Un médico que trabajaba como profesor en un hospital presentó una denuncia tras ser acusado en redes sociales de ser el responsable del suicidio de un estudiante de medicina bajo su supervisión.

Según se puede apreciar en el fallo judicial, las publicaciones, realizadas por una mujer en Instagram, incluían insultos, amenazas y la divulgación de datos personales del médico.

Además, se dejó expresado en el fallo judicial que esto no solo dañó la reputación del médico, sino que también le generó altos niveles de ansiedad y estrés que le impidieron seguir trabajando con normalidad.

El médico explicó que las decisiones sobre las evaluaciones del estudiante siempre se tomaron en equipo, siguiendo las normas de la universidad.

Afirmó que las acusaciones eran falsas y que las publicaciones habían afectado gravemente su vida personal y profesional.

También señaló que la misma mujer había usado las redes sociales para atacar a otros colegas del hospital.

La Corte de Valparaíso revisó el caso y decidió a favor del médico. El tribunal determinó que las publicaciones de la mujer en redes sociales dañaron la honra y la salud mental del afectado, y que la libertad de expresión no justifica insultos, amenazas ni la difusión de información personal.

Por eso, ordenó a la mujer borrar todas las publicaciones ofensivas y no hacer más comentarios similares en redes sociales.

El caso llegó hasta la Corte Suprema, que confirmó lo decidido por Valparaíso, aunque aclaró que no se podía prohibir a la mujer hacer publicaciones futuras, ya que eso podría interpretarse como censura.

Sin embargo, dejó claro que cualquier contenido que amenace la privacidad o dañe la reputación del médico debe ser eliminado.