Se secan, hunden y calientan: Los riesgos a los que se enfrentan 23 salares por extracción de litio
Chile está impulsando a través del Gobierno el desarrollo de la industria del litio en los salares del norte del país. Hasta ahora, solo el Salar de Atacama ha sido explotado para este fin, y los impactos de esta industria ya se pueden notar en el ecosistema, según develan distintos estudios.
El más reciente, liderado por especialistas de la Universidad de Chile, detectó que el Salar de Atacama se está hundiendo entre 1 y 2 centímetros por año a raíz de la extracción de salmuera. Lograron esta medición con satélites que utilizan radares de alta precisión.
Pero este no es el único estudio que indaga en los impactos que ha tenido la extracción de litio en el ecosistema. Otro estudio de Estados Unidos, publicado en la prestigiosa editorial científica Elsevier, constató la degradación del ecosistema generados en gran parte por esta actividad.
Entre ellos, menciona el aumento de la temperatura a nivel de suelo, la reducción en la humedad del suelo y el deterioro y reducción de la vegetación. Estos impactos se constataron incluso dentro de zonas que son parte de la Reserva Nacional, y los científicos concluyen que la minería del litio está altamente relacionada a los impactos.
Además, la científica nortina y especialista en salares, Cristina Dorador, lideró un estudio internacional donde constató que dos de las tres especies de flamencos que habitan el Salar de Atacama han disminuido sus poblaciónes entre 10% y 12% en 11 años, relacionado con la extracción de litio.
Litio y salares
Ahora, son 23 los salares que quedaron abiertos en el país para la extracción de litio, lo que corresponde a 67% de la superficie de salares del país, a partir de la Estrategia Nacional del Litio elaborada por el Gobierno.
Al menos 8 de esos salares están dentro de áreas protegidas: Atacama, Maricunga y Pedernales, que serán explotados por Codelco, y Surire, Ascotán, Llamara, Bellavista Pintados y Punta Negra, que fueron abiertos para la actividad de empresas privadas.
Una de las promesas desde el Gobierno y la industria para reducir el impacto que tiene esta actividad en los salares, es utilizar el método de extracción directa. Este proceso consiste en esparar el litio y aislarlo de otros componentes de la salmuera (agua con concentraciones de sales), para que pueda ser retirado de forma más fácil sin tener que usar grandes piscinas de evaporación.
Otra metodología que se ha propuesto, es la de reinyectar la salmuera que sobra de este proceso de extracción directa, devuelta en el salar. Sin embargo, desde la ciencia y las comunidades indígenas del norte se critican estas propuestas, ya que nunca han sido probadas a escala industrial.
“La extracción directa no ha sido probada a escala industrial, a escala minera. La reinyección de salmuera implica una artificialización del ecosistema”, según argumenta Dorador, ya que la salmuera pasa por un proceso industrial que captura el litio, y lo que se vuelve a inyectar al salar es un componente diferente al que ya existía.
Impulsar una industria sin que exista un conocimiento acabado sobre el equilibrio delicado de los salares, el impacto que tienen los distintos métodos industriales en la biología de estos, y la relación que tienen estos ecosistemas con la disponibilidad de agua en el desierto son algunas de las principales críticas que se han hecho a la Estrategia Nacional del Litio.
A raíz de esta situación, organizaciones territoriales del norte y comunidades atacameñas están llevando adelante una nueva campaña llamada “Los salares son humedales”, para poner en valor los ecosistemas de los que se extrae el litio, que albergan la mayor biodiversidad que existe en el desierto de Atacama, y que juegan un rol crucial en el ciclo hídrico del que se abastecen las comunidades, la flora y la fauna.