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Pedalear en Chile: Homenaje al Alcalde de la Bicicleta
Foto: Agencia Uno

Pedalear en Chile: Homenaje al Alcalde de la Bicicleta

Por: Leonardo Jofré | 26.07.2025
En homenaje a la vida de David Gómez, a ese amigo que tanto tiempo y pasión dedicó a trabajar por la movilidad de nuestra comuna y región, los invito a reflexionar y exigir una ciudad que se adapte a las personas, no al revés. Proteger a las y los ciclistas es proteger la vida y avanzar hacia ciudades más humanas, inclusivas y justas.

Hace unos días despedimos a mi querido amigo, David Gómez. Su partida nos llena de tristeza, pero esa pena se mezcla con la gratitud de haberlo conocido y el orgullo de su legado imborrable.

Con David nos conocimos en el colegio, fuimos compañeros de curso y amigos de infancia. Ya siendo un adulto, dedicó su vida a promover la movilidad activa, haciendo las ciudades más seguras y amigables para ciclistas y peatones. Fue un referente en el mundo del bici-activismo, liderando en Aguante Renca Bike y Revolución Ciclista. Desde febrero de 2024 se desempeñó como Alcalde de la Bicicleta de Santiago, de la ONG BYCS.

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Como renquino, fue un pilar de nuestra comunidad. Siempre puso a Renca en el centro de su activismo, impulsando desde ahí la movilidad activa, la educación vial comunitaria y la participación ciudadana. Fomentó el uso de la bicicleta, el cuidado del medio ambiente y la recuperación de espacios públicos. Gestionó encuentros ciudadanos que formaron lazos y un sentido de pertenencia entre vecinas y vecinos de la comuna.

Hoy, en su honor, quiero invitarlos a reflexionar sobre la importancia de la bicicleta como un medio de transporte sostenible, saludable y justo, así como de los desafíos a los que se enfrentan los ciclistas diariamente.

En nuestras ciudades, los usuarios de bicicleta enfrentan un escenario hostil con infraestructura vial precaria, ausencia de políticas públicas integrales y una sociedad que suele ser indiferente a la vulnerabilidad que implica usarla.

Las cifras son claras y alarmantes: cada año aumenta el número de siniestros viales que involucran ciclistas, y con ello las muertes y lesiones graves. Detrás de cada número hay personas con nombres y apellidos, familias atravesadas por dolor e historias que desgarran, recordándonos la urgencia de cambiar esta realidad.

La bicicleta no es un lujo ni un pasatiempo, es parte esencial del derecho a la movilidad segura y digna.

Eso exige una transformación integral al entorno urbano: invertir en ciclovías seguras, continuas y bien mantenidas; fortalecer la fiscalización para que se respeten las normas de tránsito; y promover campañas educativas que fomenten una cultura vial basada en el respeto mutuo, donde el ciclista no sea un obstáculo, sino un actor legítimo de la ciudad.

Esto también refleja una realidad de clase, pues para muchas personas usar la bicicleta como medio de transporte no es una opción, sino una necesidad. En un país donde la mitad de quienes trabajan reciben ingresos menores o iguales a $582.559 al mes, pedalear significa un valioso ahorro para sostener el hogar. Por eso, entregar condiciones adecuadas y seguras para las y los ciclistas resulta vital para el cuidado de la población.

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Frente a esto, es fundamental avanzar en leyes que sancionen de manera estricta las conductas peligrosas hacia ciclistas, como adelantamientos indebidos, acoso vial o la no detención ante un cruce de ciclovía.

En países como Francia, España y Países Bajos, se han implementado normativas específicas que obligan a mantener una distancia mínima al adelantar a un ciclista, penalizan con severidad las agresiones viales y aplican el principio de “culpa presunta” del automovilista en siniestros con usuarios vulnerables. Chile debe aprender de estas experiencias e incorporar estándares internacionales para resguardar la vida y la integridad de las personas que pedalean.

La protección de quienes utilizan la bicicleta debe estar en el centro de la agenda pública. Las autoridades deben garantizar presupuestos adecuados, diseñar planes urbanos inclusivos y transparentes, y escuchar la voz de las organizaciones de ciclistas en cada etapa de decisión.

La movilidad activa es, además, una cuestión de justicia social y ambiental: favorecer la bicicleta significa reducir la contaminación, descongestionar las calles y mejorar la calidad de vida de las personas. En definitiva, usar la bicicleta en Chile no debería ser un acto de valentía, sino una práctica segura y valorada.

En homenaje a la vida de David Gómez, a ese amigo que tanto tiempo y pasión dedicó a trabajar por la movilidad de nuestra comuna y región, los invito a reflexionar y exigir una ciudad que se adapte a las personas, no al revés. Proteger a las y los ciclistas es proteger la vida y avanzar hacia ciudades más humanas, inclusivas y justas.

Honremos la vida de David, construyendo caminos donde todas y todos podamos pedalear sin miedo.

Q.E.P.D. David Gómez

Alcalde de la Bicicleta de Santiago

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