Detenido hace 6 meses en la cárcel de Esquel, Argentina, por la solicitud de extradición por parte de Chile en su contra por el caso Pisu Pisué, el dirigente mapuche ha señalado que el gobierno argentino está "apagando el conflicto con bencina".

En Argentina, Jones Huala es la cara visible de la RAM, mientras que en Chile se le imputan los delitos de incendio, tenencia ilegal de municiones y de arma de fuego artesanal e infracción a la Ley de Extranjería.

"Estamos frente a un conflicto político, territorial. Si bien no he tenido participación en el caso Pisu Pisué, he sido parte de hechos de resistencia, de autodefensa de las comunidades", argumentó Jones Huala a El Mercurio.

"Antes de Pisu Pisué, todos veníamos siendo investigados, ya que en el expediente figuran legajos de inteligencia que denota una vinculación entre las policías argentina y la chilena", señala sobre los hechos que protagonizó en 2013 cuando fue detenido en nuestro país durante su visita a la casa de la machi Millaray Huichalaf, quien es la única condenada por este caso.

Jones Huala cuenta que huyó de país porque no habían garantías jurídicas, puesto que su caso les venía como anillo al dedo para justificar la tesis de los infiltrados y el terrorismo internacional. "Decían que usábamos 10 veces al mes la frontera llevando y trayendo armamento. Pero quien conoce la cordillera sabe que ni siquiera Rambo o el Ejército podrían cruzar de esa manera. Por eso se decidió que era preferible que no presente al juicio, ya que era evidente que me querían dejar detenido", cuenta.

Recientemente, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, anunció la creación de un equipo especial para enfrentar a la RAM por su supuesta participación en atentados en el país trasandino.

"Están tomando un mal camino que a Chile le ha generado más de 20 años de conflicto, cada vez más grave. De hecho, la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) también ha tratado de impulsar situaciones de diálogo político coherente, y al no ser tomada en cuenta, ha generado mayor violencia. Esa política seguirá profundizando una radicalidad que no es necesaria (...) me parece que el gobierno argentino equivoca el camino y está tomando lo peor de la escuela chilena", afirmó.