En el marco de la discusión sobre la nueva Ley de Pesca, una indicación presentada por los diputados del Partido Comunista, Matías Ramírez y María Candelaria Acevedo, generó controversia en el sector pesquero artesanal. La propuesta busca subdividir la zona exclusiva artesanal en tres categorías dependiendo del largo y la profundidad de las embarcaciones, en pos de establecer y resguardar las primeras millas para consumo humano.

Una medida ha sido duramente criticada por representantes del sector, quienes argumentan que podría debilitar la unidad del gremio en un momento crucial del debate legislativo. "Una vez más vemos la mano negra de la industria detrás de esta indicación de estos dos diputados del Partido Comunista que, como dice el refrán, dividir para reinar, y quienes reinan son las siete familias de la industria pesquera", aseguró Hernán Cortés, presidente de la Alianza Nacional por la Defensa de la Pesca Artesanal.

En este contexto, El Desconcierto conversó con el diputado Ramírez, abogado y representante del 2° distrito de la Región de Tarapacá, para profundizar en su perspectiva sobre la indicación presentada y sus implicaciones para el sector pesquero.

"Gran parte del sector que dice verse perjudicado con esta discusión trabaja de manera mancomunada con la industria. Mucho de lo que pescan va a parar a ella. No nos oponemos a ampliar el rango - de zona exclusiva artesanal-, pero hay que generar una diferencia, porque no es lo mismo una nave cerquera que un bote que pesca para consumo humano", asegura en esta entrevista el parlamentario.

Además de ahondar en el debate de la nueva norma en la Comisión de Pesca, que se ha visto retrasada en múltiples ocasiones por las acciones del diputado Sergio Bobadilla (UDI).

-¿Por qué dividir la zona exclusiva de pesca artesanal?

En la zona norte, que represento, estamos totalmente en contra y queremos resguardar de manera efectiva las cinco millas. Hay que entender la diversidad de la pesca artesanal en nuestro país y regularla de forma diferenciada. Esto no significa generar una categoría distinta, sino que en la discusión de las definiciones del artículo 5° de la ley de pesca logramos incorporar, por ejemplo, al pescador artesanal para consumo humano. Es importante porque así abordamos uno de los principios fundamentales de esta nueva ley que es avanzar hacia la soberanía alimentaria y garantizar el consumo humano, que está muy lejos del promedio de los países de la OCDE.

-¿Esto no generaría dificultades en la operación pesquera artesanal, considerando que, en la primera, segunda y tercera milla existe sardina? ¿No hay una diferencia entre la zona norte, que representa, y el sur del país en el oficio pesquero artesanal?

Nuestra legislación pesquera regula el territorio nacional, pero la realidad de la actividad en regiones es muy diferente. Lo que ocurre en la zona norte puede ser muy distinto a lo del Biobío. Cuando se sacó a la industria de las cinco millas, verdaderas naves pesqueras, aunque artesanales, pero totalmente industrializadas, perforaron esa zona. Incluso hoy (2 de agosto), pusimos una nueva denuncia por embarcaciones dentro de la milla con artes de cerco, pescando anchoveta o sardina española. Creemos que la regulación puede ser diversa según las regiones y hay darles más poder para establecer un marco normativo diferenciado, respetando ciertas cuestiones mínimas para el desarrollo de la actividad.

-No podría ser una solución aumentar las cinco millas de zona exclusiva de pesca artesanal...

Estoy abierto a ampliarla, pero hay un debate que transparentar. Gran parte del sector que dice verse perjudicado con esta discusión trabaja de manera mancomunada con la industria. Mucho de lo que pescan va a parar a ella. No nos oponemos a ampliar el rango, pero hay que generar una diferencia, porque no es lo mismo una nave cerquera que un bote que pesca para consumo humano. Son actividades que, aunque enmarcadas en la pesca artesanal, son totalmente distintas y sus impactos en la biodiversidad también difieren.

-¿Cómo se reflejaría el impacto de esta indicación en el aumento del consumo humano?

Cuando la actividad cerquera se realiza muy cerca o dentro de la milla afecta la biodiversidad del sector, que es donde más especies se dan, particularmente las destinadas al consumo humano. El cerco, en muchas ocasiones, afecta la fauna acompañante al retirar la anchoveta. Por ejemplo, se dan cuotas de bonito destinado al consumo humano que termina en plantas de procesamiento de harina de pescado.

Fraccionamiento artesanal

-¿Está de acuerdo con el fraccionamiento que presenta la nueva ley, por ejemplo, de un 94% de sardina para los artesanales? ¿Qué opina sobre llegar hasta un 100% en el marco de la disminución de ese recurso?

