"Los recién nacidos en Gaza viven en refugios de plástico": Lo duro de dar a luz en medio del conflicto
Traer un niño al mundo en Gaza se ha convertido en un acto de valentía en medio del conflicto. María Florencia Francisconi, licenciada en obstetricia y miembro de Médicos Sin Fronteras (MSF), ha trabajado en diversas zonas de crisis, pero nunca había experimentado la gravedad de la situación actual en Gaza.
Allí, las mujeres embarazadas enfrentan enormes dificultades para acceder a cuidados básicos de salud, y muchas veces deben dar a luz bajo el sonido de explosiones y en condiciones de extrema precariedad.
“Parir y nacer en Gaza pasó de ser uno de los momentos más importantes y probablemente más felices para muchas mujeres y familias gazatíes a ser un acto heroico", relata María Florencia Francisconi.
El acceso a controles prenatales y partos seguros es extremadamente limitado, y muchas de las prácticas más básicas, como el lavado de manos adecuado o el uso de suministros esenciales, se han vuelto imposibles debido a la escasez prolongada.
María Florencia Francisconi describe cómo las madres apenas pueden quedarse unas pocas horas en el hospital, ya que el temor de que algo les suceda a sus familias las obliga a regresar rápidamente a sus hogares, si es que aún los tienen.
"Los recién nacidos viven en refugios de plástico"
“Las mujeres paren escuchando explosiones de fondo y no quieren permanecer más de un par de horas separadas del resto de su familia; les da terror que algo les pase y no estar a su lado”., expresa.
Los recién nacidos tampoco tienen una mejor suerte. Desde sus primeros días, muchos deben adaptarse a refugios improvisados, sin acceso a baños, duchas o las condiciones mínimas de salubridad.
"Los recién nacidos viven en refugios de plástico y telas desde su primer día de vida. Las familias que tienen camas son afortunadas, y mucho más los que pueden lavar su ropa", explica.
La situación es tan crítica que incluso la lactancia materna, vital para los primeros meses de vida de un bebé, se convierte en un desafío casi imposible para madres que están deshidratadas, malnutridas o enfermas.
“La lactancia materna exclusiva es todo un desafío para madres deshidratadas, malnutridas y muchas veces enfermas", señala Florencia.
El impacto de la guerra en los bebés y niños es devastador, no solo en su salud física, sino también en su desarrollo mental y emocional.
"Las consecuencias de la guerra sobre estos bebés y niños no solo son evidentes a corto plazo y en términos físicos; también hay secuelas a mediano y largo plazo que involucran su salud mental y su crecimiento", advierte la obstetra.
"La peor que he visto en mi carrera"
María Florencia Francisconi, que ha estado en otras zonas de conflicto, describe la situación en Gaza como la peor que ha visto en su carrera.
“En mis años de trabajo en emergencias con MSF, nunca vi este nivel de destrucción y espero no tener que volver a verlo", expresa.
Para ella, la única solución es un cese inmediato del fuego y el restablecimiento de condiciones básicas de vida para que las madres y sus hijos puedan recibir el cuidado y la protección que merecen.
La vida en Gaza, marcada por la falta de agua, electricidad, alimentos y medicinas, ha convertido el embarazo y el parto en una experiencia peligrosa y dolorosa.
En este contexto, parir se ha transformado en un acto heroico, una lucha por la vida en medio del caos y la desesperación.