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La brecha invisible: Discapacidad visual e inclusión digital
Foto: Agencia Uno

La brecha invisible: Discapacidad visual e inclusión digital

Por: Karim Sánchez Wadie | 01.08.2025
Pese a la existencia de la Ley N.º 20.422 -promulgada en Chile, y que establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad-, es trabajo de cada uno, desde lo más mínimo, idear o pensar en que lo que sea que queramos compartir, crear o desarrollar en internet también incluya, desde sus bases, a las personas con discapacidad visual, para que así podamos ser realmente inclusivos en estos tiempos de conectividad.

En tiempos de redes sociales, de conectividad, de mayor cantidad de estímulos digitales y del desarrollo de la inteligencia artificial, aún un grupo de personas -específicamente las personas con discapacidad visual-, tienen que realizar esfuerzos gigantescos para el simple hecho de acceder a la información.

Para ser concretos, la inclusión digital asegura que todas las personas, sin importar su origen o condición, tengan acceso y puedan utilizar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Para lograr esto, es fundamental garantizar el acceso universal a dispositivos tecnológicos y a una conexión a internet asequible y de calidad.

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Además, es clave promover la alfabetización digital, capacitando a las personas para que puedan utilizar herramientas digitales de manera efectiva y segura. También se debe trabajar en el desarrollo de contenidos y servicios digitales que sean accesibles.

En la comunidad de personas ciegas o baja visión existen diferentes herramientas como los lectores de pantalla, JAWS o NVDA, dependiendo del sistema operativo. También hay aplicaciones como Lazarillo que sirven para el desplazamiento, o Be My Eyes para descripción de imagen. No obstante, para hablar de una verdadera inclusión no solo basta con añadir nuevas estrategias, sino que es necesario que los entornos digitales sean 100% accesibles.

Según el Informe WebAIM Million 2025, que analiza las principales páginas web del mundo, el 94,8% presenta al menos un fallo en la Pautas de Accesibilidad para el Contenido Web (WCAG). En promedio, cada sitio contiene 51 errores. Por ejemplo, el 79,9% tiene texto con bajo contraste, el 55,5% de las imágenes carece de texto alternativo significativo y más de un tercio presenta botones o enlaces vacíos.

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Dicho lo anterior, es de suma importancia acabar con la brecha digital, que separa cada día más a quienes no tienen acceso a estas herramientas. Tomar medidas es lo mínimo que se debería hacer para culminar con la desigualdad en esta área. Aunque no parezca, el hecho de que seamos más inclusivos posibilita la participación social y política, permitiendo el acceso a la educación, al trabajo y así podría seguir con un sinfín de cosas.

Instituciones como la Biblioteca Central para Ciegos trabajan constantemente en la inclusión de personas ciegas y baja visión en todos los ámbitos de la sociedad. Particularmente, en las nuevas tecnologías, desarrollan talleres relacionados al uso del computador o del celular, lo cual les permite a las personas poder acceder a la información y con ello ser totalmente autónomos.

Pese a la existencia de la Ley N.º 20.422 -promulgada en Chile, y que establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad-, es trabajo de cada uno, desde lo más mínimo, idear o pensar en que lo que sea que queramos compartir, crear o desarrollar en internet también incluya, desde sus bases, a las personas con discapacidad visual, para que así podamos ser realmente inclusivos en estos tiempos de conectividad.

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