En abril de 2024, un trabajador del Cesfam Rahue Alto, en Osorno, sufrió un accidente laboral mientras realizaba una tarea solicitada por su superior.

Según se puede apreciar en el fallo judicial, el incidente le dejó cicatrices permanentes en el rostro, afectando tanto su salud física como su bienestar emocional.

El trabajador llevó el caso a los tribunales, argumentando que la Municipalidad de Osorno, como empleador, no había tomado las medidas necesarias para garantizar su seguridad en el lugar de trabajo.

El Juzgado de Letras del Trabajo de Osorno falló a favor del trabajador, concluyendo que la municipalidad había vulnerado sus derechos fundamentales al no proteger su integridad física y mental.

La jueza María Isabel Palacios Vicencio señaló que, en un contexto laboral, las instrucciones de un superior suelen percibirse como órdenes debido a la relación jerárquica, lo que hace imposible para el trabajador negarse a cumplirlas.

Por esta razón, el empleador es responsable de asegurar que estas órdenes no impliquen riesgos para los empleados.

Como parte de la sentencia, el tribunal ordenó a la Municipalidad de Osorno indemnizar al trabajador con $205.000 por los gastos asociados al accidente, $10.000.000 por el daño moral causado, y el pago de reajustes e intereses desde que la sentencia quede firme.

Además, la municipalidad deberá cubrir las costas del juicio, fijadas en $1.000.000.