
Francia dice no al exceso de ropa: Aprobación de ley contra la moda rápida pone en jaque a empresas como Shein y Temu
Un ejemplo para el resto del mundo. Desde ahora, Francia es el primer país en aprobar una ley que trata la industria de la moda ultra rápida o ultra fast fashion. Y es que recientemente, el Senado dio luz verde al proyecto de ley con 337 votos a favor y solo uno en contra, determinación festejada por organizaciones ambientalistas, generando una reflexión por parte de la industria textil a nivel global.
El documento, también denominado “ley anti‑Shein”, dispara contra el modelo de negocios de plataformas digitales como Shein y Temu, las cuales lanzan miles de nuevos productos al día, promoviendo un consumo acelerado y desechable. “Este texto tiene dos ambiciones: proteger nuestro medio ambiente y proteger nuestro comercio”, expresó la ministra delegada de Comercio, Véronique Louwagie.
Mayor consumo
De acuerdo a cifras del Senado, Francia vende cerca de 3.300 millones de prendas anualmente, lo equivalente a 48 prendas por persona. Este gran aumento del consumo de moda rápida durante la última década es un fenómeno etiquetado como insostenible desde una óptica ecológica y económica.
La normativa integra medidas enfocadas en detener la producción intensiva y responsabilizar a las empresas por su daño ambiental, como por ejemplo, el etiquetado que visibiliza el impacto ambiental en cada prenda, la prohibición de publicidad para marcas de fast y ultra fast fashion, y sanciones a influencers que incentiven esta clase de consumo.
Además, se aplicarán tasas progresivas de hasta 10 euros por prenda en 2030, impuestos a paquetes importados desde fuera de la Unión Europea (como los de Temu), y se promoverá la reparación y reutilización de ropa y la economía circular.
Objetivo: Shein
El Senado asumió que Shein es uno de los blancos de la normativa francesa, debido a que solamente en la sección femenina de su sitio web, se publican más de 290 nuevas referencias al día, esto, sumado a miles de productos nuevos que puede llegar a ofrecer en total.
A su vez, Shein aseveró que “la moda es un derecho, no un privilegio”. Para defender su modelo, la compañía ha puesto énfasis en sus campañas de comunicación.
Polémicas y desafíos
La nueva ley ha tenido apoyo transversal, sin embargo, también ha sembrado dudas, por ejemplo, como si las medidas concuerdan con la Constitución. Por otra parte, organizaciones creen que esto podría ir en beneficio de marcas como Zara o Décathlon, que se eximirían de algunas restricciones impuestas a las empresas extranjeras.
Ahora, el debate por la moda rápida comienza a cobrar mayor relevancia a escala mundial, ya que genera tensión entre los modelos económicos y la urgencia de abordar la crisis climática: producir más, más barato y más rápido ha llegado a la consecuencia de una industria con una “moda de baja durabilidad con alta huella ambiental”, como lo han interpretado desde el Senado.
El siguiente paso es que la ley deberá ser analizada por una comisión mixta con la Asamblea Nacional en los próximos meses y, eventualmente, ser notificada a la Comisión Europea. La ministra de Transición Ecológica, Agnès Pannier-Runacher, anticipó que esta ley “podría sentar las bases para una futura regulación a nivel europeo”.
Sumado a esto, organizaciones sociales y ambientales han solicitado que la ley retorne a su versión original, todavía más estricta, y se transforme en una directiva europea para así extender su jurisdicción.