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Quechuas de Ollagüe denuncian años de vertimiento de aguas servidas a salar: “A veces no se puede ni respirar”
En la frontera con Bolivia yace el pequeño pueblo de Ollagüe. Ubicado en pleno desierto y a más de 3 mil metros de altura, uno de los rasgos más valiosos del lugar es el salar de Ollagüe; un cuerpo de agua de 133 km cuadrados. Ahora, comunidades quechua que habitan el pueblo denuncian que el salar vive una crisis ambiental.
Según los relatos de los vecinos, hace cerca de dos años, debido al colapso de una motobomba del sistema de alcantarillado, aguas servidas están siendo vertidas constantemente al salar, generando una vega artificial que se llena de moscas y emite fuertes olores.
“Hay bombas que han fallado desde hace mucho tiempo y no hay mantención hace más de medio año. Todas las aguas están llegando al salar de Ollagüe, sobre la misma superficie de este preciado ecosistema, al lado de la cancha de fútbol. Dependiendo de los vientos, en Ollagüe a veces ni se puede respirar”, comenta Víctor Nina Huanca, integrante del directorio de la comunidad quechua de Ollagüe.
Maribel Anza, integrante del mismo directorio, comenta que las autoridades locales se han comprometido a instalar una planta provisoria mientras se implementa una definitiva. “Se necesitan camiones que saquen esas aguas negras, estamos realmente muy molestos todos los vecinos. Se ha creado un humedal artificial con estas aguas”, reclama.
Crisis en el salar
El concejal de Ollagüe, Luis Cutipa, también confirma la situación y declara que tanto el alcalde como el gobernador regional están realizando gestiones para implementar tanto una medida de emergencia como una solución definitiva.
“En la administración del anterior alcalde también se anunciaron medidas pero no se concretaron, entonces como concejales debemos estar atentos y empujar para que las cosas se realicen”, sostiene.
Además de las obras que solucionen la situación, las y los vecinos llaman a retirar las aguas residuales que se han acumulado en el salar y sus intermediaciones, para reparar el ecosistema, que además se encuentra a pocos metros de las casas del pueblo.
Las comunidades quechua colaboran con la Alianza de Humedales Andinos de Chile, donde también ponen en alerta la condición actual del salar, y recuerdan que este es un de los ecosistemas ofrecidos para la extracción de litio, en el marco de la estrategia nacional.
“Que el salar haya sido definido como objeto de explotación de litio por parte de privados, no significa que se pueda ignorar la crisis ambiental que enfrenta”, declaran desde la alianza, recordando que el ecosistema quedó fuera de la Red de Salares Protegidos del Estado, “por su carácter binacional”.