California tiene un clima parecido al del centro de Chile, con dependencia de la costa, con algunas lluvias en invierno y veranos secos. Ahora, condiciones similares a las que generaron el mortífero escenario para el incendio de Viña del Mar y Quilpué a inicios de 2024, devastan barrios enteros de Los Ángeles.

Tal como la zona central de Chile, California atraviesa una prolongada sequía que fue interrumpida por dos años de lluvias intensas en invierno. Estas lluvias, hicieron crecer mucha vegetación nueva, que se secó rápidamente dejando un manto seco de vegetación combustible.

El cambio climático está detrás de este fenómeno, según un nuevo estudio que muestra cómo las fluctuaciones climáticas son cada vez más extremas, pasando rápidamente de lluvias a sequías extremas, lo que aumenta el riesgo de desastres.

Otro factor determinante para estos incendios de Los Ángeles ha sido el viento fuerte, que al igual que en el mega incendio de Viña y Quilpué ayudó a esparcir las llamas rápidamente, complicando el combate del fuego y arrasando más superficie.

Además, la ciudad de Los Angeles se inserta en un medio natural, entre cerros cubiertos de vegetación. En Chile, estas zonas de interfaz donde la densidad urbana se encuentra con zonas de vegetación, han sido catalogadas como áreas de alto riesgo de incendios, donde no solo se pueden generar los focos debido a actividades humanas en contacto con la vegetación, sino donde existe más riesgo de pérdida de hogares y de vidas.

Mientras los bomberos siguen intentando apagar el fuego en Los Ángeles, la temporada de incendios en Chile está en pleno desarrollo y los incendios forestales han aumentado 21% con respecto al mismo período del verano pasado, según datos de Conaf.

Autoridades y organizaciones están trabajando con comunidades en zonas de riesgo a lo largo del país para crear cortafuegos, limpiar la vegetación seca y educar a la población en estrategias para disminuir el riesgo de incendios y prepararse para una emergencia.