
Director de Agronomía U. Mayor: "Los fenómenos climáticos empiezan a ser más violentos y la agricultura debe adaptarse"
El reciente estudio de la consultora Gallagher sobre siniestros agrícolas por fenómenos climáticos reveló un aumento del 8% en daños respecto a julio del año pasado y del 15% comparado con el mismo mes en 2023. Estas cifras reflejan una realidad que preocupa al sector: la agricultura enfrenta eventos climáticos cada vez más extremos.
Para analizar esta situación, El Desconcierto conversó con Mauricio Cañoles, director de la Escuela de Agronomía de la Universidad Mayor, quien explica las causas de este incremento y las estrategias que está desarrollando el sector para adaptarse al cambio climático.

— ¿Qué piensa del estudio de siniestros agrícolas de Gallagher?
Revisé los datos globales de los daños, cuáles son los cultivos, qué zona habían considerado, y cuáles son los factores que usa el estudio. Claramente, involucra a los seguros agrícolas, entonces es una muestra acotada a aquellos agricultores que sí toman seguros.
— El estudio indica que los daños aumentaron 8% respecto a julio de 2024 y 15% respecto a 2023, ¿hay algún método para disminuir el porcentaje de cultivos dañados?
Son varias cosas que hay que considerar. El tema del cambio climático viene afectando a la agricultura hace mucho tiempo, y cada vez los daños que se generan a través de los desastres en la agricultura son peores, pero también hay cada vez más información, y eso hace que se perciba además un mayor daño que antes. El hecho de que exista un seguro agrícola y que esté cuantificado permite saber cuánto es el daño.
Antiguamente se dañaban los cultivos, llovía mucho, se iba la avena, se iba el trigo —que son los mismos cultivos que aparecen ahí dañados por las lluvias de invierno—, y nadie se enteraba, porque no estaba asociado a un seguro, entonces no había un registro de que eso pasara. No estoy diciendo que antes era menos, sino que hoy día podemos ver esa información.
— ¿Cómo está impactando específicamente el cambio climático en la agricultura?
Uno de los mitos que siempre ha habido en el sector agrícola es que se está desplazando el clima, y ahora cada vez va a ser más cálido en el sur y muy seco en el norte, pero eso no es cierto. Lo que ha estado pasando con el cambio climático es que los fenómenos empiezan a ser más violentos.
Estamos teniendo lluvias muy fuertes en periodos muy cortos. Antes en el sur llovía parejo, por mucho tiempo; ahora llueve con mayor intensidad en tiempos más acotados, lo que hace que haya una mayor erosión. Esa erosión se lleva a los cultivos, hay crecidas de los ríos que también se han llevado cultivos rurales, hortalizas.
También tenemos años secos, que no llueve y los cultivos no tienen con qué regarse, no hay disponibilidad de agua. Y están esos cambios de temperatura: los frutales requieren acumular horas de frío para inducir la floración a la temporada siguiente. Están acumulando esas horas de frío rápidamente porque han bajado las temperaturas del invierno, pero después vuelven a subir, y al subir el árbol cree que es momento de despertar. Cuando viene otra helada muy fuerte y ya está brotando, se queman y se hielan. Se generan daños de quemadura por helada.
— ¿Qué se puede hacer para evitar estos daños?
La agricultura está respondiendo de varias formas, no sólo por el cambio climático, sino también con prácticas más sostenibles. Por ejemplo, algunos frutales usan cultivos que van entre las hileras de los árboles. Esos cultivos muchas veces protegen de la erosión: cuando llueve, que haya un cultivo entre las hileras de los árboles evita que el agua no golpee tan fuerte el suelo y no se lleve la tierra.
Muchas hectáreas con cerezos están bajo cubiertas, no en invernadero, pero sí bajo techo, algunos macrotúneles. ¿Por qué? Porque están ocurriendo fenómenos de granizadas, de lluvias, en épocas que antes no pasaba.
Sistemas de control con agua, con aspersores, también son cosas que la agricultura ha ido tomando para evitar todos estos problemas. En definitiva, hemos presionado cada vez más a la naturaleza para producir más, lo cual está bien, pero también la naturaleza se está comportando de una forma en que no actuaba antes.
— ¿Cree que la edición genética puede hacer que estos cultivos toleren de mejor forma las condiciones extremas?
La edición genética tiene un montón de posibilidades en ciertos fenómenos, por ejemplo, la regulación de dependencia de horas frías, dependencia de días grado, precocidad, pero frente a un fenómeno climático que tiene efectos físicos, la lluvia intensa que provoca una crecida de un río y esa crecida se lleva la mitad de tu campo, no hay cultivo, ni transgénico, ni nada que resista. No hay genes que anclen un cultivo al suelo.
Yo creo que no va por ahí, sino por el lado de las inducciones florales, la resistencia a cierto nivel de bajas temperaturas, la resistencia al calor. En teoría, cuando se han analizado experimentalmente con plantas modernas, hay respuestas fisiológicas que sí pueden ser alentadoras para el futuro, pero la edición genética todavía no se ha desarrollado lo suficiente desde el punto de vista de su uso práctico.
No hay bala de plata que solucione los temas. Una sequía severa seca un cultivo, independiente de la modificación que hagas. No puedo editar genéticamente una planta para que produzca su propia agua. Sí me puede ayudar a que tolere mejor las situaciones de estrés, a que pueda adaptarse a otras condiciones de cultivo, pero no como una bala de plata para eventos extremos.
— ¿Cuál sería entonces la solución para combatir estos problemas?
Para eventos climáticos desastrosos, es la planificación territorial. Por ejemplo, cuando dicen no construyan más casas en los cerros de Valparaíso que tienen propensión a incendios forestales. Ocurre una vez cada 10 años, pero no hagas una casa ahí. Acá pasa lo mismo. Si quieres arriesgarte a poner frutales donde el río crece cada 20 años, es parte de los riesgos que uno toma.
Lo que sí se ha tomado hoy día, que son las medidas más prácticas, es la implementación de los seguros agrícolas. No es que evite que suceda, pero compensa al que está asegurado. No voy a evitar que el auto choque, pero me paga parte del auto.
Y lo otro es estar al día con las nuevas variedades que van apareciendo, adecuarse a los requerimientos del clima, informarse mejor con institutos de investigación, universidades, las mismas empresas que proveen insumos. Y el monitoreo, la alerta temprana que usan el sistema meteorológico. No va a evitar que una lluvia venga, pero me permite prepararme y cerrar los techos en un cultivo de cerezos con mayor certeza.