Desertificación y sequía en Coquimbo: Inversión de $300 millones para combatir crisis hídrica
En la Región de Coquimbo, la desertificación y la sequía se han convertido en retos medioambientales críticos.
Esta área, situada en el borde del desierto de Atacama, el más árido del mundo, es especialmente vulnerable.
Según la Corporación Nacional Forestal (CONAF), un 23% del territorio chileno está en riesgo de desertificación, y la región de Coquimbo es una de las más afectadas.
Carlos Olavarría, director ejecutivo del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), destaca la fragilidad de esta región: "La diferencia entre los cactus de Coquimbo y los bosques de Choapa es significativa. Estudiamos este cambio para entender mejor la desertificación."
La desertificación implica la degradación de tierras fértiles a desérticas debido a cambios climáticos y actividades humanas, como la deforestación y el riego inadecuado.
La sequía, por otro lado, es una disminución prolongada de las precipitaciones, afectando a todos los seres vivos en la región.
Innovaciones y medidas para mitigar la crisis
Este año, el gobierno chileno anunció un proyecto clave: la construcción de una planta desaladora multipropósito en Coquimbo.
Esta planta, con una capacidad de 1200 litros por segundo, beneficiará a medio millón de personas y representa una inversión de 300 millones de dólares.
Además, nuevas leyes permiten al Ministerio de Obras Públicas desarrollar y gestionar infraestructura hídrica, incluyendo plantas desaladoras para el consumo humano.
La primera etapa de este sistema de desalación en Coquimbo incluye la instalación de tres plantas adicionales que asegurarán una fuente confiable de agua para las provincias de Limarí, Choapa y Quilimarí.
Investigación científica al Servicio del Medio Ambiente
La Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) financia proyectos de alto impacto en centros de investigación como CEAZA.
Los estudios sobre glaciares en esta región buscan entender mejor las reservas de agua en los sectores cordilleranos. También se están mapeando acuíferos en alta resolución para planificar mejor la extracción de agua subterránea.
El impacto ambiental de las plantas desaladoras es otro foco de estudio. CEAZA analiza cómo la salmuera afectará al medio ambiente marino, evaluando la exposición de especies comerciales como locos y machas. "No es letal, pero hay un impacto que debe ser evaluado", señala Olavarría.
El rol transformador de la agricultura
La agricultura, aunque tradicionalmente contribuyó a la desertificación, ahora puede ser parte de la solución.
En el Norte Chico, donde 2,2 millones de hectáreas enfrentan desertificación severa, se promueve el riego por goteo para evitar la erosión.
Claudio Balbontín, director regional de INIA-Intihuasi, explica que la Comisión Nacional de Riego e INDAP fomentan esta tecnificación, y el INIA trabaja en la transferencia tecnológica para su adopción correcta.
El proyecto "Transición a la Agricultura Sustentable" (TAS), desarrollado por INIA e INDAP, educa a los agricultores en el manejo sostenible del suelo y los cultivos.