Turismo de ballenas y gastronomía de mar: Las otras amenazadas por el proyecto Dominga
Este miércoles 8 de enero se votará por tercera vez el mega proyecto minero portuario Dominga, que se emplazará en el límite entre las regiones de Coquimbo y Atacama, cruzando un ecosistema crucial para la pesca artesanal, la biodiversidad marina y el turismo de naturaleza: el Archipiélago de Humboldt.
A la espera de la decisión, comunidades de la zona están en plena temporada de avistamiento de ballenas. Entre diciembre y marzo, en la zona se pueden avistar 16 especies de cetáceos incluyendo a las ballenas más grandes del mundo: la ballena azul y la ballena fin. Cada día salen embarcaciones con turistas que logran ver decenas de animales marinos en el paseo.
Estas ballenas recorren toda la zona del archipiélago alimentándose de krill. Allí, la corriente fría de Humboldt se encuentra con una superficie baja y con vientos de sur a norte que la hacen surgir a la superficie, llevando consigo oxígeno y krill. Este fenómeno se llama surgencia, y convierte a la zona en un lugar único en el mundo de alimentación y biodiversidad marina.
Dominga y las ballenas
Desde la empresa titular del proyecto, Andes Iron, han argumentado que la infraestructura del proyecto se ubica a varios kilómetros de las distintas reservas marinas que existen en la zona y que protegen las islas del archipiélago.
Pero oceanógrafos alertan que todo el archipiélago corresponde a un ecosistema integrado, donde las ballenas circulan entre las distintas localidades. “El archipiélago es un ecosistema único y la presencia de islas aumenta la productividad. Las ballenas circulan en toda esta zona. La ballena jorobada que se vio el pasado domingo en Punta de Choros, estuvo ayer en Chañaral”, comenta Frederick Toro, veterinario e investigador de la Universidad Santo Tomás en Viña del Mar.
La reconocida oceanógrafa Susannah Buchan explica que “la apertura de una nueva ruta marítima asociada al puerto de Dominga sin duda va a aumentar la colisión con ballenas, que hoy en día encuentran en el archipiélago un lugar de resguardo y de alimentación. Eso va a afectar a las personas de la zona que viven del turismo de avistamiento de ballenas. En Atacama, el archipiélago de Humboldt es el lugar más visitado por turistas”, declara.
Según los investigadores, el ruido submarino que generan los barcos y las luces artificiales que instalará el proyecto minero afectarán la biodiversidad de la zona, donde destacan especies en peligro de extinción como la ballena fin, el pingüino de Humboldt o el yunco.
“Las líneas de base para este proyecto se hicieron hace 15 años, entonces tienen una visión desactualizada del estado actual del ecosistema, y además los estudios se levantaron en septiembre, en una época donde no hay ballenas porque llegan en diciembre, entonces no se estudiaron los impactos que tendrá este proyecto en esas especies”, concluye Toro.
Productividad pesquera
La salud del ecosistema en la zona, y la surgencia de la corriente, también generan unas de las zonas más productivas de locos y machas en todo el norte de Chile. Aunque algunos apoyan el proyecto, varios sindicatos de pescadores y mariscadores de la zona se han manifestado en contra de Dominga, porque temen el daño a la actividad que les da sustento.
En los últimos días, una iniciativa de investigación financiada por la Subsecretaría de Pesca y gestionada por Sernapesca, evaluó la gestión que se ha hecho en la Reserva Marina Isla Chañaral, frente a localidad de Chañaral de Aceituno donde se practica la pesca artesanal sustentable y la protección de la biodiversidad.
El monitoreo destacó entre sus conclusiones la buena salud de las pesquerías que se dan en la zona y que tienen importancia comercial para la pesca artesanal, además de la abundancia y riqueza significativa de peces vinculados a los bosques marinos de macro algas, como el huiro palo.