Dos años de lluvia intensa en medio de la larga megasequía que atraviesa el país, no se hicieron sentir en la región de Coquimbo, donde los embalses tienen solo 20% de su capacidad total de agua. Ahora, una proyecto de desaladora millonario comienza su evaluación ambiental, con el fin de entregar agua de mar desalada a los hogares de la región.

Se trata del proyecto “Desaladora Coquimbo” que fue presentado el 22 de octubre por el Ministerio de Obras Públicas (MOP) y admitido a evaluación por el SEA. Contempla una inversión de US$ 286 millones para abastecer de agua a 460 mil personas, y a actividades industriales según la disponibilidad.

De aprobarse, la planta se ubicará en la zona de Panul, en la costa justo al sur de la ciudad de Coquimbo. El agua será captada del mar y conducida por una tubería de 1,8 km hasta la planta de desalinización. La salmuera resultante del proceso, y los residuos del sistema de limpieza y filtración, se descargarán al mar a través de un emisario submarino.

Se trata de un proyecto anunciado desde inicios de año por el Gobierno a raíz de la delicada situación hídrica que vive la región de Coquimbo. Para lograrlo, se tramitó una ley corta que permitiera al MOP llevar a cabo plantas desaladoras, y no solo obras de riego.

Auge de las desaladoras

Con una capacidad de 1200 litros por segundo, la Desaladora Coquimbo sería una de las plantas para consumo humano más grandes del país, donde hay al menos 24 en operación y otras 21 en evaluación.

Según un catastro del Consejo Minero y la Asociación Chilena de Desalinizacion, a marzo de 2023 había 10 desaladoras en el país para abastecer agua a procesos industriales, 9 específicamente para abastecer a la minería y otras 3 para entregar agua potable en hogares.

Las plantas destinadas a agua potable, tanto operando como en evaluación, tienen capacidades de hasta 1400 litros por segundo, mientras que existen plantas destinadas a abastecer procesos industriales que tienen capacidades de 3800 litros por segundo como la planta de BHP en Antofagasta.

Académicos y organizaciones han criticado el crecimiento de esta actividad sin que exista una normativa clara que la regule y que analice de forma integral los impactos que puede tener en el ecosistema, para buscar maneras de mitigarlos.

Un proyecto de ley que busca regular el rubro de la desalinización, y que fue presentado en 2018 por ex senadores atraviesa su primer trámite constitucional, pasando a la Comisión de Hacienda de la Cámara Alta a fines de septiembre.