Liz Truss, la “dama de hierro” que se fundió en 45 días

Liz Truss, la “dama de hierro” que se fundió en 45 días

Por: Carolina Ceballos | 20.10.2022
Con su dimisión de este jueves culmina uno de los períodos más excepcionales y convulsos de la historia reciente británica, que acaba con el mandato más breve de un primer ministro en Downing Street: solo 45 días.

Liz Truss tomó las riendas del Reino Unido con la idea de proporcionar una sacudida neoliberal al país y resucitar el espíritu de Margaret Thatcher, pero seis semanas de errores de cálculo y torpeza política han servido para fundir a quien aspiraba a convertirse en una nueva "dama de hierro".

Con su dimisión de este jueves culmina uno de los períodos más excepcionales y convulsos de la historia reciente británica, que acaba con el mandato más breve de un primer ministro en Downing Street: solo 45 días.

El 6 de septiembre, con una visita a la reina Isabel II en su castillo de Balmoral, Truss iniciaba su mandato. No podía ser un buen augurio que la monarca muriera solo dos días después de recibir a la líder "tory".

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La ex primera ministra alcanzó el cargo impulsada por las primarias de las bases conservadoras, que apreciaron su discurso desacomplejado y su propósito de dar un giro a la derecha en el rumbo del país.

Pese a ello, a nadie se la escapó que en las votaciones previas entre los propios diputados "tories" ella nunca había encabezado las preferencias y solo pasó a disputarse el liderazgo con el exministro de Economía, Rishi Sunak, por apenas ocho votos.

Sin la legitimidad con la que contaba Johnson gracias a su aplastante victoria en 2019, ni un gran respaldo en sus propias filas, Truss aterrizó en Downing Street con pies de barro.

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El 23 de septiembre su entonces ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, presentó la mayor baja de impuestos en medio siglo, sin más plan para financiarla que endeudar al país; lo que hizo reaccionar a los mercados, que respondieron disparando la prima de la deuda soberana y hundiendo la libra.

Ese día fue el principio del fin para Truss. A partir de entonces solo pudo dedicarse a destituir a Kwarteng y enmendar una por una todas sus medidas, hasta llegar a la humillación final de ver al nuevo ministro de Economía, Jemery Hunt, desmontar este lunes por completo ante el Parlamento un plan lleno de "errores".

Su rictus inexpresivo aquel día, en la bancada detrás de Hunt, le valió comparaciones en la despiadada prensa británica con un "espectro" que seguía en el cargo pero vacío de poder.

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Sus últimos movimientos a la desesperada, como aparecer en la BBC para hacer acto de contrición y disculparse, no sirvieron para nada más que para dilatar un destino que ya estaba escrito.

"Brexitera reconvertida"

Antes de convertirse en primera ministra, había ocupado en el último año la cartera de Exteriores, desde donde desplegó una dura retórica contra Rusia y China, y dirigió un choque con la Unión Europea (UE) que todavía amenaza con derivar en una guerra comercial.

Ella fue la impulsora de la ley que permitirá a Londres incumplir el acuerdo del Brexit y se erigió en la primera defensora de las "oportunidades" que vislumbra el Reino Unido fuera de la UE, a pesar de que defendió con pasión la permanencia antes del referéndum de 2016 -abandonar el bloque sería una "tragedia", llegó a escribir-.

Pese a todo, como jefa del Ejecutivo pareció adoptar un enfoque más posibilista hacia la cuestión europea.

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Con fama de ser una política hábil en las distancias cortas, durante la campaña de las primarias "tories" y su corto paso por Downing Street, crecieron las dudas sobre su capacidad de movilizar a las masas, especialmente como sucesora de alguien tan carismático como Johnson.

Crecida en una familia de izquierdas. Republicana ella misma durante su juventud en un país monárquico. Liberal-demócrata antes que "tory". Truss fue capaz de superar todas sus contradicciones para crecer dentro del Partido Conservador con una carrera firme en la que su primer cartera ministerial, Medio Ambiente, le llegó en 2014.

Sirvió en los gabinetes de David Cameron, Theresa May y Boris Johnson, quien le dio la gran oportunidad de su carrera al pasarla de Comercio Internacional (donde había fraguado los primeros acuerdos pos Brexit con terceros países) al Foreign Office.

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En Exteriores obtuvo el trampolín desde el que aspirar al plato fuerte, la jefatura del gobierno. Solo seis semanas después, la deja con la cabeza gacha y como un borrón, muy breve, en los libros de Historia.

Truss, la primera ministra británica más breve de la historia

Truss, quien anunció su dimisión luego de 45 días de ser designada como primera ministra británica por la reina Isabel II, se convirtió en la jefa de gobierno más breve en la historia del Reino Unido.

La renunciada autoridad, anticipó este jueves en una comparecencia frente a Downing Street que su sucesor será elegido durante la próxima semana.

A la mandataria conservadora le quedaban 73 días para superar la marca de George Canning, duque de Portland, quien murió en agosto de 1827, 118 días después de asumir la jefatura del Ejecutivo.

Su sucesor, Frederick John Robinson, primer vizconde de Goderich, un miembro de la aristocracia rural británica, también conservador, superó esa marca por unos pocos días -mantuvo el gobierno durante 143 días-.

Andrew Bonar Law, el único canadiense que ha gobernado el Reino Unido, se mantuvo en el poder durante 211 días, entre octubre de 1922 y mayo de 1923.

En consecuencia, la nómina de los primeros ministros británicos más breves de la historia queda conformada por:

1. Liz Truss (2022) - 45 días, a los que se sumará previsiblemente en torno a una semana como jefa de gobierno interina.

2. George Canning (1827) - 118 días

3. Frederick John Robinson (1827-28) - 143 días

4. Andrew Bonar Law (1922-23) - 211 días

5. William Cavendish (1756-57) - 225 días

6. William Petty (1782-83) - 265 días

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