
Cordillera se seca de nieve y obliga a cavar pozos más profundos y estrechar el consumo en Coquimbo
Se acabó la nieve en la cordillera de Los Andes de la región de Coquimbo, mientras la zona atraviesa una profunda sequía que no se revirtió ni con las lluvias de los últimos dos años. La falta de nieve fue develada por un nuevo informe del centro de estudios de zonas áridas CEAZA.
Los científicos atribuyen la falta de nieve a las temperaturas intensas del verano. Pero esa falta de nieve no se tradujo en mayor caudal de los ríos por derretimiento, sino que mucha de esa nieve en la región se convierte directamente de estado sólido a estado gaseoso, por lo que no aporta agua a los ríos.
Este fenómeno se llama sublimación, y científicos han alertado durante los últimos años, que la aridez y calor de la región de Coquimbo hace que gran parte de la nieve en la cordillera se disipa por esta vía.
En los últimos años, las lluvias solo han beneficiado al valle de Choapa, donde el agua embalsada y el caudal de los ríos se acercan al nivel de un año normal. Pero en el río Limarí el caudal está 60% por debajo de la media histórica, y en el Elqui el agua no llega a 30% de su caudal histórico.
En cuanto al agua embalsada ocurre lo mismo: En la provincia de Choapa hay un 93% de agua en los embalses, mientras que en Limarí la capacidad está en 13% y en Elqui en 19%. El informe también indica que no se esperan lluvias significativas hasta pasado abril.
Pozos y desaladoras
Ante la situación, en la región se está trabajando en dos proyectos de desaladoras para buscar nuevas fuentes de agua, sobre todo en las dos provincias donde el nivel de agua es críticamente bajo.
El sector más afectado, y también el que más genera trabajos en la región, es la agricultura y sobre todo los pequeños y medianos campesinos que no tienen recursos para cavar pozos mas profundos ni acumulan los derechos de agua.
El Ministerio de Agricultura está proyectando para los próximos meses un programa para cavar pozos profundos comunitarios para el riego de pequeños y medianos campesinos, además de trabajar aún más la eficiencia en el uso de agua para riego con capacitaciones del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA).
Aunque se trata de una situación de emergencia, a largo plazo el uso de las aguas subterráneas nos acerca a un “día cero” sin agua, según han advertido investigadores del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2). Alertan que los acuíferos subterráneos son la última reserva de agua del país, y en el centro de Chile se está extrayendo esta agua a un ritmo mayor del que se puede recuperar naturalmente.