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Ballenas, termoeléctricas y salmoneras empañan postulación de Chile para ser la meca de la conservación de océanos
Ballena vara en las costas de Chile. Foto: Agencia UNO.

Ballenas, termoeléctricas y salmoneras empañan postulación de Chile para ser la meca de la conservación de océanos

Por: María del Mar Parra | 11.06.2025
Mientras Chile consolida su postulación para ser sede del tratado sobre conservación de océanos de la ONU, los mares del país reciben contaminantes de las termoeléctricas, las salmoneras y las desaladoras, además de protagonizar choques de barcos con ballenas, sobrepesca y tráfico de algas.

Líderes del mundo están reunidos en Francia en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, donde Chile busca reafirmar su liderazgo en la conservación marina. Uno de los objetivos de la delegación chilena en la conferencia es consolidar la postulación para convertir a Valparaíso en sede del Tratado de Alta Mar de la ONU.

A pesar del papel protagonista que ha asumido Chile a escala internacional en los esfuerzos para proteger las aguas internacionales, el país también lidera algunos ránking que develan la degradación de sus mares.

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Ballenas

En 2024 se conoció el preocupante récord de que Chile es el país del mundo donde se registran más muertes de ballenas por choques con barcos. Ya en 2023 un mapa generado por científicos chilenos mostraba cómo el tránsito de una ballena en busca de alimentación era obstaculizado por miles de barcos que cruzan constantemente las rutas migratorias de estos grandes cetáceos.

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Ante la situación, distintos proyectos tecnológicos han surgido para reducir este impacto. Un grupo de especialistas mapeó las zonas con más registros de ballenas y logró que esas zonas queden marcadas en los mapas de navegación del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA).

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Salmoneras

Parte de los riesgos que enfrentan las ballenas en las costas de Chile tienen relación con la industria salmonera, investigada por casos de enmallamiento de ballenas en las redes de los centros de cultivo, así como por la colisión con barcos asociados a esta misma actividad.

Los impactos ambientales de la industria salmonera en Chile han capturado la atención de la prensa internacional en los últimos años, con reportajes en el New York Times y en The Guardian alertando a los consumidores de salmón chileno en el extranjero sobre las consecuencias que tiene este consumo para el medio ambiente.

Especial atención han concitado los más de 400 centros de cultivo de salmón que operan dentro de áreas marinas protegidas, como Parques o Reservas Nacionales. En estas aguas, que están bajo protección oficial por su valor ambiental y su fragilidad, la industria salmonera ha protagonizado escándalos como entrega de datos falsos para ocultar el daño ambiental o escapes y muertes masivas de salmones.

Plásticos

Un mapa global publicado en las últimas semanas muestra cómo la ballena azul circula constantemente por la Patagonia chilena. Pero durante los mismos días se publicó un estudio que muestra la cantidad de residuos plásticos que se concentran en los mares de la región de Los Lagos, justo en las rutas que usan estas ballenas.

La contaminación por plásticos es un problema global pero aqueja principalmente a islas del Pacífico que reciben cada día en sus playas miles de fragmentos de basura que vienen del continente. Es el caso de Rapa Nui, que en 2024 hospedó un encuentro de autoridades insulares para exigir al mundo medidas urgentes contra la contaminación por plásticos.

Un estudio de investigadores chilenos, publicado en la revista Nature, encontró que gran parte de los plásticos que recibe la isla no vienen de parches de basura que se acumulan en el océano, sino que llegan directamente desde el continente. 70% de dichos plásticos proviene de Chile y Perú.

Termoeléctricas

Así como miles de fragmentos de plástico llegan a las playas de Rapa Nui, las playas de la bahía de Quintero amanecen constantemente con varamientos de carbón proveniente de la intensa actividad termoeléctrica en la zona.

Las preocupaciones sobre el impacto de las termoeléctricas a carbón se han centrado en las emisiones de gases al aire, que generan intoxicaciones masivas e impactos de largo plazo en la salud.

Pero un informe del Ministerio de Medio Ambiente identifica que las termoeléctricas también están entre las principales contaminantes del mar, tanto por hidrocarburos y metales pesados, como por el vertimiento de sulfatos que provienen de las plantas desaladoras que usan estas centrales.

Desaladoras

La desalinización de agua de mar en Chile se ha convertido rápidamente en una fuente primordial de agua tanto para consumo humano en ciudades del norte, como para usos industriales.

Se registran al menos 30 plantas desaladoras en Chile en operación o construcción, y la mayoría son para abastecer a la industria de la minería o del hidrógeno verde.

Organizaciones y académicos han alertado sobre el aumento de estas centrales en el país sin que exista una regulación específica ni estudios de largo plazo sobre el impacto que tiene el vertimiento de aguas de rechazo con sales y otros químicos en los ecosistemas marinos.

Bosques submarinos

Un impacto poco conocido en los mares de Chile es la extracción ilegal de macroalgas para su exportación. Chile es el principal exportador de algas de Latinoamérica y uno de los principales del mundo.

Las algas son cotizadas por distintas industrias ya que el alginato que se extrae de ellas sirve para fabricar cosméticos, estabilizar la espuma de la cerveza y miles de otros usos. Pero bajo el mar, las algas conforman bosques submarinos que son un hábitat vital para miles de especies marinas, algunas incluso de valor comercial.

Los informes de Sernapesca dan cuenta de un aumento sostenido de la extracción ilegal de estas algas, usando documentos falsificados o evadiendo controles para poder luego exportarlas. Científicos también han mapeado la degradación de los bosques submarinos en los mares del país.