
Autos eléctricos: la trampa de la supuesta solución a la crisis climática
Enarbolando las banderas de la transición energética, la electromovilidad y el valor compartido, se pretende hacer creer a todo el globo que explotar el ecosistema y transitar de la petrodependencia a la electrodependencia, es una señal de evolución indubitable; y que compensar la incapacidad de atender a las razones de fondo del colapso, con porcentajes ínfimos del negocio invertidos en ciencia y obras comunitarias, es justicia.
Lo más inquietante es la nula capacidad del país para procesar esa enorme cantidad de desechos, llamados “masa negra” y catalogados por la Unión Europea como residuos de alta peligrosidad. Actualmente, Chile no cuenta con el desarrollo de infraestructura ni de políticas públicas que impidan la acumulación de pasivos ambientales de baterías, los que sin un tratamiento se convertirán en un grave problema ambiental y sanitario para el país.
Autos eléctricos: la trampa de la supuesta solución a la crisis climática
El aumento de la demanda y producción de autos eléctricos, luego de definir el negocio de la electromovilidad como la salida al cambio climático, compromete seriamente a territorios como Chile, que ya tiene 7 de las 9 condiciones de vulnerabilidad en contextos de cambio climático.
Entre las diversas alternativas a la reducción de gases de efecto invernadero provenientes del transporte, la institucionalidad ha optado por el recambio del parque vehicular de combustión interna a baterías de litio, en vez de promover la progresiva reducción de vehículos en uso, valorizando otros medios de transporte, regenerando infraestructura para reducir la necesidad de traslados, etc.
La acumulación de desechos tóxicos alentados por el auge de la electromovilidad es uno de los tantos aspectos no considerados por el enverdecimiento, la sustentabilidad y la preocupación por el medio ambiente, que dice tener esta solución impuesta por la industria a nivel mundial, y también en Chile.
Estos temas serán tratados este jueves 20 de marzo a las 19.00 horas, en el webinar “Litio y residuos, el círculo no cierra”, instancia promovida por la Alianza Basura Cero Chile, quienes darán a conocer su informe Litio Cuestión de dosis junto a Lucio Cuenca, Director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales y a Rodrigo Ramos, escritor y periodista antofagastino, invitados al evento que se transmitirá vía a zoom (inscríbete aquí) y también a través del canal de Youtube de la organización.
La explotación de litio esgrimida como solución a la crisis planetaria
En las condiciones actuales la transición hacia la electromovilidad según la CEPAL, requiere de la explotación intensiva de minerales como litio, cobre, grafito, cobalto, tierras raras; y además del suministro energético de termoelectricidad e hidroelectricidad, lo que resulta contradictorio cuando lo que se pretende es disminuir las emisiones tóxicas.
Estudios recientes han demostrado que el salar de Atacama se hunde 2 a 3 centímetros por año en las zonas donde la extracción es más intensa, es decir el acuífero no logra recuperarse y en el marco de la sobre explotación proyectada, el daño será irreversible.
En el Salar de Maricunga el Estado, a través de Codelco, compró un yacimiento con fallos judiciales adversos por los daños ya causados por la transnacional Kinross, y con una Comunidad indígena Colla que se opone a nuevas extracciones, por lo que mandó a realizar prospecciones geofísicas independientes publicadas en agosto de 2024.
Estos casos demuestran que “no se pueden calcular los impactos de la extracción de litio para ecosistemas frágiles que dependen del salar”.
Un automóvil eléctrico requiere 6 veces más minerales que uno convencional
Los mayores fabricantes de baterías del mundo se ubican en Asia (China, Japón y Corea del Sur), que combinados representan el 70% del mercado de fabricación de baterías para vehículos eléctricos. Sin embargo, la Estrategia Nacional que impulsó el gobierno de Boric, quiere hacer creer que nos transformaremos en líderes en este mercado, cuando el único liderazgo que nos depara es la depredación de ecosistemas únicos como los salares, para satisfacer la demanda intensiva de materias primas de los países asiáticos, que producirán autos para bajar las cifras de emisiones de países del norte global, donde se encuentra fundamentalmente el mercado consumidor.
