En mayo de 2021, una paciente acudió a una clínica dental para instalarse implantes que mejorarían su salud bucal.

Sin embargo, y según se puede apreciar en el fallo judicial, el procedimiento no salió como esperaba: los implantes fueron mal colocados, lo que le generó fuertes dolores, infecciones y daños permanentes en su boca.

Ante esta situación, decidió llevar el caso a la justicia, argumentando que el odontólogo y la clínica habían actuado de forma negligente.

El caso llegó a tribunales, donde, tras revisar las pruebas, se determinó que la paciente tenía razón.

Tanto el odontólogo como la clínica Implant Laser fueron condenados a pagarle una indemnización de 613.000 pesos por los gastos médicos y 2.500.000 pesos por el sufrimiento causado.

La clínica y el odontólogo no quedaron conformes con esta decisión y llevaron el caso a la Corte Suprema, presentando un recurso para intentar anular la sentencia.

Alegaron que no se había demostrado adecuadamente el daño y que había errores en la evaluación de las pruebas.

Sin embargo, la Corte Suprema rechazó sus argumentos, señalando que las pruebas eran claras y suficientes para demostrar la negligencia.

Finalmente, la condena quedó firme y tanto la clínica como el odontólogo deberán pagar el monto establecido.