“Los resultados de la elección del Consejo Constitucional son un importante llamado a la autocrítica y a la unidad de las fuerzas de cambio”, asegura la diputada Emilia Schneider (CS) tras la derrota que sufrió el oficialismo en las elecciones de consejeros constitucionales el pasado 7 de mayo.

El amplio triunfo del Partido Republicano en el balotaje supuso un duro golpe para el sector y encendió las alarmas. En ese sentido, Schneider asegura en conversación con El Desconcierto que “muchas de las actitudes” de personeros de esa colectividad “ponen en peligro la democracia”.

“Está por verse en la responsabilidad de Republicanos, pero sin duda cuando la ultraderecha levanta discursos de odio como los que vemos cotidianamente de sus personeros, podemos creer que estén en riesgo los derechos de las mujeres y las diversidades sexuales”, dice en esta entrevista la diputada frenteamplista.

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- ¿Cuál es su lectura de la derrota?

El avance del Partido Republicano no solamente es el avance de fuerzas conservadoras, también de sectores que ya conocemos. No olvidemos que el Partido Republicano viene de la UDI, tiene una historia política y un compromiso —que ha mostrado en sus votaciones— de defender a los más ricos de nuestro país en desmedro de las y los trabajadores. Y eso se evidencia en que son férreos defensores de las isapres y de las AFP. También votaron contra el aumento del sueldo mínimo y el proyecto 40 horas.

Creo que lograron capitalizar el debate en seguridad y también el sentimiento anti política y anti élite que hay en nuestra sociedad y eso nos invita a trabajar para que la política sea útil. Esto se tiene que traducir en que las cuestiones que discutamos y las políticas que impacten realmente en mejorar la vida de las personas.

Pese a que lista Unidad para Chile tuvo buenos resultados dentro del oficialismo, no alcanzó para hacer un contrapeso al avance de la ultraderecha. Este avance nos hace un llamado a las fuerzas democráticas, porque creo yo el Partido Republicano, en muchas de sus actitudes, pone en riesgo la democracia de nuestro país.

Este resultado también es un llamado para la derecha tradicional, que también fue derrotada en las urnas, para que dejen de bailar al ritmo de José Antonio Kast. Deben entender que para ser una alternativa de futuro, para ser una alternativa distinta, no pueden hacer lo mismo que la ultraderecha y tienen que mostrarlo con acciones y no solo con palabras.

- ¿Qué tan perjudicial fue que el PPD haya decidido ir en una lista aparte?

Creo que no es momento de ser generales después de la guerra. Sin duda, si miramos los datos, la matemática es clara: en una lista de unidad hubiéramos podido tener más consejeros y consejeras, pero creo que no tiene sentido quedarse en disputas por cosas que ya no fueron. Ahora tenemos que mirar para adelante y los resultados y la circunstancia actual nos llaman a la máxima unidad de las fuerzas oficialistas. Así que yo me quedo con eso.

-A partir de esta derrota, ¿Cuál cree que es el camino que debe seguir el oficialismo para los próximos desafíos electorales? ¿Desde el FA se ve con buenos ojos una gran coalición que incluya a la DC?

Creo que las elecciones han mostrado que la convicción con los cambios que Chile necesita es algo que tiene sentido. Hay un importante sector que respalda y eso se ve en la votación de la lista unidad para Chile.

Entonces creo que el camino que tiene que seguir el gobierno en ningún caso es empezar a levantar los discursos y las banderas de otros, sino que seguir empujando su agenda y su programa y apurar estos cambios para que se manifiesten en mejoras concretas en la vida de las personas. Estamos hablando de cuestiones tan importantes como el aumento del sueldo mínimo o la reducción de la jornada laboral a 40 horas. Ahora tenemos pendiente la reforma previsional para terminar con la AFP y mejorar las pensiones; terminar con las deudas educativas que es un flagelo que afecta a tantas familias en nuestro país; y tener un nuevo sistema de financiamiento que garantice el derecho a la educación.

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Todas esas son banderas que hacen sentido en la población y que tenemos que dejar muy en claro que la votación del domingo 7 de mayo no significa que el país no quiera cambios. Porque Republicanos, pese a ser los defensores del status quo, se presentan como una alternativa novedosa y lo que nosotras y nosotros tenemos que mostrar es que efectivamente haciendo política transformadora se mejoran las vidas de las personas.

Respecto a la amplitud de la alianza de gobierno, creo que eso es un debate que se tiene que dar entre los partidos, que tiene que trabajar también el Presidente de la República, pero yo veo con buenos ojos que se sume cualquiera que quiera trabajar en unidad por los cambios que Chile necesita.

-Ya refiriéndonos a lo que será el trabajo del Consejo constitucional. ¿Cree que la hegemonía de Republicanos en el órgano puede representar un peligro o un retroceso para los derechos de la comunidad LGBTIQ+?

