En Tokio viven 14 millones de personas y eso implica bastante tránsito peatonal, por esta razón, se han instalado baldosas especiales que se extienden por las principales arterias. Cada vez que alguien las pisa, estas capturan la energía para transformarla en electricidad.

A esto se le llama piezoelectricidad y puede desempeñar un papel clave en la sostenibilidad y la transición energética.

Al aprovechar la energía producida por movimientos y vibraciones, esta tecnología brinda energía limpia y renovable que puede complementar a otras fuentes.

Los sistemas de iluminación pública que la utilizan para aprovechar la energía de los automóviles que circulan por las carreteras son un ejemplo de cómo es posible reducir el consumo de energía y las emisiones.

Además, la posibilidad de integrar materiales piezoeléctricos en infraestructuras existentes abre una puerta a la eficiencia energética sin necesidad de realizar cambios drásticos.

Esto beneficia al medio ambiente y también propicia ahorros significativos en costos de energía. La piezoelectricidad, con su capacidad para transformar energía mecánica en eléctrica, ofrece una solución innovadora y sostenible para enfrentar los desafíos energéticos del siglo XXI.

¿Y tú, conocías esta tecnología?