Una mujer llevó su auto a un servicio técnico autorizado para hacer la mantención de los 100.000 kilómetros, confiando en que revisarían cualquier posible falla.

Según se puede apreciar en el fallo judicial, durante la inspección, el vehículo mostraba señales de advertencia en el tablero, indicando problemas en el sistema de inyección.

Sin embargo, los técnicos no tomaron en cuenta estas alertas ni realizaron una revisión adecuada.

Con el tiempo, la falla se agravó hasta dejar el auto completamente inutilizable. La propietaria, al ver que el problema no había sido detectado ni solucionado, llevó el caso a la justicia, denunciando que el servicio técnico prestado fue deficiente y que su auto terminó con daños irreparables por culpa de un mal diagnóstico.

Inicialmente, el Tercer Juzgado de Policía Local de Providencia rechazó la demanda, argumentando que el vehículo no tenía su batería original y que no se podía asegurar que el problema de inyección hubiera podido detectarse en la revisión de los 100.000 kilómetros.

Pero la mujer apeló, y la Corte de Apelaciones de Santiago revisó nuevamente los antecedentes del caso.

Tras analizar un informe de peritos mecánicos, la Corte concluyó que la falla sí pudo haberse identificado y prevenido si el servicio técnico hubiese actuado con más cuidado.

“El auto envió señales de advertencia que fueron informadas al servicio técnico, pero estos no hicieron nada para solucionarlo”, señala el fallo.

También se estableció que el hecho de que la batería no fuera la original no justifica la falta de un diagnóstico correcto.

Finalmente, la Corte decidió revocar la primera sentencia y falló a favor de la propietaria del vehículo.

La concesionaria fue condenada a pagar una multa de 5 Unidades Tributarias Mensuales (UTM) y a indemnizar a la afectada con $3.194.051 por los daños sufridos.