Los republicanos tienen la gran responsabilidad de demostrar que son capaces de dialogar y de construir acuerdos, que es algo que hasta el momento en el Congreso no han mostrado para nada, sino todo lo contrario, se restan de todo acuerdo posible, incluso de aquellas cosas que son en beneficio de todos los chilenos y chilenas. Si es por propinarle un golpe al gobierno, están disponibles a quebrar cualquier acuerdo. Así que creo que lo primero es que ellos tienen la responsabilidad de mostrar eso, porque de lo contrario, si deciden imponer sus ideas y llevarse este proceso para la casa, es probable que esto fracase.

Respecto a la comunidad LGBTI y los derechos de las mujeres, creo que es importante que pensemos una constitución que le garantice una vía libre de violencia y discriminación a todas las personas. Dentro de ello también está por supuesto considerada la orientación sexual y la identidad de género, pero también creo que hay una dimensión importante del reconocimiento de todo tipo de familias, que lamentablemente el anteproyecto de la Comisión de Expertos tampoco está recogido, porque se mantiene lo mismo de la Constitución actual. Es importante que hablemos no solamente de las familias, sino de la pluralidad de familias que pueden ser familias LGBTI, familias mono parentales, que también requieren protección del Estado.

Así que creo que esto está por verse, está por verse en la responsabilidad republicanos, pero sin duda cuando la ultraderecha levanta discursos de odio como los que vemos cotidianamente de sus personeros, podemos creer que estén en riesgo los derechos de las mujeres y las diversidades sexuales.

Espero que no sea así y que entiendan que tienen que proponer una constitución que dialogue con el resto de los consejeros y consejeras, pero que sobre todo le haga sentido a todos los chilenos y chilenas, no solamente a quienes son de ultraderecha.

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-¿Cuál cree que debe ser la estrategia para hacer frente a este eventual peligro?

Las y los consejeros de Unidad para Chile ya lo han dicho, están disponibles al diálogo con quien sea para construir una Constitución que le haga sentido a Chile y que por supuesto no se salte las bases de este proceso.

Ya hemos escuchado al diputado Kaiser decir que si fuera por él le cerraría la puerta al Estado Social y por tanto a los derechos sociales que son tan importantes para la población como la salud, la educación, pensiones dignas, entre otros temas. Así que creo que la ciudadanía debe estar atenta porque en este proceso se va a evidenciar cómo actúa la ultraderecha y si es que van a replicar su actitud en el Congreso que es torpedear los acuerdos y llevarse la pelota para la casa cuando las cosas no son tal cual como ellos piensan.

Creo que lo más relevante es que la ciudadanía esté atenta. Por nuestra parte, vamos a tender los puentes de diálogo siempre abiertos para construir efectivamente una constitución que sirva para mejorar la vida de los chilenos y chilenas y para superar, por supuesto, el legado de la dictadura.

-En otro contexto, en el Comité de Expertos busca implementar un umbral del 5% para poder tener representación en el Congreso ¿Existe la voluntad en los distintos partidos del FA para llegar a un partido único?

Sin duda creo que el umbral del 5% es un argumento a considerar, es una cuestión electoral ineludible para la existencia de los partidos, pero yo espero que la discusión dentro del Frente Amplio vaya mucho más allá.

Este es un debate que tenemos que abrir entre los partidos, entre la militancia del Frente Amplio, creo que es momento de darlo, no lo podemos seguir eludiendo. Pero también es cierto que el debate debe ser más profundo respecto a nuestro proyecto político, su proyección y nuestra estrategia. Y eso también tiene que ver con reafirmar un programa de transformaciones que venimos defendiendo desde el 2017.

Es un debate importante que tenemos que enfrentar prontamente en la interna del Frente Amplio de cara a la ciudadanía, pero que no solamente tiene que estar orientado por criterios electorales, sino que también en cómo fortalecemos nuestro proyecto político que creo yo tiene importantes banderas que ofrecer al pueblo de Chile, como la necesidad de avanzar en derechos sociales que son luchas que han levantado distintos movimientos en las últimas décadas de nuestro país.

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-En el Comité también se ha puesto en entredicho la paridad, especialmente la de salida ¿Cual es su interpretación de este debate?

Me parece muy lamentable el tono en el que se está dando el debate. Creo que la paridad es un mínimo democrático, un mínimo civilizatorio, que se impulsó en algún momento con la fuerza del movimiento feminista, pero con un acuerdo que iba desde algunos sectores de la derecha hasta las fuerzas progresistas. Y me parece muy lamentable que, como hemos visto en otros lugares del mundo, ante el avance de la ultraderecha, también se ponga en riesgo la participación política de las mujeres. Y eso lo hemos visto con Bolsonaro, con Trump, con el partido Vox en España, entre otros.

Me parece una situación que tiene que poner en alerta a la ciudadanía, por cierto a las feministas, y que espero que no prospere la intención de echar pie atrás en un acuerdo que creo representa a la mayoría de la sociedad y es de que la democracia no es tal sin la participación de las mujeres.