad de Las Américas, y que al mismo tiempo existen más de 800 mil personas que pasan hambre a diario, además de casi 3 millones que no tienen acceso regular a alimentos nutritivos.
“Todas y todos los candidatos al Congreso, tanto en la Cámara como en el Senado, debieran estar en esta línea; se trata de proteger nuestra producción, avanzando hacia la seguridad y soberanía alimentaria para asegurar vida”, enfatizó Marzán, advirtiendo que Chile aún no asume este desafío de forma institucional ni con leyes a la altura.
El hambre y la malnutrición en cifras
Los datos son categóricos: la última Encuesta CASEN muestra que el 17,6% de la población chilena vive en inseguridad alimentaria moderada o severa, un aumento de 6,8% en los últimos seis años.
A esto se suma el alza sostenida del costo de vida: en 2024 el IPC de alimentos creció un 6,1% y la canasta básica familiar supera los $70.000, encareciendo el acceso a una dieta saludable que, en promedio, cuesta más de $5.000 diarios por persona.
En contraste, un país donde millones luchan por comer dignamente desperdicia alimentos de manera rutinaria.
Una encuesta desarrollada en el marco de la Estrategia Nacional para reducir y prevenir las pérdidas y desperdicios de alimentos reveló que los productos más desechados en los hogares son pan, frutas y verduras, alcanzando un 30% de frecuencia diaria o semanal en el caso de frutas y verduras, y un 20% semanal en el pan.
Las principales razones del desperdicio son simples pero reveladoras: olvidar alimentos almacenados (45%), no planificar menús (34%), preparar más de lo necesario (31%) y comprar en exceso (30%). Aunque la mayoría de las personas declara guardar sus alimentos en el refrigerador (82%), prácticas como la donación de comida o la reutilización de sobrantes aún son bajas.
El derecho a la alimentación: una deuda en Chile
A nivel internacional, el derecho a la alimentación está reconocido en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Sin embargo, la Constitución chilena no lo consagra explícitamente.
Frente a este vacío, la diputada Marzán presentó un proyecto de Ley Marco de Seguridad y Soberanía Alimentaria, actualmente en la comisión de Agricultura de la Cámara, que busca consolidar este derecho e impulsar políticas públicas específicas. “Necesitamos con celeridad reafirmar legal y explícitamente la protección de este derecho humano, como ya lo han hecho 29 países del mundo”, sostuvo, mencionando a Bolivia, Brasil, Colombia, México y Paraguay entre los ejemplos.
La iniciativa contempla la creación de un Sistema Nacional de Seguridad y Soberanía Alimentaria y Nutricional, un órgano de coordinación para implementar políticas que aseguren el derecho a la alimentación en el ámbito nacional. Para avanzar, se requiere el patrocinio del Ejecutivo, razón por la cual la parlamentaria solicitó a la ministra Macarena Lobos gestionar respaldo presidencial.
Compromisos y urgencia legislativa
Marzán recordó además que durante la II Cumbre Parlamentaria Mundial contra el Hambre y la Malnutrición, realizada en Valparaíso con la participación de más de 150 legisladores de distintos países, el propio Presidente Gabriel Boric comprometió apoyo a iniciativas en este ámbito. Sin embargo, enfatizó que los avances requieren de urgencia legislativa y de compromisos claros por parte de quienes postulan al Parlamento.
“Sería inaceptable que, con las cifras que tenemos, el próximo Congreso no tenga como prioridad el combate al hambre y al desperdicio de alimentos”, subrayó la diputada.
Red de Alimentos: 15 años combatiendo la inseguridad
Junto con la acción política, diversas organizaciones de la sociedad civil han asumido un rol protagónico en enfrentar esta crisis.
La Red de Alimentos, el primer banco de alimentos de Chile, ha logrado desde 2010 rescatar más de 97 millones de kilos de productos, equivalentes a 291 millones de platos de comida, evitando al mismo tiempo la emisión de 215 mil toneladas de CO2.
En los últimos 12 meses, la corporación rescató 14,9 millones de kilos, beneficiando a más de 226 mil personas a través de 572 organizaciones sociales con presencia en más de 1.700 centros de Arica a Magallanes.
“Operamos como un puente. Gracias a nuestra plataforma tecnológica que permite actuar de manera ágil, precisa y trazable, y a nuestras 220 empresas aliadas, logramos rescatar millones de kilos y transformarlos en ayuda”, explicó su gerenta general, Alicia Hidalgo.
El trabajo de la Red no solo tiene un impacto social y ambiental, sino también económico, en tanto evita pérdidas avaluadas globalmente en un billón de dólares anuales.
Como señalan sus voceros, el desperdicio de alimentos es el tercer mayor emisor de gases de efecto invernadero en el mundo, solo detrás de China y Estados Unidos.
Cambiar hábitos cotidianos
La encuesta nacional sobre hábitos de consumo revela que el 43% de los chilenos bota directamente a la basura los alimentos en desuso, mientras que solo un 22% los destina al compostaje y un 15% los reutiliza como alimento para mascotas.
En contraste, el 49% nunca dona alimentos que no consumirá, lo que evidencia un área clave para trabajar.
Catalina Giraldo, ingeniera ambiental y fundadora de Cadena de Valor Sustentables, advierte que se necesita una estrategia más decidida que abarque tanto a los hogares como a las empresas.
“Chile sigue desperdiciando alimentos valiosos por hábitos cotidianos: frutas, verduras y pan terminan regularmente en la basura, y la razón principal es olvidar lo que guardamos”, explicó.
Un desafío político y cultural
El diagnóstico es compartido: Chile enfrenta una crisis alimentaria que mezcla pobreza, malnutrición y derroche.
Combatirla implica cambios culturales en los hogares, innovaciones tecnológicas en la cadena de distribución y, sobre todo, voluntad política para consagrar el derecho a la alimentación.
La diputada Carolina Marzán fue clara al plantear que la seguridad y soberanía alimentaria deben ser compromisos explícitos de quienes aspiran a escaños en el Parlamento.
“Las cifras son alarmantes, pero lo más grave es que todavía no tenemos una institucionalidad fuerte que ponga la alimentación en el centro de la vida digna. Eso debe cambiar ahora”, advirtió.
En el Día Internacional contra la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, el llamado fue unánime: Chile no puede seguir conviviendo con el hambre y el derroche como dos caras de una misma moneda.