Alertan sobre posible “nueva crisis hídrica” costera por desaladoras en el norte: Hay 22 proyectos entre Arica y Coquimbo
En las costas de Chile cada vez hay más plantas desaladoras que captan agua marina y la someten a un proceso para quitarle la sal, devolviendo un agua de rechazo con salmuera y químicos al agua. Según el último catastro, hay 34 plantas operando o en construcción en el país, y 22 de ellas están de Coquimbo hacia el norte.
De estas plantas, solo 4 están destinadas para consumo humano, y el resto son para proyectos mineros o para la producción de hidrógeno verde.
La investigadora finlandesa, Anna Heikkinen, que ha trabajado en el norte de Chile investigando los modelos de gestión del agua, alerta que el uso de agua desalada permite que siga creciendo la minería, intensificando aún más el uso de agua en el país.
“Con la desalación tal vez ya no se esté sobreexplotando los acuíferos, pero se corre el riesgo de generar una nueva crisis hídrica en el mar y la costa. Me refiero a los impactos ambientales de la construcción de las desaladoras y a los efectos de los procesos de desalinización. Por ello, se debería pensar cómo esta tecnología puede beneficiar no solo a la minería, sino también a la población.”, analiza.
Esto se suma a un estudio publicado recientemente por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), que prevé un aumento de 145% en el uso de agua desalada dentro de la minería del cobre en el país para los próximos años. Así, el agua del océano abastecería 66% de la necesidad de agua de la minería del cobre en el país en el futuro cercano.
Esto se da además en un momento en que la cartera de proyectos de inversión y ampliación de minería en el país alcanzó su mayor valor en diez años, con 51 iniciativas valorizadas en $83.181 millones a ejecutarse entre 2024 y 2033.
Nueva crisis del agua
Voces de la ciencia y la sociedad civil han demostrado preocupación por el avance de la desalinización del agua en Chile sin que exista una norma específica sobre desalinizadoras, y sin que haya conocimiento acabado sobre el impacto que genera en la salud costera el vertimiento masivo de aguas de rechazo al mar.
Un reciente estudio, por ejemplo, demostró que las larvas de locos nadan más lento y consumen más oxígeno al ser expuestas a las descargas de salmuera de las plantas desaladoras, por lo que recomiendan alejar los puntos de descarga de las áreas de manejo de locos.
Otro impacto que han tenido las plantas desaladoras en las costas es el succionamiento de animales marinos que quedan atrapados en los mecanismos de abducción de las plantas y muchas veces mueren dentro de la infraestructura, como pasó con un chungungo y decenas de cormoranes en una planta de Huasco.
“Actualmente se está debatiendo una nueva ley de desalinización que busca regular mejor este sector y dar prioridad al consumo humano y a la protección de los ecosistemas. Este sería un paso importante para garantizar el acceso al agua por parte de las comunidades y proteger los ecosistemas marinos y costeros”, concluye Heikkinen, llamando a regular este avance en las costas de Chile.
