
Chile loco por la ropa usada: Es el sexto país que más la importa pero 60% o más termina en la basura
Chile es el sexto país del mundo que más importa ropa usada, y se estima que más de la mitad de lo que llega en los fardos termina en vertederos o en el desierto de Atacama. En los últimos años ha aumentado el ingreso de estos textiles al país, y un nuevo reporte de la Alianza Basura Cero muestra la consolidación de la tendencia.
Según los datos del informe, desde 2019 hasta la fecha ha habido un aumento sostenido en la cantidad de textiles de segunda mano que ingresan a Chile. En 2023 ingresaron 21.500 toneladas y 46% de ellas provinieron de Estados Unidos y Canadá.
Iquique se ha consolidado como el principal puerto de ingreso de estas mercancías, recibiendo 37% del total importado. Los puertos de Valparaíso y San Antonio en el centro del país reciben en conjunto 48% de las importaciones.
Según explica Manuel Rojo, de la Alianza Basura Cero, gran parte de lo que ingresa no solo termina desechado en el desierto. En la zona centro, la ropa usada importada también se descarta en gran medida, contribuyendo al estado de colapso en el que están los vertederos.
¿Ropa o basura?
Rojo también describe que entre los paquetes de ropa usada que llegan a las zonas francas, entra mucha basura textil encubierta que termina siendo desechada antes de ser ofrecida a ningún consumidor, ya que se trata de paños, trapos y otros textiles no valorizables de hotelería y hospitales.
Este tipo de dinámicas son parte de por qué distintas organizaciones que visibilizan el tema están hablando del “colonialismo de la basura”, donde las consecuencias del modo insostenible de producir se concentran de forma desigual en ciertos territorios del sur global, develando una injusticia ambiental que se aprovecha de la laxitud en las normas.
¿Qué se puede hacer?
Para regular el ingreso de textiles de segunda mano al país, el informe llama a avanzar en la propuesta de Economía Circular a 2040 presentada en 2024 por el Ministerio de Medio Ambiente.
En ella, se propone en 2025 establecer un estándar para la clasificación de ropa usada, y a 2030 una exigencia de clasificación en el país de origen, para evitar que ingrese al país ropa que no puede ser revalorizada.
También buscará definir el concepto de residuo textil, que terminaría englobando buena parte de lo que ingresa a Chile por concepto de ropa usada.
Además, en el reporte se propone que Chile implemente en su legislación la enmienda de plásticos del Convenio de Basilea que controla los movimientos transfronterizos de desechos peligrosos. Esto porque los textilesde segunda mano suelen contener distintos tipos de plásticos mezclados en sus fibras, y su destino no es un reciclaje ambientalmente racional ya que la mayoría termina en vertederos ilegales.