Claramente la ecuación no cierra, mover millones de toneladas de insumos para desechar el vehículo a combustión y comprar uno eléctrico, no resultará en una respuesta eficaz para la crisis ambiental, sino en una profundización de ella.
El problema principal es qué hacer con las baterías cuando dejen de servir
Según consta en la página del Ministerio del Medio Ambiente, la proyección del parque vehicular muestra que al año 2050 en Chile habrá un parque vehicular de 14.055.247 de vehículos de los cuales el 40% será completamente eléctrico. Lo que resulta en un escenario alarmante en términos de la contaminación y de los pasivos ambientales acumulados, pues no hay infraestructura para procesar estos pasivos.
En un año, Chile genera 185 mil toneladas de residuos electrónicos, según un informe del Ministerio del Medio Ambiente. Esto significa que, en promedio, cada habitante deja casi 10 kilos de residuos anuales de artículos eléctricos y electrónicos (RAEE), prácticamente sin procesamiento. A esa cifra, ya comenzaron a sumarse las baterías, lo que es grave entendiendo que la Unión europea ya consignó que son residuos peligrosos, por lo tato cabe preguntarse si esta ofensiva eléctrica es solución, o solo parte del problema. De hecho, todo hace pensar, por la falta de previsión de la política pública en estas materias, que cuando asistimos a un colapso ambiental y sanitario, en los territorios vulnerados donde se acumulen los desechos, se buscarán países en vías de desarrollo, para trasladar los residuos, promoviendo un colonialismo de la basura y de la toxicidad, bajo la premisa de ayudar a mover la “alicaída economía”. Tal como está ocurriendo en Chile con los residuos textiles o como ya ocurrió con el plomo suizo, experiencias de las que al parecer muy poco hemos aprendido.
La regulación de las baterías
La estrategia para abordar la situación de las baterías, sean de plomo ácido o de ion de litio, y la estrategia para resolver su acumulación post uso, se está apenas planificando en Chile. La Ley REP N°20.920 desde su implementación, ha desarrollado instrumentos legales sólo para algunos de los 12 productos prioritarios definidos en el mismo documento.
En el caso de las baterías, en febrero de 2024 se conformó un Comité Operativo Ampliado el cual se define como: una instancia público-privada que acompañará la elaboración del Decreto Supremo que regulará las metas de recolección y valorización y otras obligaciones asociadas del producto prioritario Baterías, pero esto sólo está esbozado como un anteproyecto.
La peligrosa acumulación de baterías de litio en el país
El Informe que presentará la Alianza Basura 0, plantea que la proyección de crecimiento en la venta de vehículos eléctricos es directamente proporcional a la acumulación de baterías de litio en el país.



En Chile es evidente que la extracción de litio ha dejado impactos severos en ecosistemas y comunidades altoandinas; y no obstante, se acepta e incluso se aplaude, que se aceleren cambios institucionales para posibilitar que ésta se expanda y profundice en el desierto más árido del mundo.
Hoy se habla de economía circular, pero no se está pensando en los tres círculos guiados por el diseño, definidos por la OCDE: i) eliminar los desechos y la contaminación, ii) hacer circular materiales y productos, es decir mantener los productos y los materiales en uso y iii) regenerar los sistemas naturales (OCDE, 2020; Ellen Macarthur Foundation).
Enarbolando las banderas de la transición energética, la electromovilidad y el valor compartido, se pretende hacer creer a todo el globo que explotar el ecosistema y transitar de la petrodependencia a la electrodependencia, es una señal de evolución indubitable; y que compensar la incapacidad de atender a las razones de fondo del colapso, con porcentajes ínfimos del negocio invertidos en ciencia y obras comunitarias, es justicia.
Mira acá el informe completo:
https://drive.google.com/file/d/1fgoSzIMEHAk3fSnSFdyByjduzZrfA2Tb/view
Mira acá el resultado de los informes en Latinoamérica:
Ficha informativa: Baterías de vehículos eléctricos y colonialismo de residuos - GAIA