
La tragedia de Héctor Oesterheld, autor de El Eternauta, que fue detenido desaparecido junto a toda su familia por la dictadura argentina
Una tragedia es lo que vivió el escritor Héctor Oesterheld y su familia durante la dictadura militar argentina (1976-1983). El autor de la reconocida historieta de ciencia ficción "El Eternauta" fue secuestrado y desaparecido por agentes policiales hace 48 años.
La historia del famoso cómic recientemente ha sido llevada a la pantalla de la mano de Netflix. La serie es protagonizada por el reconocido actor argentino Ricardo Darín, quien interpreta a Juan Salvo, el héroe creado por Héctor Oesterheld e ingresó al top 10 global de la plataforma.
Pero el régimen de Jorge Rafael Videla no solo se desquitaría con el escritor. No conformes con la vida de Héctor, las Fuerzas Armadas secuestraron y asesinaron a 10 miembros de su familia, incluidas todas sus hijas: Diana, Beatriz, Estela y Marina. Dos de ellas estaban embarazadas.
Quien debió cargar con todo el dolor en vida de la pérdida fue Elsa Sánchez, esposa de Héctor Oesterheld. A finales de los años 70 presenció cómo la represión fue desintegrando su núcleo familiar.
“Mi nombre es Elsa Sánchez de Oesterheld y soy la mujer de Héctor Germán Oesterheld, famoso en el mundo por haber escrito la historieta El Eternauta. En la época trágica de este país desaparecieron a mis cuatro hijas, mi marido, mis dos yernos, otro yerno que no conocí, y dos nietitos que estaban en la panza. Diez personas desaparecidas en mi familia".
Pese a la tragedia que enlutó su corazón, aún así prefiere "recordar los años en los que fui feliz”.
La última Navidad
Fue durante la Nochebuena de 1977 que el psicólogo Eduardo Arias recordó la última vez que vio a Héctor Oesterheld. Su relato fue recopilado por la Comisión Nacional de Desaparición de Personas, que posteriormente desarrolló el informe “Nunca Más”.
Los guardias le dieron solo cinco minutos a los detenidos del centro de tortura y exterminio El Vesubio para que interactúen entre ellos y fumaran un cigarro.
"Entonces él dijo que por ser el más viejo de todos los presos, quería saludar uno por uno a todos los que estábamos allí. Nunca olvidaré aquel último apretón de manos. Tenía sesenta años cuando sucedieron estos hechos. Su estado físico era muy, muy penoso”, relató Arias en relación al estado emocional y físico del escritor.
El exterminio de la familia Oesterheld
Héctor fue secuestrado el 27 de abril de 1977 en La Plata. Para entonces tenía 57 años y vivía en la clandestinidad como militante de Montoneros. Antes de llegar a El Vesubio, pasó por otros centros clandestinos como Campo de Mayo, El Sheraton o Embudo, donde los represores alojaban ilegalmente a detenidos.
En todos ellos, su figura fue reconocida y respetada por otros prisioneros. Su crimen: haber puesto su arte y sus palabras al servicio de un mensaje político claro.
El régimen militar, además de acabar con la vida de las cuatro hijas del matrimonio Oesterheld Sánchez, todas militantes y nacidas entre 1953 y 1957, también asesinó a sus yernos y a los dos bebés que venían en camino en el vientre de Diana y Marina.
Beatriz fue secuestrada en junio de 1976; su pareja, Carlos Della Nave, fue capturado tres meses después. A Diana la raptaron en agosto en Tucumán, donde su compañero, Raúl Araldi, fue asesinado. Ambos ya eran padres de un niño, Fernando, quien logró sobrevivir.
Estela, la mayor, fue herida a balazos cuando intentó huir el 1 de julio de 1977; nunca más se supo de ella tras ser trasladada al hospital de Adrogué. Su pareja, Raúl “el Vasco” Mórtola, fue ejecutado. Marina, embarazada de ocho meses, fue secuestrada en noviembre de ese mismo año junto a su esposo, Alberto Seindlis.
El éxito de El Eternauta
Nacido el 23 de julio de 1919 en Buenos Aires, Héctor Oesterheld se dedicó a seguir su pasión: la escritura y el cómic, pese a haberse formado como geólogo en la Universidad que lleva el mismo nombre que su ciudad natal.
Héctor debutó en la literatura en 1943 con el cuento Truila y Miltar, publicado en La Prensa. En los años 50 fundó Editorial Frontera, donde surgieron obras como Sargento Kirk y Sherlock Time. Su consagración llegó con El Eternauta, ilustrado por Francisco Solano López y publicado originalmente entre 1957 y 1959.
Fue con la creación de El Eternauta que Oesterheld demostró ser el padre de la historieta moderna. La historia tiene como protagonista a un padre de familia que, luego de una invasión alienígena, se convierte en una especie de héroe para salvar a la Tierra.
En su versión de El Eternauta II, ya escrita desde la clandestinidad, la resistencia armada se volvía una clave narrativa.
“El Eternauta comenzó siendo un cuento corto, de apenas 70 cuadros. Luego se transformó en una larga historia, una suerte de adaptación del tema de Robinson Crusoe. Me fascinaba la idea de una familia que quedaba sola en el mundo, rodeada de muerte y de un enemigo ignorado e inalcanzable”, expresó en una de sus últimas entrevistas antes de su desaparición.
Con el paso del tiempo, su obra adquirió un compromiso político cada vez más explícito. Publicó la biografía en formato de historieta del Che Guevara –secuestrada de las librerías por la dictadura– y colaboró con Rodolfo Walsh en el diario Noticias. Ambos terminarían siendo desaparecidos.