El electorado del “centro” político que desafía a la presidencial: Seis millones de votos podrían definir la elección

En momentos en que las elecciones presidenciales empiezan a entrar en tierra derecha, con las primarias del progresismo a días de materializarse, el próximo domingo 29 de junio, Marco Moreno, director del Centro de Opinión Pública de la Universidad Central, analiza este escenario apuntando al electorado de centro.

Cuál es el desafío, cómo es este padrón y de qué manera se pueden proyectar estos comicios agendados para el 16 de noviembre, con una segunda vuelta a desarrollarse el 14 de diciembre en caso que no exista mayoría absoluta en la primera votación, es lo que comenta el experto en entrevista con El Desconcierto.

- A días de las primarias, ¿qué tanto representado está este sector en todas candidaturas que tenemos?

El centro como tal es una figura que es difícil de poder identificar hoy. Lo que tenemos, más bien son electores que quieren moderación y gradualidad. No es que no quieren cambios, quieren cambio graduales y moderados. Entonces, la pregunta es, quiénes de los candidatos que hoy día están en la papeleta de la primaria pueden representar mejor esa demanda de moderación y gradualidad.

No de los militantes, porque si nos centramos en la burbuja de los militantes, evidentemente, independientemente de lo que sea, ellos van a optar por el candidato que sea de sus filas.

Estamos pensando en el elector independiente, que pudiera ir a las primarias del oficialismo, no sabemos muy bien cuántos pueden ser, por lo tanto lo que uno debería preguntarse es si esos electores que alguna vez, por ejemplo, votaron por la Concertación, después dejaron de hacerlo, dejaron de ir a votar, porque se comenzaron a convertir en abstencionistas, esos electores, en quién creen que puedan encontrar de mejor manera expresada esas ideas de moderación y de gradualidad.

Desde este punto de vista, pues evidentemente Carolina Tohá expresa mejor esas ideas de lo que es la social democracia.

Y, por lo tanto, uno debiera esperar que el votante moderado, gradualista, estuviera más disponible a apoyar a Tohá, que a los otros candidatos que tienen opciones políticas ideológicas más definidas.

Tendremos elección a "la peruana, con seis candidatos"

- Si Jeannette Jara (PC) gana la primaria, ¿qué pasaría con el centro o con ese votante moderado, considerando que debieran surgir nuevas candidaturas?, ¿cómo podría distribuirse ese voto ideológico?

Sí, van a existir nuevas candidaturas. Es probable que se terminen inscribiendo candidatos independientes, (Harold) Mayne Nicholls, por ejemplo, u otros. Y, por lo tanto, lo que vamos a tener es una elección a la peruana, con seis candidatos, con dispersión del voto, probablemente el candidato del oficialismo pase igual a la segunda vuelta, no descarto eso.

Por lo tanto, había que pensar en una elección de segunda vuelta. La pregunta habría que pensarla también, y más probablemente, en una elección de segunda vuelta, más que en la primera vuelta, porque en la primera vuelta si gana Jara, probablemente termine pasando a segunda vuelta. Recordemos que el Apruebo, en el primer proceso constituyente, en septiembre del 2022, sacó 38%.

O sea, con 25% con una dispersión de seis candidatos, tú entras en la primera vuelta. No sacas una buena votación, pero entras en la primera vuelta. Entonces ese electorado, que en Chile le llamamos de centro, pero más que hablar de un centro político, de alguna manera se va a identificar mejor con aquel candidato o candidata que exprese esa demanda de moderación y gradualidad.

- Y si no ganara Tohá esta semana, ¿ahí el centro debiera acomodarse eventualmente dentro de estas nuevas candidaturas que van a surgir?

Probablemente, probablemente se distribuya. Jara va a tener que hacer esfuerzos por ir a buscar a ese elector. Con voto obligatorio, ella no puede hablarle solo a los suyos, tiene que hablarle al conjunto de los 15 millones que van a votar. Y vamos a ver cómo hace ajustes en su programa, en su propuesta, en sus comandos que den una señal para ese tipo de electorado. O sea cómo, de alguna manera, ajusta su campaña a buscar el electorado del centro.

