Madre fue detenida y encarcelada junta a su hija de 1 año en dictadura: $80 millones de indemnización
Una niña tenía apenas un año y diez meses cuando fue arrestada junto a su madre durante la dictadura militar en Chile en 1973.
Según se puede apreciar en el fallo judicial, su historia comenzó cuando militares allanaron su casa en La Serena, sometiendo a la pequeña y a su familia a amenazas y violencia.
Durante los meses siguientes, la niña y su familia vivieron en arresto domiciliario hasta diciembre de 1973, cuando fue trasladada, junto a su madre, a la cárcel de mujeres de La Serena, donde permaneció encarcelada durante un año y tres meses.
Esta traumática experiencia dejó marcas profundas en la vida de la niña que en esos momentos tenía casi dos años, quien, a pesar de su corta edad en ese momento, sigue viviendo con las secuelas psicológicas de lo que vivió.
Además, en el fallo judicial se señala que durante su tiempo en la cárcel, la niña fue testigo de los malos tratos que sufrían su madre y otras mujeres detenidas.
La cárcel se convirtió en el hogar temporal de varios niños que fueron encarcelados junto a sus madres.
Las condiciones en las que vivían eran duras, y las oportunidades de salir al patio o tener contacto con el exterior eran limitadas.
Décadas después, la mujer, que en los momentos de los hechos tenía tan solo un año y 10 meses, presentó una demanda contra el Estado por el daño moral sufrido durante su infancia, argumentando que los agentes del Estado responsables de su detención cometieron graves violaciones a los derechos humanos.
La Corte de Apelaciones de Santiago confirmó recientemente la sentencia que condena al Estado a pagarle $80.000.000 como indemnización.
El tribunal señaló que el daño causado a la mujer es evidente y que su caso fue reconocido por la Comisión Valech, que identificó a las víctimas de tortura y prisión política durante la dictadura.
El tribunal también rechazó los intentos del Estado de reducir la indemnización, argumentando que el daño moral causado a la mujer no podía ser compensado simplemente con otros beneficios recibidos previamente.
La Corte reconoció que la experiencia vivida por la mujer y su familia durante esos años de represión dejó secuelas permanentes, incluyendo trastornos de ansiedad y estrés postraumático.