Las realidades regionales son diversas. En la zona norte, donde se notó más la disparidad entre industria y pesca artesanal en 2012. Por ejemplo, para la anchoveta, se plantea un fraccionamiento totalmente favorable a la pesca artesanal. Pero son los mismos artesanales quienes dicen que no quieren tanto porcentaje, que a lo más podrían llegar a un 50%. Incluso, temen que vengan embarcaciones del sur con otra forma de practicar su oficio e impacten en la zona.

Licitaciones de la industria

-¿Cuál es su visión sobre alcanzar el 100% de la licitación y cómo afectaría al empleo en la industria pesquera, especialmente en el norte donde está más alicaído?

Hay distintas posturas. El académico Andrés Gómez-Lobo planteaba en la comisión que avanzar al 100% de las licitaciones no tendría impacto en el empleo. Sonapesca y los industriales quieren mantener las cuotas históricas sin nuevos actores. Desde mi punto de vista, creo que deben incorporarse más actores para cambiar la lógica de la industria. En el norte, Corpesca y Camanchaca externalizaron el servicio, tienen al cerco artesanal llevándoles la pesca y se deshicieron de sus trabajadores.

Por lo que abrir el abanico a licitación para nuevos actores con otra mentalidad me parece aceptable. No sé si estamos listos para el 100% de las licitaciones, pero aumentar al 50%, como propone el proyecto, permitirá la llegada de nuevos actores que ojalá nos permitan hablar de pesca de alta mar en Chile.

-Declaraciones recientes del subsecretario de Pesca, Julio Salas, provocaron una reacción cerrada de la industria contra la pesca en altamar. ¿Qué lo hace pensar que están dispuestos a avanzar más allá de las 200 millas?

La industria ve como imposible generar una inversión para avanzar aquí. Esto es contraproducente cuando los países pesqueros con los que se comparan han iniciado procesos para utilizar toda el área marítima. Por eso no temo a las licitaciones o a abrir un porcentaje, que también nos permitirá financiar la plataforma social.

-Entonces, ¿cuál sería la dificultad de aumentar al 100% las licitaciones?

Desde mi perspectiva, no es factible porque no hay votos suficientes en la comisión. Incluso el diputado Sergio Bobadilla (UDI) se mostró muy crítico con la medida propuesta por Gómez-Lobo. Es por esto que veo una reticencia de un sector en la comisión y una dificultad política para entender cómo las licitaciones podrían mejorar la competencia en la pesca industrial.

Estrategia Bobadilla

-En ese sentido, ¿cómo se ha dado la discusión política en la comisión? Parece haber una clara estrategia del diputado Bobadilla de retrasar la votación y dilatar el proceso...

Desde que se ingresó el proyecto en diciembre, la derecha ha buscado entorpecer el trabajo. Primero querían sesionar en todo Chile, pero no llegaban para dar quórum. Luego, al votar en general, querían más audiencias. Ahora estamos en una zona pantanosa discutiendo frase por frase de la ley, debatiendo conceptos históricamente reconocidos en la pesca. Llevamos casi un mes en el artículo 5°, sobre definiciones. Hemos hecho esfuerzos, incluso sumaremos una sesión los jueves para acelerar.

Una decisión por entorpecer que queda reflejada en la solicitud de censura de Bobadilla contra el presidente de la comisión de Pesca, Jorge Brito (RD), que no tiene sustento y solo busca que nada cambie en el sector pesquero.

-¿Cree que se aprobará el proyecto de nueva Ley de Pesca durante el gobierno de Gabriel Boric?

Es complejo. Si la Ley de Pesca no sale este año de la Cámara Baja, veo difícil que se apruebe en este gobierno. Sería lamentable porque reproduciría la injusticia de la ley Longueira y no generaría herramientas para los desafíos que demanda la ciudadanía.

La gente nota que en las caletas el pescado es más caro que en supermercados. Debemos hacernos cargo de esa realidad. Por lo que hemos planteado sesionar todos los días si es necesario para que el proyecto avance.

-Usted mencionó en la comisión que iba a presentar una acción judicial por el copy-paste de Bobadilla. ¿En qué punto está?

Está pronta a presentarse. Revisamos la conducta de Bobadilla como parlamentario y los artículos más comprometidos con la industria. Espero presentar la denuncia al Ministerio Público la próxima semana por conflicto de intereses. No planteamos cohecho, pero al menos existe un tráfico de influencias que debe investigarse.

Además, esperamos un pronunciamiento de la Secretaría General de la Cámara, porque en el 2012 con los primeros casos de corrupción en la Ley Longueira, no hizo nada. Y hasta ahora, pese a que se le ofició hace más de un mes, no se ha pronunciado.

Crédito foto: Agencia Uno