"No es solo un electorado de centro"

- ¿Y qué pasaría con la derecha?, ¿quién podría capturar ese electorado? Porque podría hasta definir una elección...

Sí, pero yo diría que no es solo un electorado de centro, estamos hablando del elector obligado que no es solamente un elector de centro, porque es un elector básicamente despolitizado, que no cree en la ideología, que va a votar obligado. Estamos hablando de que la mitad del padrón, más o menos seis millones, son este tipo de electores nuevos obligados.

Algunos de ellos sí comparten la idea de gradualidad, de moderación, pero otros lo que quieren es solución concreta a sus problemas, otros buscan otro tipo de cuestiones, es un elector muy despolitizado. Por eso no es fácil a esos nuevos electores, y electores obligados, meterlos como electores de centro.

Por lo tanto, los candidatos van a tener que ofrecer propuestas, y lograr seducir a ese elector nuevo, obligado, que además es muy volátil. O sea, cambia de posición. Hoy día puede decir una cosa, mañana va a decir otra.

Y estamos hablando que es prácticamente la mitad del padrón, piensa que la elección de hace cuatro años, entre Boric y Kast, casi votaron en promedio siete millones de personas (cuando el sufragio no era obligatorio, lo que se reestableció el año 2022).

Ahora están votando 15 millones, o sea, el doble. Entonces, esa mitad de nuevos electores, que les llamamos electores obligados, electores nuevos porque algunos son obligados, y otros son nuevos porque nunca habían votado, porque cuando existía el voto voluntario no iban a votar, porque antes cuando existía el voto obligatorio era con inscripción obligatoria, entonces esa masa de electores es la que va a decidir la elección. Y esa masa de electores, no tenemos muy claro cómo se están comportando electoralmente hablando.

Padrón electoral se duplica en esta elección

- Casi seis millones, es mucho...

Claro, es mucho, por supuesto. Mira, el dato es que en la última elección presidencial de hace cuatro años, votaron siete millones, y con voto obligatorio en los dos plebiscitos y en la elección de alcaldes con gobernadores de octubre del año pasado están votando en promedio 13, 14 millones, con voto obligatorio. El doble, prácticamente

Entonces esa mitad, los que entran a votar obligados, esa mitad de electores, la mitad del padrón en la práctica, es un electorado muy difícil de poder identificar su comportamiento electoral, porque llevamos pocas elecciones con voto obligatorio, entonces todavía no lo hemos estudiado bien.

Por eso las encuestas también se pueden equivocar, porque las encuestas funcionan cuando las variables son más o menos identificables.

Entonces, estos seis millones no podemos decir son todos de centro, son todos de izquierda, todos de derecha, son de todos. Están obligados a ir a votar, si fuera por ellos, no irían a votar, pero como se acaba de aprobar la multa para los que no vayan, van a ir.

Marcelo Trivelli: "No existe el electorado de centro"

Por su parte Marcelo Trivelli, exintendente y quien actualmente se encuentra encabezando un proyecto presidencial, coincide con Moreno recalcando que "no existe el llamado electorado de centro".

"El llamado 'centro político' es un concepto manoseado y vacío y responde a un rezago del binominal que busca captar el voto péndulo que se mueve entre las dos opciones que hoy están en competencia: izquierda y derecha, o entre Estado y mercado, porque hay ausencia de una alternativa que esté centrada en la persona humana", sostiene.

Hablar de centro, asegura luego, "no reconoce que en Chile siempre existieron tres tercios políticos: pro-Estado, pro-mercado y humanismo cristiano y laico. Este último, propone tanto Estado y tanto mercado como se necesite para lograr el mayor bienestar de las personas".

Considerando el escenario existente en nuestro país, agrega, "una propuesta basada en el humanismo cristiano y laico tiene un gran espacio en la contienda presidencial. Nuestro objetivos es ocupar ese espacio que se perdió en la política de extremos polarizados".

"Atreverse a convocar a buscar en conjunto el bien común, aún a costa de nuestros legítimos intereses, no es debilidad ni entreguismo. Es mirar el futuro con esperanza, porque somos seres humanos capaces de vivir en una cultura que recupera el valor de lo común por sobre el 'sálvese quien pueda' o el '¿cómo voy yo ahí?'", concluye Trivelli.