
“No fue un accidente, fue una cadena de negligencias”: Familia exige justicia a 11 meses de muerte de trabajadora en rodaje
Una máquina adaptada sin certificación, un protocolo de seguridad inexistente y la ausencia total de supervisión estatal: esas son, según su familia, las condiciones que llevaron a la muerte de Fabiola Flores Hernández, trabajadora audiovisual que falleció durante un rodaje en el centro de ski El Colorado.
Según se puede apreciar en el fallo judicial, el accidente ocurrió la tarde del jueves 29 de agosto de 2024, mientras se filmaban escenas de la película peruana “Soltera, Casada, Viuda y Divorciada 2”, producida por Tiki Pictures.
Fabiola, de 34 años, era parte del equipo técnico como primera de producción, y ese día cumplía su quinta jornada laboral en la montaña.
El hecho ocurrió durante el último traslado del día, cuando parte del equipo se subió a una máquina pisa-nieve que había sido arrendada por la empresa Andacor S.A., administradora del centro de ski.
Esa maquinaria, conocida como “pisten”, fue modificada por la propia empresa con una jaula metálica artesanal diseñada para llevar equipos, no personas.
La estructura no contaba con certificación profesional ni autorización para transporte humano, y según la Seremi de Salud, había sido intervenida de forma irregular.
Sin embargo, ese día fue utilizada para movilizar a varios trabajadores del rodaje.
A eso de las 18:20 horas, durante un descenso por una zona con pendiente, los equipos técnicos que iban en la jaula se desplazaron bruscamente.
Fabiola fue empujada hacia una reja lateral que se soltó, cayendo a la nieve justo bajo el rodillo trasero del vehículo, compuesto por una banda con decenas de puntas metálicas.
El conductor no se detuvo inmediatamente, pese a los gritos de los pasajeros, y solo al golpear la ventana del vehículo se percató de lo ocurrido.
Compañeros de la producción bajaron y encontraron a Fabiola semienterrada en la nieve, inconsciente, con dificultades respiratorias y una grave hemorragia en la axila izquierda.
El rescate aéreo fue descartado por condiciones climáticas y Fabiola fue trasladada en ambulancia a la Clínica UC Christus.
Durante el trayecto sufrió un paro cardíaco que fue revertido, y fue intervenida de urgencia esa misma noche.
Al día siguiente fue conectada a una máquina ECMO para mantener sus funciones respiratorias y cardiacas.
Sin embargo, su estado neurológico empeoró progresivamente. Falleció el martes 3 de septiembre, a las 13:15 horas, producto del daño cerebral provocado por la falta de oxígeno durante los episodios de paro.
A casi un año del accidente, no hay responsables formalizados y su familia acusa una cadena de negligencias tanto privadas como institucionales.
“Nos enteramos por la prensa de la multa, nadie nos notificó”
En entrevista con El Desconcierto, Francisco Flores, hermano de Fabiola, relata que las primeras señales de irregularidades surgieron apenas horas después del accidente.
“Fuimos a buscar a Carabineros y ellos nos dijeron que nunca se hicieron presentes en el lugar. Supimos que fue la misma empresa, Andacor, la que tomó las declaraciones y que además limpió la pista esa misma noche para reabrirla al día siguiente. Eso fue una de las primeras alarmas”, recuerda.
Las dudas sobre lo ocurrido se acrecentaron cuando la familia tuvo acceso al informe de la Seremi de Salud, un documento de 600 páginas que detallaba las condiciones del accidente.
Según ese informe, el vehículo pisten no contaba con autorización para trasladar personas. La empresa había adaptado de forma artesanal una estructura metálica para transportar equipos, y la utilizó para mover al personal técnico. La jaula no estaba cerrada correctamente y tampoco tenía certificación profesional. “La investigación acreditó que era una jaula hechiza”, explica Francisco.
“Le pusieron un género como cortina para que hiciera de puerta. Esas fueron las condiciones en que subieron a mi hermana. Y, además, nadie del centro de esquí ni de la productora les dijo que estaba prohibido transportarse en esa máquina. Nunca hubo una charla de seguridad, no hubo prevencionista de riesgos. Es muy fuerte leer eso en el expediente”, agrega.
Las empresas Tiki Pictures y Andacor fueron multadas con 1.000 UTM cada una. Sin embargo, la familia de Fabiola nunca fue notificada formalmente.
“Nos enteramos por un comunicado de prensa el 2 de diciembre. Tuvimos que pedir el expediente por Ley de Transparencia, porque ni por Ley de Lobby nos recibieron. Se demoraron dos meses en contestarnos. La Seremi nos abandonó”, denuncia.
Una cadena de fallas: sin protocolos ni control del Estado
De acuerdo con la minuta elaborada por la familia, el rodaje había sido organizado para grabar en distintas locaciones de Farellones y El Colorado entre el 26 y el 30 de agosto.
