
Chile se posiciona entre los líderes en baterías de almacenamiento de energía en 2025 y agiliza tramitaciones del SEIA
En el marco de la Cuenta Pública, instancia en la que el Presidente Gabriel Boric comunicó que durante el segundo semestre se presentará el proyecto de Descarbonización que adelanta el retiro de las centrales termoeléctricas a carbón al 2035 o antes -si bien la administración predecesora de Sebastián Piñera lo había comprometido para 2040-, lo cierto es que Chile da cuenta de su progreso en términos de energías renovables.
Y es que recientemente se ha posicionado como uno de los países donde más se reproduce el negocio de las baterías de almacenamiento a gran escala o Battery Energy Storage System (BESS).
Mercado chileno
Según comentó a Pulso la consultora Roh Motion, Chile, junto a China y Australia, encabezaron el aumento de esta tecnología durante abril, días después de que un informe de la firma mencionara a Chile como uno de los mercados de almacenamiento de energía más atractivos para 2025.
“China representa aproximadamente dos tercios de la capacidad instalada de BEES a escala de red en todo el mundo. Le sigue Estados Unidos, que representa alrededor del 25% del mercado total instalado. Dentro de Europa, el Reino Unido tiene con diferencia la mayor capacidad instalada, con 7.5 gigawatts. Otros mercados notables incluyen Australia y Chile, que en los últimos años han desarrollado una importante capacidad. Algunos mercados clave a tener en cuenta en 2025 son Australia, Arabia Saudita, Europa Central y Oriental, Canadá y Chile”, sostuvo la compañía en su reporte "Top 20 Countries by Battery Storage Capacity”.
De acuerdo a cifras del Ministerio de Energía, al cierre de enero pasado había en Chile 21 proyectos de baterías funcionando, la mayoría en la región de Antofagasta, y hasta ahora otros 10 figuran registrados en el Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental solo este año.
Además, a fines del mes de abril, fue inaugurado el proyecto BESS del Desierto: el primer sistema de almacenamiento de energía stand-alone a gran escala en Chile y Latinoamérica, que con una capacidad equivalente al consumo eléctrico de 122.000 hogares, permitirá reinyectar cerca de 280 GWh anuales al sistema eléctrico chileno.
En aquella ocasión, el ministro de Energía, Diego Pardow, pronunció que ya hay “en operación 950 MW y con BESS del Desierto vamos a superar ese umbral. A enero de 2026 habremos alcanzado una meta que inicialmente estaba proyectado para dentro de cinco años”, manifestó.
Oferta en orden
Las voces de Roh Motion afirman que no existe un riesgo de sobreoferta a corto plazo a causa de la necesidad de almacenamiento de la energía solar. “Chile está en el inicio de su camino en el almacenamiento de energía. Actualmente, la penetración de mercados es baja en comparación con el desarrollo de la energía solar”, comentaron desde la compañía.
Si bien la energía solar fotovoltaica pasó en menos de cinco años de aportar el 7% al 37% de la matriz energética, hecho que ha generado un mercado para el almacenamiento de energía, existe bajo riesgo de sobreoferta desde el punto de vista de los BESS. “Esto se debe principalmente a las menores restricciones y a la capitalización de las oportunidades de arbitraje de energía. Sin embargo, a medida que el mercado eléctrico madure, y como hemos visto en otros mercados menos incipientes, pueden surgir posibles fuentes de ingresos para los operadores de baterías chilenos a través de varios mercados de servicios complementarios, si los reguladores permiten que los BESS participen o sean una tecnología preferida”, especificó la consultora.
Sumado a lo anterior, sostienen que la normativa chilena permite a los inversionistas una mayor visibilidad de los ingresos, “lo que a su vez hace que los proyectos sean más financiables”.
Luz verde
Ahora bien, respecto a esa normativa, se está trabajando para fortalecer y hacer más eficiente el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA). El mecanismo se ha revisado para ampliar la participación ciudadana y reducir los tiempos de evaluación, manteniendo los estándares de protección ambiental.
Actualmente, el SEIA se está reforzando como un sistema único y eficiente, con una ventanilla única para los permisos. Además, están implementando medidas para disminuir los plazos de evaluación de proyectos, como la disminución del componente político y la eliminación de las Comisiones de Evaluación Ambiental.
También se espera una mayor participación de la ciudadanía en la evaluación de los proyectos, mediante procedimientos de diálogo con las comunidades, manteniéndose firme en la protección de los objetos de protección de cada permiso, como la biodiversidad, y la calidad del agua y el aire.
Si bien algunos sectores estipulan que esto puede mermar los estándares ambientales, en realidad se busca que el sistema de evaluación sea más eficiente y transparente, siempre enfocándose en la protección del medio ambiente.
En 2024, el SEIA aprobó 297 proyectos de los 318 que fueron sometidos a votación, con un 93% aproximado de aprobación y el mayor monto de inversión en 14 años.