En octubre de 2019, durante una protesta en Alto Hospicio, un carabinero fue acusado de disparar directamente a un manifestante, causando que este perdiera gran parte de la visión en su ojo derecho.

Según se puede apreciar en el fallo judicial, el oficial, identificado como el mayor de Carabineros L.A.M.R., usó una escopeta antidisturbios para disparar a la persona afectada en un momento en que la situación no lo ameritaba.

El manifestante, que sufrió daños permanentes en el ojo, había estado lanzando piedras durante el enfrentamiento.

Tras una larga investigación, el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Iquique revisó el caso y decidió absolver al carabinero.

El tribunal concluyó que no había pruebas suficientes para condenarlo, pues los acusadores no pudieron demostrar que el oficial hubiera apuntado directamente al manifestante con la intención de herirlo.

Además, según señala la Corte, las pruebas mostraron que el momento fue muy confuso, con varios manifestantes arrojando objetos y la policía respondiendo para controlar la situación.

El tribunal también señaló que la escopeta utilizada dispersa los proyectiles en un ángulo amplio, lo que hace difícil controlar con precisión dónde impactarán.

Por lo tanto, aunque el manifestante fue alcanzado en la parte superior del cuerpo, no se pudo probar que el oficial lo hubiera hecho intencionalmente.

Finalmente, los jueces determinaron que el delito de apremios ilegítimos no se aplicaba en este caso, ya que no se probó que el carabinero tuviera la intención directa de causar daño o intimidación.

Con base en estas conclusiones, el tribunal dictó una sentencia absolutoria para el mayor de Carabineros.