Las gestiones para arrendar el centro de esquí fueron realizadas directamente por Fabiola con ejecutivos de Andacor.
En esos correos se estableció como requisito que la productora contratara el pisten para aplanar la nieve y movilizar los equipos. El uso mínimo acordado era de tres horas a un valor de 8,5 UF + IVA por hora.
El accidente ocurrió a las 18:20 horas del jueves 29, cuando el vehículo iniciaba su trayecto hacia el sector de estacionamientos. Fabiola, junto a otros miembros del equipo, iba en la parte trasera.
Según los testimonios recogidos en la querella, el conductor tomó una curva con pendiente pronunciada, provocando que los equipos golpearan la estructura y empujaran a Fabiola hacia una reja lateral. Esta se desprendió, y ella cayó justo bajo el rodillo trasero.
“Sabemos que se le gritó al conductor que parara, pero no respondió. Tuvieron que golpear la ventana para que se diera cuenta. Misma gente del equipo bajó a buscar a mi hermana, la encontraron tapada en nieve, con heridas en el rostro y respirando con dificultad”, contó Francisco a El Desconcierto.
El rescate aéreo fue descartado por condiciones climáticas y Fabiola fue trasladada en ambulancia a Santiago, haciendo un paro cardíaco en el camino.
Fue estabilizada en la Clínica UC San Carlos, intervenida toda la noche y luego conectada a una máquina ECMO. Falleció el martes 3 de septiembre a las 13:15 horas.
Las fiscalizaciones posteriores revelaron una serie de omisiones. La Dirección del Trabajo concluyó que Tiki Pictures no especificó las funciones de Fabiola en el contrato, no llevaba registro de asistencia y no acreditó haber entregado elementos de protección ni información sobre los riesgos.
La Seremi de Salud, por su parte, constató que la estructura del vehículo no contaba con certificación y que no se había cumplido con la obligación de informar los peligros inherentes al trabajo.
“Nos hemos sentido totalmente abandonados. Uno espera que las instituciones velen por la justicia y el cuidado de las personas, pero acá fue todo lo contrario. A los privados se les dio tiempo para apelar, para defenderse. A nosotros, ni una reunión. Ni siquiera pudimos acceder a los testimonios de la productora peruana. Se devolvieron a su país al día siguiente y nadie los interrogó”, lamenta Francisco.
Rodajes precarios, jornadas extensas y normalización del riesgo
Además de cuestionar a las empresas involucradas, Francisco Flores señala que este accidente es expresión de un problema estructural en la industria audiovisual chilena.
Según relata, Fabiola tenía la expectativa de que este proyecto marcaría un hito en su carrera.
“Le habían dicho que sería la primera producción estable. Pero tres días antes de la filmación, la productora peruana decidió reducir el presupuesto a la mitad. Eso implicó recortar personal, recursos, seguridad. Y ese mismo día era el más complejo en términos logísticos”, dice.
En entrevista con El Desconcierto, Francisco describió la precariedad de las jornadas: “Son turnos de 24 días seguidos, sin pausas. No hay regulación. La mayoría de las productoras son privadas y tienen libertad para hacer y deshacer con las condiciones de los trabajadores.
"Hay una desregulación completa. Y como no hay supervisión del Estado, lo que pasa es que se normaliza el riesgo. Te suben a una máquina que no conoces y te dicen: 'súbete, hay que mover esto'. Nadie te explica los protocolos. Eso es lo que le pasó a mi hermana”, agregó.
“Ella nunca supo que esa máquina no podía llevar personas. Nunca le dijeron que estaba prohibido. Y lo más grave es que eso era información que sí tenían las empresas. Andacor lo sabía. Tiki Pictures también. Y aún así decidieron seguir. Porque lo único importante era que se grabara la película”, añade.
“Lo que pasó con mi hermana no fue un accidente, fue negligencia”
A casi un año de los hechos, Francisco Flores asegura que la familia ha debido empujar sola todo el proceso.
“La Fiscalía avanzó hasta principios de este año. Desde entonces, nada. Cada vez que pedimos información sobre la carpeta investigativa, no hay respuesta clara. Y lo más indignante: ni siquiera el conductor de la máquina ha sido formalizado”, dice.
En la entrevista, también criticó que el accidente haya sido tratado como si fuera responsabilidad de la propia víctima.
“Han intentado cargarle todo a ella y al conductor, pero ambos eran trabajadores. El conductor también estaba obedeciendo órdenes", mencionó.
"Mi hermana nunca fue capacitada. Nunca le informaron. Las responsables son las empresas que sabían que lo que hacían estaba fuera de norma, pero igual lo permitieron. Porque sabían que podían salirse con la suya”, declaró.
“Lo que pasó con mi hermana no fue un accidente, fue una cadena de negligencias. Y lo peor es que el Estado no solo no nos protegió, sino que terminó siendo cómplice por omisión. No nos informaron, no nos recibieron, no nos ayudaron. Nos dejaron solos”, cerró.