
Recicladores de ropa del desierto relatan que personas pagadas por empresas los persiguen y echan de los vertederos
Desde que se conoció en 2022 la presencia de toneladas de ropa desechada en el desierto de Atacama, decenas de diseñadores y recicladores han viajado a Alto Hospicio para rescatar residuos textiles y revalorizarlos. Allí, se encuentran a personas, pagadas por empresas, que los salen persiguiendo de los vertederos para que no muestren la situación.
Una de las personas que se han enfrentado a esta realidad es Johanna Fernández, directora de la marca chilena Runway Fashion Design (RFD), que ha traído incluso a la diseñadora de moda española Agatha Ruiz de la Prada, para que crear colecciones de alta costura y artesanías con la ropa reciclada del desierto. En entrevista con El Desconcierto, relata su experiencia en el reciclaje de residuos textiles.
¿Cómo surge la marca RDF?
La marca nace en 2022 buscando que artesanos y diseñadores se involucren en la realidad de los residuos que se acumulan en el país y creen colecciones con estos. Comenzó en la región de Biobío para luego trasladarse también a Tarapacá y así trabajar con la ropa descartada en Alto Hospicio. El ADN de la marca es recuperar elementos considerados basura y convertirlos en alta moda y creaciones artesanales.
¿Cuáles han sido los principales desafíos a la hora de usar estos desechos?
El desafío es encontrar estos elementos, deconstruir las piezas y volver a armarlas según el tipo de colección que se quiera crear. En el caso de Tarapaca implica dirigirse a los vertederos del desierto y rescatar estos residuos textiles para desinfectarlos, deconstruirlos y volver a construir con ellos. Es un desafío aún mayor.
¿Cómo se ve hoy en día la ropa desechada en el desierto?
Lo primero es que a nivel nacional o mundial se repite la idea de este gran vertedero que se conoció en 2022 pero después de esa noticia el mega vertedero fue quemado para taparlo y ahora son micro vertederos distribuidos que se van quemando y cambiando de lugar. Es un circuito muy dañino ya que de los textiles que se importan, un 50% o 60% no logra venderse y se bota por toneladas. Luego, las personas de las comunidades los queman y al lado de esos vertederos hay niños jugando. Son como pequeños ecosistemas que se crean en torno a estos desechos.
¿Cómo los han recibido en Tarapacá?
Hemos tenido una muy buena acogida desde las comunidades y de la academia. Pero cuando vamos a donde están los micro vertederos tenemos que ir bien acompañados con equipo porque nos han salido persiguiendo y nos han espantado. Hay que tener cuidado ya que hay personas pagadas que cuidan los lugares y te echan para que no puedas trabajar y para que esto no se conozca. Quienes te echan son personas pagadas por empresas, y tal vez no tienen conciencia ambiental pero si no tienen cómo alimentar a sus familias, van a hacer lo que les piden entonces se está aprovechando una situación de vulnerabilidad de la gente del sector también.
¿Cuáles son para ti los principales cambios que se deberían hacer ante esta situación?
Es un problema global. Chile tiene una cultura de importación de ropa muy grande, es el cuarto país que más importa ropa entonces yo creo que deberíamos tener una trazabilidad de lo que ingresa en importaciones en comparación con lo que se vende y lo que se recicla, para saber dónde queda y qué se hace con todo lo otro, que es la gran mayoría y que termina botado en vertederos, contaminando. Otra cosa que debería hacerse es prohibir la entrada de estos residuos o cobrar un impuesto sobre importaciones que no van a tener una salida comercial, entonces debes tener un reporte de donde va a quedar el producto que importas y si eso se va a disponer de forma regular. No se si un impuesto es el mecanismo adecuado, pero algo que castigue la importación de ropa que no va a ser comercializada ni reciclada.
¿Crees que en Chile se están masificando prácticas más sustentables en la industria de la moda?
Creo que en nuestro país, como en la mayor parte del mundo, la sustentabilidad todavía es una moda. No creo que sea parte del día a día en el 90% de las empresas chilenas de moda. Estamos muy al debe, habrá un porcentaje mínimo con prácticas sostenibles. También es un problema de consumo, de la forma inescrupulosa de consumir moda a nivel mundial, como parte de una cadena muy poco ética.
Hoy, ser más sustentable requiere procesos adicionales para no tener un modelo de negocios lineal. Si tu modelo es circular, debes preocuparte de los residuos que produces y eso genera costos, pero estos son devueltos porque se pueden idear formas de que esa basura retorne a tu negocio en forma de un nuevo producto valorizable. Es necesaria inteligencia e innovación más que pensar en el costo porque tarde o temprano todos nos vamos a tener que hacer cargo de esto.
Quema de ropa
Otra persona que ha relatado la realidad sobre los vertederos en el desierto, es la gerenta del emprendimiento de reciclaje de residuos textiles Ecocitex, Rosario Hevia. También declara que, en vez de un gran mega vertedero como el que había antes, ahora se forman motones más pequeños en distintos lugares. Estos son dominados por personas sin hogar que viven en ellos y tienen un trato con los fleteros que llevan la ropa para tirar.
“Las personas que viven en los micro vertederos controlan su zona, reciben la carga, seleccionan para vender lo que les sirve y queman el resto. Tienen que quemar rápido, ya que si pasa el siguiente flete y aún hay carga sin quemar lo llevan a otro micro vertedero”, sostiene. Hevia comenta que mientras registraba la situación, llegaron personas a quemar la ropa justo donde estaba ella.