Con las elecciones en el horizonte y el desafío de posicionar al partido: Los primeros meses de Constanza Martínez al mando del FA
La tarea no era fácil de abordar. Liderar el partido con más militantes (y en el que milita el Presidente), tomar el mando de las negociaciones para las elecciones, preparar y ejecutar la campana, además de incidir en la contingencia, fueron las tareas que Constanza Martínez debió cargar sobre sus hombros apenas asumió como presidenta del partido único del Frente Amplio el pasado 14 de julio.
Sin competencia, la ex delegada presidencial de la Región Metropolitana fue electa como la primera presidenta del Frente Amplio, tienda recientemente unificada luego del plebiscito de marzo de este año en que Convergencia Social y Revolución Democrática decidieron deponer las banderas propias para levantar un proyecto en conjunto.
El desafío de converger en un partido único fue un encargo hecho expresamente por el Presidente Gabriel Boric en el último aniversario de Convergencia Social, partido en el que militó hasta su unificación. Por lo mismo, dicen voces del partido, fue el mismo mandatario quien se manifestó a favor de que Martínez dejara su cargo en el gobierno para asumir la cabeza del Frente Amplio.
“El Presidente siempre confió en sus capacidades, no solo de gestión, sino que políticas. Y eso, por supuesto, fue un plus para que se decidiera nombrarla como candidata”, dice un integrante del comité central del FA respecto a la valoración de Martínez.
Las valoración interna de Martínez
Durante su gestión, sin embargo, han surgido ciertas críticas de sectores disidentes. No es un misterio que entre los más de 62 mil militantes del FA existen diversas corrientes y facciones que provienen incluso antes de la unificación. Ya en CS y RD era común hablar de los llamados “lotes” que encabezan las principales figuras frenteamplistas como lo son Giorgio Jackson, Gonzalo Winter, Gael Yeomans o Claudia Mix, quien a diferencia de los anteriores pertenecía a Comunes.
Por lo mismo, dicen distintas voces del partido, es normal que no todos estén contentos con la dirección. Dentro de las críticas que se le plantean está el hecho de que, según cierto sector del FA, su exposición en el debate nacional es menor que otros presidentes de partidos del oficialismo que gozan de mayor relevancia.
Paulina Vodanovic, del Partido Socialista, Lautaro Carmona, timonel del PC, o incluso Jaime Quintana, del PPD —partido muy inferior en cantidad de militantes y parlamentarios— tendrían mayor repercusión a nivel mediático, según los críticos de Martínez.
Desde sectores afines a las directiva, aseguran que “Conti” —como se le nombra en confianza a Martínez— ha sido efectiva como “escudera” del partido, evitando la “excesiva autocrítica” que con frecuencia se le exige al Frente Amplio ni tampoco dejando caer a militantes envueltos en polémicas, como lo fue el caso de Diego Vela quien fue criticado por su designación en la OCDE.
Por otro lado, dicen las mismas voces, Martínez ha logrado un buen balance entre “ser leal al gobierno” y mantener los posicionamientos del partido, esto pese a ciertos cuestionamientos que indican que no ha sido la voz predominante, por ejemplo, en el debate del término del CAE, bandera histórica del Frente Amplio.
Requerida por El Desconcierto, Martínez asegura que no haber "recibido directamente esas críticas de forma formal" pero hace hincapié en "estar abierta a las críticas".
"Nosotros tenemos una directiva muy diversa que recoge distintas sensibilidades del Frente Amplio y hoy estamos súper enfocados en los desafíos que tenemos partidos, de poder ir cuajando un partido que esté vivo, que tenga participación en distintas instancias tanto políticas como también territoriales y en sacar adelante el desafío electoral que se aproxima", añade.
Por su parte, le secretario ejecutivo del FA, Simón Ramírez, agrega: “Nosotros no nos perdemos, somos absolutamente leales al proceso de transformación que lleva adelante el gobierno y, por supuesto, a nuestro Presidente. Pero no somos un partido de Estado. Y eso quizá es un desafío, porque nos conformamos como partido de una forma que es anómala; como coalición llegamos a ser gobierno, y luego, siendo gobierno, nos unificamos en un solo partido”.
Respecto a los cuestionamientos del liderazgo a Martinez, asegura no compartir la crítica enfatizando en que “ser el partido del presidente implica una responsabilidad grande y diferente de la que tiene el resto de los partidos con el proyecto político”, además de apuntar a que “el partido ha tenido un despliegue activo en estos debates relacionados a todo lo que tiene que ver con los asuntos de corrupción, pero también en los debates más profundos, como las reformas de pensiones o la discusión en torno al CAE”.
“Hemos tenido una presencia activa y es un activo para el partido que la presidenta conozca desde adentro el funcionamiento del gobierno, pero que además hoy día pueda tener una dedicación exclusiva a la presidencia del partido. Eso yo lo veo como un activo, no como un déficit”, destaca Ramírez.
El desafío de crecer en las municipales y regionales
Cuando la directiva encabezada por Martínez asumió la dirección del partido, el oficialismo seguía negociando las candidaturas a las elecciones regionales. Finalmente, pese a no arribar a acuerdo, el pacto definió un mecanismo de competencia acotada con el fin de responder a las exigencias de cada partido y, a la vez, no dar ventaja a la oposición.
En cuanto a las expectativas para las elecciones, en el Frente Amplio la consigna es clara: crecer en regiones y zonas urbanas, además de mantener los municipios claves en que hoy gobiernan figuras del partido.
“Queremos crecer, consolidarnos, cuidar y potenciar nuestras representaciones en las regiones. Por otra parte, estamos muy orgullosos de los alcaldes y alcaldesas, cores y concejales que ya han tenido un importante rol en esta primera fase. En ello hemos visto que los gobiernos locales del Frente Amplio han significado una mejora en la vida de las personas y por lo tanto creemos que en esta elección se juega mucho”, dice la timonel frenteamplista respecto a los objetivos de la tienda de cara a la elección que se avecina.
Sin embargo, candidatos —principalmente a concejalías— han planteado quejas por el supuesto “retraso” en la llegada de material electoral y la implementación de la campaña.
Sobre la crítica, Ramírez, apunta a que “nosotros hemos como una apuesta partidaria de establecer un piso de igualdad con los recursos que nosotros disponemos. Es decir, que no todo el despliegue de las campañas responda a la capacidad financiera que tenga cada persona o su familia. El sinónimo es que el partido establezca un piso de igualdad a nivel nacional, donde todas las candidaturas tienen condiciones equivalentes para poder desplegarse sin importar la condición socioeconómica de cada candidato. Esa es la apuesta que nosotros hemos hecho y esperamos que en lo que queda, considerando que este es el mes más importante, puedan verse reflejados los resultados de esa apuesta”.