Subsecretario de Ambiente: “Extraer litio genera impacto importante en salares y la investigación será clave para reducirlo”
Para fabricar autos eléctricos o turbinas eólicas en el camino hacia una energía menos contaminante, el mundo demanda cada vez más litio y Chile quiere seguir siendo uno de los principales proveedores. En entrevista con El Desconcierto, el subsecretario del Ministerio de Medio Ambiente, Maximiliano Proaño, explica el trabajo para lograr un difícil equilibrio entre aumentar la extracción de litio y cuidar los salares donde se aloja el mineral en Chile, que son en esencia humedales en altura en medio del desierto.
Ya hay seis salares priorizados para empezar a generar contratos mineros. ¿Qué pasos siguen desde ahora hasta que las empresas estén en condiciones de extraer litio en ellos?
Primero que nada me gustaría relevar que en este proceso como ministerio hemos tenido un rol activo y los salares priorizados fueron aquellos donde existían mayores atribuciones en cuanto a mineral pero también en cuanto a información disponible para equilibrar la actividad productiva con consideraciones ambientales.
Así priorizamos estos seis salares altoandinos y lo que iniciará pronto son consultas indígenas para cada uno de los ecosistemas. Ese es un proceso que puede llevar en promedio entre 7 u 8 meses, y dependerá de si se llega a acuerdo con las comunidades. Además, se establecen los criterios de licitación para que las empresas que manifestaron interés en estos salares las preparen. El objetivo es que de aquí al 31 de diciembre estén elaboradas las licitaciones, para que a partir del año que viene ya se pueda otorgar un contrato por cada salar. Una vez firmados los contratos, las empresas deben elaborar los proyectos mineros que se someterán a evaluación ambiental antes de poder operar.
Red de salares protegidos
¿Cuándo se concretará la red de salares protegidos?
Hoy en día en Chile hay 8% de la superficie de salares protegida, y queremos que ese porcentaje sea de 30%. Para ello, estudiamos en primera instancia los salares altoandinos, de los que existía más y mejor información disponible y donde se concentraba también el interés extractivo, y elegimos varios ecosistemas de alto valor en biodiversidad que quedaron excluidos del proceso, por lo que las empresas no pueden presentar proyectos sobre ellos. Ahora avanzamos en todo el trabajo de caracterización en detalle de cada ecosistema para poder asignarle un grado de protección legal. Este proceso también contempla consultas indígenas y ciudadanas.
Algunos de los salares anunciados como parte de la red, como el de Atacama o el de Maricunga, tienen una parte ya bajo protección y otra declarada como estratégica para la industria del litio. ¿Se puede proteger una parte del salar si existe actividad minera en el mismo ecosistema?
En esos casos, el criterio que tuvimos fue el de proteger los acuíferos, como subsistemas existentes dentro del sistema salino. Tenemos evidencia de que se puede proteger de forma parcial el ecosistema cuando existe más de un acuífero. En este sentido va a ser fundamental el rol del Instituto público de investigación en litio y salares, para monitorear los acuíferos y avanzar en mejores técnicas de extracción para reducir el impacto. De todas formas, es importante aclarar que no existe impacto cero. La extracción de litio genera un impacto importante en los salares, y la investigación será clave para reducirlo. Aunque es el Ministerio de Ciencia el que lidera la puesta en marcha del instituto de litio y salares, desde Medio Ambiente es una prioridad que esté funcionando durante el próximo año de Gobierno.
¿La creación de la red de salares protegidos contempla restaurar salares que están protegidos, pero donde ya se evidencia daño ambiental?
Efectivamente, esto es algo de gran relevancia para nosotros, ya que como dices hay zonas parcialmente protegidas que se encuentran degradadas en forma importante y para asegurar un porcentaje de protección, parte del proceso será de restaurar y regenerar zonas protegidas que están degradadas.
Dos organizaciones ambientales asistieron al Congreso para exponer sobre ocho salares protegidos que quedaron abiertos a la industria del litio. ¿Por qué no consideraron excluirlos para que quedaran dentro de la red de salares protegidos?
Nosotros priorizamos el trabajo de protección en salares altoandinos, de los que teníamos mayor y mejor información disponible, que nos parece relevante proteger por su valor ecológico y también por el mayor interés de la industria en ellos. Hay otros salares de depresión intermedia, como los que mencionan las fundaciones, donde aún estamos trabajando en recopilar información y por ello también no los incluimos dentro de la primera etapa de priorización.
Dentro de los seis salares priorizados sí hay uno de los salares mencionados por las fundaciones, que es el salar de Ascotán. Está categorizado como sitio prioritario de conservación y en él habita un pez único en el mundo.
Efectivamente en casos como ese es donde se ha ponderado la información disponible y se ha tomado la decisión de avanzar en la extracción, así como en otros salares se ha decidido proteger. Lo importante es que con la Estrategia Nacional del Litio se está avanzando en superficie salar protegida. El mundo requiere más minerales para transitar hacia energías limpias, lo que es súper necesario en contexto de crisis climática y Chile tiene un rol que jugar en ello. Como Gobierno hemos tenido la visión de equilibrar esa necesidad con la protección de la biodiversidad.
Métodos de extracción
Dentro de la estrategia se promueven métodos como la extracción directa y la reinyección de salmuera en los salares. Desde el mundo científico se ha criticado que esos métodos no han sido probados a escala industrial, por lo que existe incertidumbre sobre el impacto que pueden tener. ¿Cómo se puede tener más certeza?
Lo que estamos haciendo es avanzar en cuanto al método actual de extracción que se utiliza en el país y que es la evaporación, que genera un alto impacto en términos de extracción de agua de los salares. Por eso vamos a avanzar en mejores técnicas disponibles para reducir el impacto, y lo fundamental será generar investigación salar a salar. Nuestros equipos técnicos y la evidencia científica destacan que el comportamiento hidrogeológico de cada salar es distinto, por lo que nuevamente es fundamental el rol que cumpla el instituto de investigación en litio y salares.
Entre las comunidades altoandinas existe preocupación sobre el impacto que puede tener la extracción de litio en la disponibilidad de agua potable. ¿Qué respuesta se les ha dado?
Las Seremías de cada región han desarrollado un trabajo de diálogo permanente con las comunidades en procesos previos a las consultas indígenas, para levantar sus preocupaciones y adelantar acuerdos en términos de extracción hídrica. Para darles más certeza también es fundamental el rol de la investigación, para avanzar en disminuir la huella hídrica de la industria con los mejores métodos disponibles.